Luego de que Estados Unidos se estremeciera por la muerte del joven activista de derecha Charlie Kirk, quien falleció tras ser atacado en un encuentro público en la Universidad de Utah Valley, varios políticos expresaron su rechazo contra este crimen.
Uno de ellos fue precisamente, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, quien aseguró que, aquellos que celebraron la muerte del joven activista, no merecen estar en el país.
Por ello, antes de viajar este martes a Israel, Rubio aseguró que tienen que abordar estos casos en específico.
“Tenemos que abordar el proceso en todos estos casos. Estoy seguro de que habrá algunas [visas] que serán revocadas. No faltan idiotas en el mundo que han decidido que es una gran idea asesinar a alguien”, destacó el funcionario.
No sin antes mencionar que, no solo hay algunos inmigrantes que apoyan este tipo de actos, sino también sus propios ciudadanos. “Por cierto, es malo que tengamos personas que son ciudadanos estadounidenses que piensen de esa manera”, señaló Rubio.
Y agregó, “no se trata solo de Charlie Kirk. Si eres un extranjero y estás por ahí celebrando el asesinato de alguien que estaba hablando en algún lugar, no te queremos en el país. ¿Por qué querríamos darle una visa a alguien que piensa que está bien que alguien haya sido asesinado en la plaza pública? Eso, para mí, es simplemente sentido común”.
Cabe decir que, el responsable de asesinar al activista de derecha Charlie Kirk, habría sido Tyler Robinson, un joven de 22 años, quien fue arrestado el jueves por la noche tras 33 horas de intensa búsqueda.
El hombre, le habría dicho a un compañero de cuarto que estaba “harto del odio” del influencer e importante aliado de Donald Trump, detalló un fiscal del caso sobre lo que habría motivado el actuar del sujeto.
“¿Por qué lo hice?”, dijo el fiscal de Utah Jeff Gray leyendo un intercambio de mensajes entre Robinson y su compañero de apartamento. “Estaba harto de su odio. Hay odio que no puede negociarse”, agregó Gray citando a Robinson.
Cabe decir que, con tan solo 31 años, Charlie Kirk ya contaba con una gran influencia en la política estadounidense, siendo clave en el aumento del apoyo a Trump entre los votantes más jóvenes.