Hace 500 millones de años, en el periodo cámbrico, nuestro territorio estaba cubierto en gran medida por agua. Los 1’141.748 kilómetros cuadrados de lo que hoy llamamos Colombia eran principalmente mar.

En aquel momento, Suramérica hacía parte de un supercontinente llamado Gondwana, en el que además encajaban como puzzle África, Antártida, Australia e India.

Por esta razón, de acuerdo con registros fósiles de yacimientos paleontológicos colombianos —por ejemplo, del Desierto de la Tatacoa (Huila) y Villa de Leyva (Boyacá), que eran mar—, aquí habitaron diversidad de invertebrados y vertebrados marinos gigantescos, como los pliosaurios, aterradores reptiles pertenecientes al periodo cretácico y jurásico, entre hace 200 y 90 millones de años.

“Tenemos evidencias de épocas muy antiguas, para el periodo devónico (entre 350 y 200 millones de años), de una gran cantidad de animales marinos, como reptiles marinos, cocodrilos, peces de gran tamaño y algunas muestras de que existían tiburones ya en ese momento”, explica José Alejandro Narváez Rincón, geólogo e investigador paleontológico del Museo Geológico Colombiano.

Grandes reptiles marinos

Los pliosaurios, por su monstruosidad y tamaño, son algunos de los dinosaurios colombianos más llamativos “y de los que más restos hemos encontrado, debido a que por millones de años el territorio fue mar”, añade el experto.

Stenorhynchosaurus munozi. | Foto: Servicio Geológico Colombiano

Entre estos reptiles feroces que vivieron en el país se han encontrado otras especies, como el ictiosaurus, el asmosaurus y el mosasaurus. Este último, muy famoso porque aparece devorando todo a su paso en la saga de películas Jurassic World (2015-2022).

El sachicasaurus, otra especie de pliosaurio, fue descubierto por primera vez en Colombia y la nombraron en honor de Sáchica (Boyacá), donde fueron hallados los fósiles.

De igual forma, contamos con otro pliosaurio ‘compatriota’, el stenorhynchosaurus munozi, que nadó por este territorio hace unos 122 millones de años.

Sus restos, casi completos, fueron descubiertos en Villa de Leyva por un habitante curioso, el señor Jorge Muñoz, quien informó sobre este hallazgo en el año 2000 y, como un reconocimiento, los geólogos incluyeron su apellido ‘munozi’ en el nombre de la nueva especie.

En la actualidad, los fósiles de estos animales prehistóricos se encuentran en las instalaciones del Museo Geológico Nacional, en Bogotá.

Pero, a pesar de la gran cantidad de yacimientos paleontológicos y los registros dejados por todas estas criaturas, que en términos populares podrían llamarse dinosaurios —palabra compuesta que se refiere a poderosos (deinos) lagartos (sauros)—, son muy pocos los colombianos que asocian este país con la prehistoria, como un lugar que tuvo vida mucho antes de La Conquista y de la llegada de las primeras comunidades humanas, hace unos 16.000 años.

“Las personas saben que somos el segundo país más biodiverso del mundo, pero muchos ignoran que esta riqueza no solamente es actual, viene desde hace millones de años, de una prehistoria enorme, de la que podemos dar fe y entender a partir de los fósiles. Es importante que los colombianos entendamos que tenemos un patrimonio fósil que defender y cuidar, un trabajo que hemos venido desarrollando desde el Servicio Geológico Nacional”, sostiene el paleontólogo.

No obstante, hay un creciente interés por los dinosaurios y, en sentido amplio, por toda la megafauna que existió en Colombia, gracias a que “día a día va mejorando, la gente va enamorándose de su prehistoria y de los fósiles.

Asimismo, ahora tenemos muchos más profesionales en geología, paleontología y ciencias afines, como la arqueología y la antropología, que quieren estudiar y ampliar este conocimiento. Ya podemos encontrar una producción científica importante sobre nuestra prehistoria, lo que contribuye a su difusión entre la comunidad en general y a la conservación del patrimonio paleontológico del país”, agrega.

Grandes reptiles terrestres

De modo que, tanto en el imaginario popular colombiano —como en los programas académicos en las escuelas—, sería conveniente que, cuando se hablara de dinosaurios, al lado del tiranosaurio rex, del triceratops, o del brachiosaurio, entre otros, que son propios de Estados Unidos, también se destacaran los propios, que no son menos grandes y fascinantes.

Como el padillasaurus leivaensis, braquiosaurio cuyos fósiles fueron hallados en Villa de Leyva, la meca de la paleontología, que medía entre 16 y 18 metros, con un cuello largo, similar al de las jirafas, un peso de hasta 10 toneladas y que vivió hace unos 130 millones de años.

Perijasaurus lapaz. | Foto: Servicio Geológico Colombiano

El nombre de este reptil terrestre, registrado en 2015 a partir de unas vértebras conservadas por un habitante del lugar, es un tributo a Carlos Bernardo Padilla Bernal (1957–2013), fundador del Centro de Investigaciones Paleontológicas de Villa de Leyva, pionero de la investigación fósil en Colombia.

También merece estar en parques temáticos y en museos del mundo el perijasaurus lapaz, espécimen de saurópodo hallado en la Serranía del Perijá, departamento del Cesar, que fue clasificado apenas en 2018 gracias también a la Paz, que permitió el acceso de los investigadores al municipio llamado así. Por eso, al nombrarlo no solo hicieron una referencia al lugar, sino también a lo convenido entre el Estado colombiano y las Farc, dándolo a conocer como ‘el dinosaurio de la paz’.

El perijasaurus es el único de su especie registrado en el mundo: medía hasta 10 metros de longitud y vivió hace 175 millones de años, precisamente en el periodo jurásico. Hasta la fecha, el padillasaurus y el perijasaurus son los dos dinosaurios terrestres, herbívoros, de cuatro patas y cuello largo que se registran en Colombia.

Megafauna

Si de animales con proyección cinematográfica se trata, ninguno más terrorífico que la titanoboa cerrejonensis que, con sus entre 13 y 15 metros de longitud, pesando hasta una tonelada, deja como una lombriz a la anaconda más grande que se haya visto en las películas.

Esta serpiente prehistórica, que parece salida de una pesadilla, vivió hace 60 millones de años, en el periodo paleoceno, justo después de la extinción masiva de los grandes reptiles a causa del meteorito que cayó en la Península de Yucatán (México), por lo que se considera parte de la megafauna más reciente.

Titanoboa cerrejonensis. | Foto: Servicio Geológico Colombiano

Los fósiles de la titanoboa fueron descubiertos en La Guajira y es la única en su especie descrita en el mundo.

“Con la desaparición de los grandes reptiles se abren nichos para una megafauna compuesta en parte por mamíferos vertebrados terrestres, pero también hay diversidad de otras especies, como la gigantopoda (pulpo gigante), cocodrilos y tortugas de gran tamaño”, explica José Alejandro.

Esta nueva megafauna fue evolucionando por varios periodos y para el periodo mioceno, hace unos 23 millones de años, en Colombia caminaban animales como el astrapoterio, un mamífero con dos pares de colmillos parecido al hipopótamo y la danta modernos.

“No es muy conocido a nivel mundial, pero acá tenemos restos bastante bien preservados y son animales que se restringen mucho a estas faunas de la época miocena”, apunta el geólogo.

Gonfoterio o mastodonte. | Foto: Servicio Geológico Colombiano

Al mismo tiempo, se encuentra el gonfotérido (mastodonte), especie emparentada con los elefantes, que vivió hasta hace unos 10.000 años, alcanzando a convivir con seres humanos.

Uno de los más curiosos animales de este periodo es el eremotherium o perezoso gigante, que medía hasta seis metros y podía pararse en sus patas traseras.

A propósito de los gonfotéridos y los eremoterios, muchos de estos fósiles fueron hallados en el lecho del río Cauca, por lo que se presume que también habitaron en lo que hoy es el Valle del Cauca. En la Universidad Icesi se conservan fósiles que lo evidencian.

Eremotherium o perezoso gigante. | Foto: Servicio Geológico Colombiano

Existieron otros, como los gliptodontes o armadillos gigantes, cocodrilos, caimanes, delfines. Incluso se empiezan a encontrar registros de primates y muchas otras especies más pequeñas, algunas de las cuales podrían haber desaparecido como consecuencia del ser humano.

En la actualidad, los arqueólogos y los paleontólogos siguen descubriendo especies y nuevos datos en los grandes yacimientos fósiles, por lo que la prehistoria de Colombia es un capítulo que apenas comienza.

SACHICASAURUS

Especie de pliosaurio que habitó en un ecosistema marino, que hoy es el departamento de Boyacá, hace 122 millones de años, en el periodo cretácico. Podía medir entre 10 y 12 metros de largo, tenía un cráneo con largas mandíbulas que llegaba a los 2,52 metros, pesaba hasta ocho toneladas y era un depredador acuático voraz.

Cohabitó con el callawayasaurus colombiensis, un reptil marino de largo cuello (de hasta 3,5 metros), que medía hasta 8 metros de longitud y 4 toneladas de peso. Similar a las ilustraciones del monstruo del Lago Ness.

PERIJASAURUS LAPAZ

Desde 1943, en el municipio La Paz, Serranía del Perijá (Cesar), se tenía conocimiento del hallazgo de una vértebra, al parecer de un dinosaurio. Pero el conflicto armado impidió que los investigadores confirmaran su identidad. Tuvieron que esperar hasta el 2018, tras la firma del Acuerdo de Paz, para realizar los estudios y visitar el yacimiento, comprobando que se trataba de un saurópodo de hace 175 millones de años.

TITANOBOA CERREJONENSIS

Serpiente gigante que vivió en un bosque tropical lluvioso parecido al Amazonas, ubicado en lo que hoy es La Guajira, hace 60 millones de años. Podía medir hasta 15 metros de longitud, con un diámetro de hasta un metro y pesar más de una tonelada. Sus fósiles fueron hallados en la localidad de El Cerrejón, en La Guajira, en el año 2005. De ahí su nombre.

EREMOTHERIUM

El perezoso gigante vivió desde hace 1,8 millones de años, hasta hace apenas 16.000 años, por lo que convivió con los seres humanos. “Se han encontrado asentamientos humanos con restos de eremotherium que muestran cortes y fracturas, característicos del consumo humano”, señala el geólogo José Alejandro Narváez Rincón.

ASTRAPOTHERIUM

Mamíferos que habitaron Suramérica desde el periodo paleoceno al mioceno, hace 23 y 13 millones de años. Eran herbívoros, medían entre 2,7 y 1,4 metros, y podían pesar hasta una tonelada. Se caracterizaban por una trompa similar a la de los tapires, rodeada de dos pares de colmillos, y solían permanecer bastante tiempo en el agua, como los hipopótamos.

GLIPTODONTE

Podrían considerarse los antepasados de los actuales armadillos, salvo que los gliptodontes podían medir hasta tres metros de longitud, tenían una fuerte armadura y se alimentaban de plantas. Habitaron el territorio colombiano entre hace 16 y 2,5 millones de años. Sus fósiles se han encontrado en yacimientos de Huila, Sucre y La Guajira.

Para conocer más, visite las sedes en Bogotá, Medellín y Cali, del Museo Geológico Nacional. Entrada gratuita.