Durante gran parte del Siglo XX, Sevilla fue el corazón del transporte que conectaba el centro del país con el suroccidente colombiano. Su ubicación estratégica y la generosa producción del café, producto insignia de Colombia, lo convirtieron en un punto neurálgico para la economía regional y nacional.

A partir de los años 90, la consolidación de la ruta Ibagué–Armenia–La Paila–Cali desplazó el flujo de transporte por Sevilla. Este cambio redujo el tránsito de pasajeros y carga, afectando directamente a talleres, estaciones de gasolina, restaurantes, fondas y hoteles. La economía local sintió profundamente el impacto.

Frente a esa realidad, Sevilla no se resignó. Fiel a su espíritu trabajador y resiliente, ‘el balcón del Valle’ buscó reinventarse. Si bien la agricultura y el café siguen siendo pilares fundamentales que sostienen su identidad, la cultura se ha consolidado como una nueva y esperanzadora apuesta de desarrollo. Poetas, escritores, actores y músicos han dado vida a una tradición artística que hoy es orgullo y bandera de todos los vallecaucanos.

Un eje fundamental en este renacer ha sido la Fundación Casa de la Cultura, templo cultural con más de 46 años de incansable trayectoria. Esta noble organización, gestionada con amor y visión de futuro por el Grupo Bandola, ha evitado los vaivenes de la política local y se ha convertido en semillero y referente. Su labor formativa con niños y jóvenes ha asegurado que el patrimonio inmaterial se mantenga en nuevas generaciones.

De este mismo espíritu cultural y con la pasión que caracteriza a los sevillanos, nació en octubre de 1982 el Grupo Bandola, fundado por cuatro jóvenes soñadores: María Elena Vélez en percusión, Óscar Gallego en guitarra, Rodrigo Muñoz en tiple y Julián Gil en flauta (QEPD). En busca de un nombre que reflejara lo que eran, una banda conformada por amigos, adoptaron el nombre Grupo Bandola.

Luego de dos trabajos discográficos en vinilo que marcaron sus inicios, llegaron las muchas creaciones originales que han sido celebradas y aplaudidas en diferentes festivales alrededor de Colombia y otros países.

Con el tiempo, Bandola se convirtió en agente de transformación social. Su gestión al frente de la Casa de la Cultura les permitió crear plataformas culturales que trascendieron lo musical: en 1996 nació el Festival Bandola, que en agosto pasado cumplió 30 ediciones, consolidándose como uno de los principales encuentros culturales de Colombia. A este se suma el Festival Sevijazz, con 19 ediciones llenas de música y vida, paso obligado para los amantes del jazz.

Hoy Sevilla se reconoce no solo por su historia cafetera, sino por su extraordinaria capacidad de transformar su identidad cultural en un atractivo turístico que enamora. Cada agosto, cuando llega el Festival Bandola, Sevilla se viste de gala y abre sus puertas al mundo. Es alrededor del festival que todo un pueblo se une y colabora para mostrar lo mejor de su tierra, que atrae por su belleza arquitectónica, su basílica, paisaje, gastronomía, su gente y, sin duda alguna, el mérito de estos cuatro referentes que han apostado por la identidad cultural de este pueblo mágico: el Grupo Bandola.

Al igual que muchas ciudades en el mundo que se han posicionado gracias a sus festivales musicales, Sevilla camina en esa misma dirección prometedora. Toda vez que, la cultura inquebrantable entre la gente y su tierra se consolida, se forja una identidad que trasciende generaciones.