Luego de que se conociera la muerte de Valeria Afanador, tras haber desaparecido durante 18 días de su colegio en Cajicá (Cundinamarca), el Gimnasio Campestre Los Laureles, muchos comparan su caso con el de Luis Andrés Colmenares, ocurrido en 2010, cuando fue encontrado sin vida tras una fiesta de Halloween.

Las similitudes, por supuesto, no tienen nada que ver con las circunstancias. Más bien con el hecho de que, aún hoy, nadie ha podido saber con exactitud, quién fue el responsable de sus muertes.

Por ello, para tratar de cercar un poco más el caso, el abogado de la familia de Valeria Afanador, Julián Quintana, pidió recientemente, a la Fiscalía, ahondar aún más en el informe de Medicina Legal, para tratar de identificar si detrás de su muerte, hay un tercero involucrado, ya que la investigación tiene varias inconsistencias.

Las investigaciones de este caso van dirigidas puntualmente al colegio. | Foto: Foto 1: Gimnasio Campestre Los Laureles / Foto 2: perfil de X de @julianquintanat

Para el funcionario, resulta difícil creer que la niña murió por ahogamiento en el mismo lugar donde fue hallada, pues días antes se había realizado un despliegue de búsqueda exhaustiva, utilizando buzos y drones, por eso solicitó que se haga la comparación del agua encontrada en el estómago de Valeria con la del río donde fue hallado el cuerpo de la menor.

“El reto principal es esclarecer qué circunstancia originó ese ahogamiento y qué ocurrió durante los 18 días en que Valeria permaneció desaparecida”, aseguró el litigante.

No obstante, pidió también seguir revisando las cámaras aledañas al lugar donde se perdió la menor, a fin de encontrar una posible intervención de un tercero, pues en las imágenes previas a su desaparición, a la pequeña se le vio “muy inquieta, como si un tercero estuviera detrás de la reja”,

Ahora bien, además de esa petición, el litigante cuestionó duramente l

Abogado de familia de Valeria Afanador se pronuncia sobre necropsia y cuestiona actuación del colegio en Cajicá. | Foto: Montaje El País: Redes sociales Jualian Quintana y GCL

La reacción del personal docente. El abogado criticó que la niña estuviera fuera de su clase sin ninguna supervisión y calificó como “grave” que un profesor notara su ausencia y no actuara de inmediato, amparándose en que se le descargó el celular.

“Valeria tenía que estar en su clase y no afuera sin ninguna supervisión”, concluyó el funcionario, quien además, reprochó que el docente enviara a sus propios compañeros, también menores de edad, a buscarla, en lugar de activar un protocolo de búsqueda con otros docentes.

Cabe decir que, la cronología de la desaparición, revelada a través de chats internos de los profesores, muestra una demora significativa en la reacción del personal. Las cámaras de seguridad registraron la salida de Valeria por una reja hacia el sector del río a las 10:10 de la mañana. Sin embargo, la primera alerta en el grupo de mensajería apareció a las 11:14 de la mañana, es decir, 69 minutos después.