Al comienzo de este año, investigadores de la Sijín de la Policía Metropolitana de la ciudad de Bogotá expusieron uno de los casos más sorprendentes de criminalidad digital del país.

Un ciudadano que se hacía llamar El Grindr convirtió una red social de citas en área de cacería para seducir y estafar a turistas con poder adquisitivo, especialmente extranjeros de países como Estados Unidos y Francia que arribaban a la capital a finiquitar negocios.

Con perfiles falsos en la red social, el señalado delincuente ofrecía encuentros íntimos a viajeros, especialmente provenientes de Estados Unidos y Francia, que arribaban a Bogotá por negocios o turismo. | Foto: Grindr

El protagonista de esta historia de crimen es Mario Antonio Modesti Cañizalez, de 37 años de edad y señalado como el responsable de una empresa criminal que perfeccionó una modalidad de engaño digna de una película: perfiles falsos en Grindr, documentos adulterados y pasaportes modificados con técnicas caseras pero efectivas para causar daños sin ser detectado por las autoridades.

De acuerdo con los investigadores, el señalado antisocial llegaba a tomar una fotografía del pasaporte de la víctima y la pegaba sobre el suyo, método muy relacionado con escenas de la icónica película Misión Imposible y, paradójicamente, le funcionaba.

Los archivos judiciales dan cuenta de que este sujeto tenía antecedentes en Venezuela, donde, junto con su pareja sentimental, montó una red delictiva dedicada a drogar y robar a turistas.

Cuando las autoridades del vecino país lo descubrieron, escapó de esa nación y se refugió en la capital de Colombia, desde donde continuó con la actividad ilícita bajo nuevas formas o presentaciones.

En Bogotá y Villavicencio encontró el escenario perfecto. Con perfiles falsos en Grindr, contactaba a sus víctimas prometiendo encuentros íntimos, cargados de erotismo. Una vez en persona, inducía al consumo de sustancias de diferente índole para dejarlas dopadas. Bastaban pocos minutos para despojarlas de dinero, celulares, tarjetas y documentos.

Varios organismos judiciales de Estados Unidos y otros países ayudaron con el seguimiento de los ciudadanos extranjeros afectados. Finalmente, la Fiscalía asumió el proceso judicial en Colombia. Según la Seccional de Protección y Servicios Especiales de la Policía Metropolitana, en apenas un mes de la investigación, documentaron al menos 40 víctimas, con un monto superior a $500 millones, dinero hurtado a los afectados.

Con esas ganancias, el capturado se desplazaba entre Bogotá y Villavicencio, donde lavaba dinero y adquiría bienes para blanquear los recursos obtenidos del esta forma ilegal.

La captura del sujeto se logró tras un operativo en el que fueron incautados celulares, computadores y pasaportes adulterados, pruebas clave en el proceso judicial contra este sujeto. | Foto: Secretaría de Seguridad

“Este delincuente se dedicaba al robo planificado de personas con las que pactaba encuentros íntimos. La capacidad para manipular a las víctimas lo convirtió en un caso prioritario los investigadores de la Sijín de la Policía Metropolitana de Bogotá”, informaron fuentes de la investigación.

Luego, la puesta en marcha del operativo judicial permitió la incautación de dispositivos electrónicos como teléfonos celulares, tabletas y pasaportes adulterados, piezas claves para lograr una condena contra este señalado delincuente.

Las autoridades confirmaron que los delitos imputados este presunto criminal son hurto agravado y falsedad en documento público, cargos que lo exponen a una condena mínima de 14 años de prisión.

Mientras tanto, permanece recluido en la cárcel La Modelo de Bogotá, mientras avanza el proceso judicial y las autoridades buscan más víctimas de este hombre para consolidar la investigación en su contra.

El señalado estafador seleccionaba a ciudadanos con alta capacidad adquisitiva y perfeccionó técnicas artesanales para falsificar documentos. | Foto: Secretaría de Seguridad