i hay alguien que sabe cómo esculpir sueños y materializarlos es el cantante bonaverense Willy García, que con su música y ejemplo no solo ha conquistado fronteras sino que además ha llamado a otros, y en especial a los más pequeños, a seguir sus propios anhelos.

Para el intérprete de canciones como Gotas de Lluvia, Perdón, Te veré partir y Cariño Bueno, hacer música, es hacer cultura y hacer cultura es hacer paz, por eso creó su Fundación ‘Yo Tengo Fe’, con la que niñas, niños y jóvenes de Buenaventura tienen hoy la oportunidad de fortalecer mucho más sus capacidades artísticas.

“Cuando creé la fundación fue buscando dar vida a mis sueños de niño, ya que no tuve la fortuna de que alguien me dijera: venga le enseño a cantar o a tocar la guitarra. Así que decidí crear este espacio con ese fin, para darle la oportunidad a los jóvenes que buscan sacar adelante sus sueños musicales y culturales”, contó el cantautor que recientemente fue nombrado Embajador de la Reconciliación por el Programa de alianzas para la reconcilianción USAID y ACDI/VOCA.

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Junto a ellos, hoy impacta a más de 150 niñas, niños y jóvenes entre los 8 y 25 años de edad en música y canto, siendo el programa, desde hace ocho meses, el encargado de apoyar con la donación de diferentes implementos digitales y logísticos, y también con la contratación de docentes enfocados en los componentes artísticos.

“En este proceso no solo hemos sido parte del crecimiento de los niños y jóvenes que nos acompañan, sino también de sus familias y padres, quienes han depositado su confianza en nosotros y los han impulsado a continuar fortaleciéndose con la Fundación en su crecimiento artístico”, cuenta el cantautor que edificó su fundación en la casa que lo vio crecer.

Ahora, en el marco de su nominación a los Grammy Latino como Mejor Álbum de Salsa, gracias a su producción ‘El Día es Hoy’, busca ser esa viva voz de inspiración para que, a través del arte, los jóvenes de su natal litoral busquen nuevas oportunidades.

“Este es un proyecto de muchos años, ocho años en todo el proceso, y la idea es siempre ayudar a la juventud por medio de la cultura que es lo que más llama la atención. Mostrar desde mi propio ejemplo, desde el barrio donde está la sede que fue la casa donde yo me crié, una casa de madera, que sí se puede. Esto es algo que quería hacer para que los jóvenes de Buenaventura tuvieran la oportunidad de aprender un instrumento, de escuchar una charla musical, de tener un estudio de grabación, todas esas cosas que cuando a los niños realmente les llama la atención les cambia la vida”.

Sobre su nominación, García confiesa que este ha sido otro sueño hecho realidad, “todavía estoy adaptándome a esta realidad tan bonita, ser nominado a un premio Grammy es ser más visible, es recibir la certificación de todo gremio musical latino de que tu trabajo está ocupando los primeros lugares. Y aunque siempre hemos tenido el cariño del público, claro que hacen falta cosas como estas. De verdad que me siento alagado y después de sentirme alagado por mi música y mi profesión, me siento más halagado aún porque represento al Pacífico, represento una parte de Colombia y a Colombia misma que está llena de talento”, resaltó el cantante que recientemente logró escalar uno de los temas del álbum ‘Lo veo y no lo creo’, en el prestigioso listado de Billboard, esta vez cumpliendo otro sueño: cantar con uno de sus ídolos, el gran salsero Gilberto Santa Rosa.

Un trabajo musical que deja en evidencia el buen momento del cantante que comenzó su historia en las emblemáticas orquestas salseras Grupo Niche y Son de Cali, a quienes aún hoy les sigue recordando con mucho aprecio.

“Niche me permitió aprender mucho al lado del maestro Jairo Varela y conocer mucha personas, entre ellas a Javier Vásquez, con quien hice una gran amistad y logramos hacer el proyecto de Son de Cali. Ahí tuve la fortuna de escribir todas las canciones, hacer parte de la producción, y poner parte de mi identidad al lograr el sonido de la herencia africana”, resalta el salsero, que ante su primera nominación a los premios Grammy, tan esperados este año por lo polémicos que han sido, solo tiene por decir: “Al final a ese Hot Dog le va a quedar haciendo falta salsa”.