El trancón en las horas pico de la Calle Quinta, desde el Colegio de Santa Librada hasta la Avenida Colombia, no se debe a los nuevos semáforos en la Carrera Sexta, pues existía desde antes debido a la falta de continuidad de los carriles. Los cuatro que llegan hasta allí se reducen a tres: uno y medio que empata con la Carrera Cuarta y solo dos que bajan al paso subterráneo de la Avenida Colombia. Por lo contrario, los semáforos permiten separar mejor el acceso al paso subterráneo y el que va a la Cuarta, como lo explicó el nuevo Secretario de Tránsito, y además permiten el cruce peatonal a nivel. Es decir, funcionaron igual que en la Cuarta Norte enfrente del CAM.

Es lo que no entienden los que nunca caminan por la ciudad y los ‘analistas’ de última hora del tránsito caleño que alegaron que no se veían los semáforos repetidores a lado y lado, o esos conductores egoístas que no piensan en los peatones como si ellos no lo fueran también. Y ponerle ascensores al puente peatonal existente, como otros propusieron, en lugar de los semáforos pues no hay espacio para rampas, es ignorar que por su costo y mantenimiento estos solo deben ser para aquellos cruces que sean totalmente inevitables, y que de lo que se trata es de recuperar las calles para los peatones ampliando, regularizando y arborizando los andenes y facilitándoles cruces a nivel.

El caso es que el trancón de la Quinta solo se solucionaría con semáforos sincronizados a todo su largo y evitando el cuello de botella en la Avenida Colombia si se utilizara el mal llamado bulevar del río para tránsito liviano de taxis y carros, propuesto varias veces en esta columna, y que por lo demás le daría animación y sobre todo seguridad por las noches. Qué sería de los Campos Elíseos, el Paseo del Prado, la Avenida del Marqués de Pombal o el Malecón de La Habana, entre muchos otros paseos, si se quitaran totalmente los carros. Porque otra cosa es la Carrera de Darro en Granada en donde sí que sobran; como en San Antonio en donde solo deberían circular y no estacionar.

Lo de la Calle Quinta con Sexta es otro paso adelante hacía una ciudad más peatonal, en la que absurdamente muchos aún creen que la solución son más vías y puentes para los vehículos particulares, y no un eficiente transporte público, multimodal e integrado, junto con varias centralidades peatonales, que vendrían a ser como ciudades dentro de la ciudad, en las que deberían estar los nuevos centros comerciales y demás equipamientos urbanos necesarios, junto con plazas y parques de barrio muy animados, como el de El Peñón, como también se ha sugerido (Caliscribe.com, 09/03/2019).

Lo que sí no está funcionado bien son esas ‘informaciones’ que no piensan en los peatones, a los que no entrevistan como si sus opiniones no contaran, o sobre las ciudades en tanto artefactos y cómo estas son tema de urbanistas, arquitectos y paisajistas, junto con ingenieros mas no solo estos, como propone otro columnista, y mucho menos de contratistas como ahora. Y es muy preocupante que los candidatos a la Alcaldía no tengan propuestas elaboradas para la ciudad en tanto artefacto, las que por lo demás deberían salir del Concejo mediante un verdadero Plan de Ordenamiento Territorial a largo plazo que los siguientes alcaldes deben ejecutar.

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