El apellido Turbay en Colombia proviene de inmigrantes libaneses que llegaron durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, instalándose en diferentes regiones del país.

La historia de los Turbay es larga y compleja, pero en la actualidad, están asociados en la memoria colectiva y la opinión pública, con el expresidente Julio César Turbay Ayala, que gobernó entre los años 1978 y 1982, y su nieto, Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial que murió el pasado 11 de agosto, después de un atentado sicarial.

Sin embargo, mucho antes de ellos, durante los años 30 y 40 del siglo XX, el nombre de Gabriel Turbay Abunader despertaba admiración y respeto en toda la clase política, debido a su carácter civilizado, talante democrático y capacidad diplomática.

Él fue ministro de Gobierno de Enrique Olaya Herrera (1930-1934), y ministro de Relaciones Exteriores de Alfonso López Pumarejo (1934-1938), así como candidato a la presidencia de Colombia en 1946, en representación del liberalismo.

Gabriel Turbay Abunader (1901-1947). | Foto: Wikipedia

Gabriel Turbay fue la esperanza de continuidad para la llamada República Liberal que tenía el poder en Colombia, no obstante, perdió las elecciones ante una campaña negra, manchada de racismo y ataques violentos, adelantada por el partido Conservador, encabezado por Laureano Gómez, y también por la traición de un sector liberal, que estaba liderado por su copartidario Jorge Eliécer Gaitán.

Después, Turbay se exilió de Colombia y murió el 17 de noviembre de 1947 en París (Francia). La generación que lo siguió ya murió, y ahora solo los nietos nonagenarios de aquellos turbayistas guardan un vago recuerdo suyo.

“Él es una ficha que no había sido incluida dentro de nuestra historia política. En general uno abre un manual de historia en Colombia y Gabriel Turbay merece una o dos líneas, donde, en general, dicen que era el oligarca enemigo de Gaitán en las elecciones del 46, y que por su culpa Gaitán no fue presidente. Pero, el olvido empieza porque los historiadores no se habían interesado por saber quién era Turbay realmente”, cuenta Olga L. González, politóloga, historiadora y socióloga, actual investigadora de la Universidad Paris Diderot.

González acaba de publicar ‘El presidente que no fue, la historia silenciada de Gabriel Turbay’, donde reconstruye la vida y pensamiento político de este líder, que representó como nadie nunca hasta hoy, un liberalismo de izquierda, moderado y pragmático.

En su libro, cita algunos comentarios que en su momento dieron políticos sobre Gabriel Turbay:

Libro de divulgación histórica sobre el líder liberal Gabriel Turbay. | Foto: Ediciones Uniandes

“Si Colombia le hubiera entregado la Presidencia, otra muy distinta había sido nuestra historia, comenzando porque la época de la violencia nos la habríamos ahorrado”, dijo el expresidente Carlos Lleras Restrepo.

Y el mismo Jorge Eliécer Gaitán, afirmó que “cuando sea tiempo, diré quiénes y cómo traicionaron a Turbay”.

En una conversación desde la capital francesa, la historiadora aclara la primera duda que surge, debido a la tragedia reciente que vincula al apellido Turbay.

“No son la misma familia, Julio César Turbay Ayala, el expresidente y sus descendientes, no tienen relación con Gabriel Turbay, así tengan el mismo apellido. Lo que sí tienen en común es que son familias que vienen del Líbano, de la migración libanesa. Pero la familia de Julio César Turbay se instaló por Girardot, y la de Gabriel Turbay en Bucaramanga”, afirma.

El libro, a partir de una exhaustiva investigación documental y algunos testimonios, descubre las dos vertientes del liberalismo de izquierda, representadas una por Gabriel Turbay, la más moderada, y la otra, más beligerante, por Jorge Eliécer Gaitán.

“Entre el 1930 y el 1946, Colombia estuvo gobernada por el Partido Liberal y ese periodo es probablemente el mejor del siglo XX, cuando se hicieron muchísimos avances sociales y en derechos para los trabajadores y las mujeres, y se adelantaban discusiones de reforma de tierras”, describe González.

“Pero había dos tendencias, una tendencia de liberales de derecha y otra de liberalismo de izquierda. Turbay y Gaitán pertenecían al liberalismo de izquierda, aunque eran muy diferentes. Turbay era un modernizador, un estadista, un administrador del Estado, un parlamentario, un embajador, un ministro, un hombre que siempre intentó hacer reformas de envergadura”.

Por otro lado, “Gaitán realmente era un agitador nato, esa fue su esencia, que venía de su ejercicio profesional como abogado penalista, en el que defendió a diferentes tipos de personas, incluso a delincuentes. Esas fueron dos facetas del liberalismo de izquierda, y de cierta forma considero que todavía Colombia sigue vibrando con los agitadores, más que con los verdaderos estadistas”.

Los discursos de Gabriel Turbay formaron a varias generaciones de políticos; el último que reivindicó el legado turbayista fue Luis Carlos Galán, en cuya biblioteca tenía su libro.

Otro aspecto revelador de ‘El presidente que no fue’, es cómo aparece el “lado oscuro” de Jorge Eliécer Gaitán, quien no por haberse convertido en un mito, dejó de tener los comportamientos reprochables de la clase política colombiana.

“El pensamiento político de Gabriel Turbay enseña que es necesario tener unas reglas de debate político limpias, porque, al rebajar y ensuciar la política, terminamos todos perjudicados”.

“Gaitán es una figura complicada, es muy difícil criticar a un mito nacional. Pero, cuando conocemos su historia, encontramos que Gaitán tenía muchas cosas complicadas, como cierto consentimiento de la violencia, su cercanía con los conservadores, a veces parecía como si su enemigo principal fuera el liberalismo, y tenía otras posturas como que se oponía a los sindicatos y detestaba el Partido Comunista. Hay que conocer muchísimo más a Gaitán y estar dispuesto a que nos decepcione, pero esa es la verdad histórica”, reflexiona González.