El dramaturgo caleño Orlando Cajamarca fue invitado por el teatro Catalina Sur, un proyecto de teatro vecinal muy reputado que hace montajes de obras históricas.

Este domingo alzará vuelo con rumbo Buenos Aires el dramaturgo caleño Orlando Cajamarca, quien fue invitado a aplicar sus conocimientos de teatro comunitario en la capital de Argentina, donde se hace teatro vecinal.El director de Esquina Latina fue invitado por el teatro Catalina Sur, un proyecto de teatro vecinal muy reputado que hace montajes de obras históricas. Es uno de los emblemáticos de un país que es primera potencia teatral en Suramérica.“En Argentina hay una experiencia muy importante de teatro teatro de vecinos, que tiene influencia italiana por la gran migración que hubo hace cien años. A diferencia de nuestro trabajo que es con niños y jóvenes, y excepcionalmente con adultos de comunidades marginales, allá hay una tradición teatral vecinal de clase media, que es un núcleo social muy fuerte”, dice Cajamarca. El dramaturgo viajará a participar en un proceso de creación colectiva con Catalina Sur: “Trabajaremos a partir de la improvisación en jornadas muy exigentes, porque ese proyecto tiene propuestas estéticas de mucha calidad”, añade.Cajamarca explica que en Colombia y Argentina se trabaja en contextos sociales muy distintos, lo cual incide en las temáticas y el tratamiento de los temas: “El teatro callejero es más épico, más de gestas, colorido, callejero, carnavalesco. Y no se privilegia el personaje, sino que hay conversaciones colectivas, a la manera del teatro griego”, dice.Pero lo comunitario y lo vecinal tienen en común su carácter colectivo, a la manera del teatro shakesperiano: “Tanto en uno como en otro se va escribiendo la obra a partir de la improvisación de un equipo de actores”, cuenta. Cuando se le habla de las resistencias que el método suscita, se defiende: “La creación colectiva ha sido mal tratada y mal entendida, porque busca dar crédito al elenco, sin negar al autor ni al director. El autor escucha a todos y debe reflejarlos a todos, pero hace la selección final de todas las propuestas, para evitar el ‘todo vale’ y el colectivismo, que decreta las cosas por mayoría. Eso no sirve en el arte”.Cajamarca viaja tranquilo, porque “Esquina Latina es un proyecto sólido y seguirá trabajando en el montaje de la temporada. Desde el año pasado estoy haciendo un taller de dirección, con la obra ‘Ritornellos de amor’, que fue dirigida por varios actores, y este año haremos la segunda parte, de modo que en junio llegaré a supervisar lo que se haga en estos dos meses”, advierte.Y añade: “Yo este lujo no podía dármelo antes, porque era pieza clave del engranaje. Ahora puedo ser un accesorio, casi una llanta de repuesto. El viaje permitirá saber cómo funciona el grupo sin mí”.El grupo quedará a cargo de Alfredo Valderrama, quien lleva casi veinte años con Esquina Latina, donde se ha especializado en obras infantiles. También tienen formación como directores, John Jairo Lotero, premio ‘Jorge Isaacs’ de dramaturgia 2007, quien ya ha dirigido; Andrés Felipe Holguín, Gustavo Adolfo Silva, Harold Rendón y otros.“Lo que sí me preocupa mucho es la parte económica y empresarial, porque soy yo quien tiene qué hacer las gestiones e ir a golpear puertas”, dice Cajamarca. En junio regresará a Cali y hacia agosto volverá de nuevo a Buenos Aires, para el estreno en septiembre de la obra creada.