Clara Luz Roldán lleva seis meses luchando contra una enfermedad. Evitar que el Covid-19 se expandiera sin freno por la región, causando muertes y pobreza, se convirtió en la prioridad de su gestión como gobernadora del Valle del Cauca.

Y mientras compraba ventiladores para dotar las unidades de cuidados intensivos de los hospitales del departamento y coordinaba la entrega de mercados en los 42 municipios de la comarca, fueron varias las ocasiones en las que falsamente se creyó que podría haberse contagiado.

No me da temor, decía con la fe que la caracteriza, como adivinando la palabra negativo en las pruebas. Pero hace quince días ese resultado se convirtió en síntoma de algo más, por lo que justo cuando las cifras indican que la Mandataria está logrando que los vallecaucanos le ganen la batalla a la pandemia, ella está obligada a empezar una cruzada por su salud.

Saldrá victoriosa, asegura aferrada al Milagroso de Buga y a la solidaridad que ha recibido dentro y fuera del departamento, mientras promete cuidarse pero reconoce que el trabajo será su mejor terapia.
En efecto, aunque no elude preguntas sobre el linfoma no Hodking que le diagnosticaron, su tono de voz se afianza al explicar cómo espera lograr que en cada hogar vallecaucano haya al menos una persona trabajando mientras se reactiva la economía en la región.

Definitivamente ha sido un año muy difícil. ¿Qué siente, no la gobernadora sino el ser humano?

Digo, como muchos chistes que ponen en las redes sociales: el que el 31 de diciembre diga que no se alegra de que termina el 2020, va a mentir.

La realidad es que para todos ha sido un año muy difícil, pero para mí lo ha sido un poco más, porque aparte de la pandemia, de la crisis económica y de todo lo que vivimos en la Gobernación, me han tocado varias experiencias personales: hace tres meses a mi hija le estaban haciendo una operación, por una arritmia cardíaca, que duró cuatro horas, pero también tuve la solidaridad y el acompañamiento de todos.

Y ahora esta enfermedad…

Sí, empezó con unas gripas constantes y mantenía mucho desaliento. Hace quince días me dio una gripa muy fuerte, pasé toda la noche tosiendo y cuando me levanté me dolía el pecho y tenía todos los síntomas del covid. Llamé a la Secretaria de Salud Departamental, me mandó la prueba y que fuera a tomarme una radiografía de pulmón y un hemograma.

Todo salió como que fuera covid, pero el resultado fue negativo, lo repitieron e igual. Entonces me hicieron el PED y salieron los ganglios inflamados, me hacen la biopsia y sale lo que ya conocemos todos. Yo digo: Diosito, tú siempre has dicho que las cruces más pesadas se las pones a quienes tienen las posibilidades de cargarlas, y ahora me toca asumir esta situación. Son 3 días cada 21 días que tengo que ingresar a hacerme la quimio; viernes, sábado y domingo, y el lunes ya estoy trabajando. Estos primeros quince días los voy a hacer por teletrabajo, pero ya tengo autorización de la doctora para que, con todas las medidas de bioseguridad, a partir de la tercera semana pueda ir dos días a la Gobernación.

Uno sí dice: ‘ay Diosito, y en este momento’, pero no miento cuando digo que no tengo angustia, lo he tomado con tranquilidad. Estoy en las mejores manos, el personal de Imbanaco ha sido espectacular, y sé que con esos ángeles y con todas las oraciones que he recibido de sacerdotes, pastores, amigos, voy a salir muy pronto de esto, a seguir gobernando y a cumplirles a los vallecaucanos con todo lo que nos propusimos. Obvio, nos toca redireccionar nuestro Plan de Desarrollo, pero vamos a salir de esta crisis y vamos a superar este momento tan duro de la historia que nos tocó vivir.

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La palabra cáncer da miedo, ¿qué fue lo primero que pensó cuando supo que tenía esta enfermedad?

Lo primero fue que me explicaran qué es un linfoma no Hodgkin, y luego leí que es un cáncer que tiene el 94 % de recuperación y que muchas personas de la vida pública han salido victoriosas de él. Hay cánceres mucho más agresivos y está comprobado que, con seis quimioterapias, más unas de refuerzo, muchas personas llevan 20, 25 años viviendo y lo han superado. Los médicos, como hablan en sus términos, no me dijeron cáncer sino linfoma de no Hodgkin y ganglios inflamados y yo pensé que no era muy grave, pero Dilian, mi hermana, mi amiga, me dijo: ‘No mamita, no le quiero mentir: el linfoma de no Hodgkin es cáncer. No es muy agresivo y lo vamos a combatir, pero tienes que saber la realidad’.

Llamé a mis hijos y les dije: ‘vamos a tomar esto en familia’. Ya empecé el tratamiento. Es duro, pero sé que Dios tiene nuestros destinos en sus manos y me mandó un mensaje de Isaías que dice que me lleva tatuada en la palma de su mano, entonces sé que Él me va a ayudar a superarlo y a recuperarme.

Pero debe cuidarse, estar tranquila...

Todos los médicos me han dicho que el cáncer florece cuando uno ha manejado un estrés muy alto, no descansa ni le da al cuerpo la tranquilidad que necesita. Esas gripas que me daban eran un mensaje que no recibí, no fui a hacerme exámenes sino que me tomaba un acetaminofén y adelante. Ahora, si tienes un covid, unos habitantes a los que hay que darles mercado, se nos estaba disparando el número de casos, llegamos a estar con el 95 % de las unidades de cuidados intensivos ocupadas y los ventiladores nada que nos llegaban, no puedes decirle al cuerpo ‘tranquilo, no te estreses’, cuando eres responsable y sabes que tienes que solucionar el problema, eso no es tan fácil.

¿Esperaba toda esa ola de manifestaciones de afecto y solidaridad?

La mayor fortaleza que he tenido han sido todas esas bendiciones y mensajes de afecto y solidaridad. Todo el mundo diciéndome: ‘no se preocupe, vamos a ayudar, vamos a trabajar’. Todo mi equipo de la Gobernación supremamente comprometido: ‘tranquila, que nosotros seguimos con este Valle Invencible’. El miércoles estuve en una misa del Milagroso de Buga, que hicieron por mí, pues soy muy devota de él, y el martes en la Virgen de la Medalla Milagrosa. El Presidente me llamó, la Primera Dama, la Vicepresidenta, ha sido una solidaridad muy hermosa y eso le da a uno muchas ganas de seguir adelante, luchando, sabiendo que lo vamos a combatir.

Lo bueno es que esto llega cuando lo más crítico de la pandemia ya parece haber pasado en la región, no como en otras partes del país...

Sí, creo que hoy somos un referente a nivel nacional. Cuando esto empezó, todo el mundo decía, ¿qué es lo que está haciendo Antioquia, por qué ellos están tan bien? Y nosotros calladitos; sabíamos que estábamos haciendo las cosas bien, y hoy Antioquia casi nos duplica en casos y he escuchado que en unidades de cuidados intensivos están muy apretados. Nosotros estamos al 50 %, hemos logrado que la gente se concientice y fuimos los primeros en tomar la decisión de abrir la economía, las iglesias.

Cuando iban a abrir otros aeropuertos, dijimos: ‘cómo así que nosotros no, si somos los que mejor estamos’, hablamos con el Gobierno Nacional y ese mismo fin de semana decidieron abrir también nuestro aeropuerto. O sea, hemos actuado, no ha habido hambre en el departamento, no se nos acabó la plata de los mercados. Gracias a Dios, todavía tengo para dos meses y ya me estoy proyectando para dar seis meses también el año entrante, porque lo único que no podemos permitir es que haya hambre mientras reactivamos la economía.

¿Y cómo se logrará esa reactivación?

Todos nuestros recursos van a ir encaminados a reactivar sobre todo esas empresas que se cerraron producto de la pandemia y que vemos que son las que más fácilmente pueden empezar a activarse. Te pongo un ejemplo: ¿quién de nosotros no se comió una ensalada en Primos y pasar y ver que se arrienda? Yo sé que si a Primos le damos un empuje con un recurso, en un mes está abierto otra vez y con el mismo personal contratado. Carne y Maduro tenía diez puntos de ventas y todos están en una bodega. Es más fácil para nosotros activar una empresa que ya tiene una trayectoria que ponernos a abrir. Entonces, estamos dejando unas primeras inversiones en el presupuesto, por $12.000 millones, y estamos tramitando las vigencias futuras en la Asamblea para hacer convenios con los municipios y reactivar los negocios que se cerraron.

Para los municipios de categoría 5 y 6, por cada peso que ellos pongan, nosotros ponemos tres; para los de categoría 3 y 4, por cada peso, ponemos dos, y en los municipios de categoría 1 y 2, peso a peso, y con eso vamos a empezar a reactivar primero los negocios que se cerraron producto de la pandemia.

¿O sea, que ahora esa es su mayor preocupación como ‘mamá’ de los vallecaucanos?

Primero, que no haya hambre: asegurar el mercado para seguirles repartiendo a todos los municipios en lo que resta del año y por lo menos seis meses del entrante, mientras reactivamos el empleo y generamos empleo. Es que a partir de los seis meses de pandemia perdimos 680.000 empleos y con la apertura económica hemos recuperado la mitad y falta la otra mitad. Mientras eso, yo necesito que no haya hambre, que al Banco de Alimentos no le falten alimentos, que a Samaritanos de la Calle no le falten alimentos y que a todos los municipios del Valle no les vayan a faltar mercados. Segundo, que empecemos a reactivar esos empleos, porque retrocedimos diez años. Nosotros teníamos las cifras de desempleo en un dígito y hoy estamos en el 24 %. Recuperar otra vez ese 14 % va a significar que hagamos una inversión hacia infraestructura y turismo.

Antes de la pandemia yo tenía un gran sueño, pero ahora sé que el turismo se va a activar mucho internamente, entonces vamos a asociarnos con todo el gremio turístico para ofrecer promociones para que el vallecaucano vaya a conocer su hermoso departamento: la Laguna de Sonso, nuestro paisaje cultural cafetero. Vamos a trabajar para que la reactivación económica sea hacia la agricultura, la infraestructura y el turismo. Entonces, lo que más me preocupa es el empleo de los vallecaucanos, que si no podemos avanzar en lo que soñábamos, porque uno tiene que tener los pies sobre la tierra, por lo menos no retroceder más y buscar avanzar para disminuir esa brecha que vuelve a dársenos. Y eso que nosotros estamos hablando de diez años, pero leí un artículo de la ONU que dice que, en niveles de pobreza, en el mundo entero retrocedimos 25 años. Lo que más me preocupa es que en cada hogar vallecaucano, por lo menos, haya una persona trabajando.

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¿Cómo se dividirá el trabajo con el Secretario de Desarrollo Institucional, que la va a reemplazar cuando sea necesario?

Serán tres días, Luis Alfonso Chávez es una persona con una gran trayectoria, ha sido diputado. Precisamente estamos presentando el presupuesto a la Asamblea Departamental y lo mismo las vigencias futuras que vamos a tramitar para empezar los planes de infraestructura.

Ya tengo un préstamo aprobado por la Asamblea por $635.000 millones y esa capacidad de endeudamiento es para obras de infraestructura, más la gran ayuda que quiero destacar, por su gran labor, del Bloque Parlamentario del Valle, que hoy tiene de presidente en las comisiones económicas a Abraham Jiménez, y está trabajando para traer recursos al departamento para que podamos terminar, sino como doble calzada, la ampliación de Candelaria hasta Florida, el Crucero de Dapa hasta la Glorieta de Las Américas, en Yumbo; y para que saquemos adelante la Cañasgordas.

Somos favorecidos en el Valle del Cauca porque acaban de montar la licitación definitiva de la concesión de la malla vial, que va a ser un gran desarrollo. Es la primera 5G de Colombia, así como nuestra malla vial fue la primera.