Luego de un mes de operación de la zona de estacionamiento regulado del barrio El Peñón, en el oeste de Cali, las opiniones en torno a este plan piloto para empezar a cobrar por la utilización del espacio público no pueden estar más divididas.

De un lado están los comerciantes y residentes del sector, quienes acusan una caída estrepitosa en sus ventas y visitas, respectivamente; mientras que del otro lado, la Alcaldía y los Municipios Asociados del Altiplano del Oriente Antioqueño, Masora, advierten que el proyecto cada vez va teniendo mayor aceptación entre los conductores que arriban a esta zona.

De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, desde el 1 de octubre, cuando se empezaron a cobrar $1300 a carros y $450 a motos por cada media hora que se ocupen las celdas de estacionamiento, se empezó a notar una permanente rotación de los vehículos en la zona, en lugar de interminables estancias de automotores sobre las vías.

Durante el primer mes del cobro por estacionamiento en El Peñón se recaudaron $57.826.950, que correspondieron a 22.307 vehículos -carros y motocicletas- que utilizaron los cajones demarcados.

“La gente, en general, ha aprendido a utilizar bien las zonas de estacionamiento; se están cumpliendo las expectativas en cuanto a la información que necesitamos recopilar. Cambiar el status quo de una ciudad que no está acostumbrada a esto no es fácil, pero poco a poco vamos abriendo la mente de las personas”, refirió el subsecretario de Movilidad Sostenible, Henry Martín Uribe, quien recordó que con esta estrategia se busca generar ingresos que refuercen la operación del sistema de transporte masivo MÍO.

Según los registros obtenidos por Masora durante el primer mes de operación del piloto, solo 397 vehículos reutilizaron las celdas de parqueo del barrio.

Asimismo, se ha determinado que 17.448 vehículos utilizaron las zonas de estacionamiento regulado por más de 11 minutos. De esta cantidad de automotores, el 48,7 % permaneció en el sitio entre 11 minutos y una hora, mientras que el 51,3 % estuvo parqueado en las celdas por más de sesenta minutos.

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“El piloto va hasta el 15 de diciembre y será en ese momento en el que podremos evaluar el verdadero impacto de una medida de este tipo, pues la zona de estacionamiento regulado lo que hace es ordenar el tráfico y generar espacios para que los residentes y visitantes tengan cómo movilizarse de forma más segura. Hemos visto que la gran mayoría de la gente está pagando sin problema y quienes se quedan más allá de las 9:00 p.m. -cuando finaliza la atención por parte de los funcionarios- vuelven al otro día a cancelar”, dijo Martín Uribe, quien hizo un llamado a quienes se estacionan en el sector a respetar a los funcionarios encargados del cobro.

Comerciantes hablan de pérdidas

Más allá de las cuentas que advierten el Municipio y el operador del servicio, desde los locales comerciales de El Peñón aseguran que el experimento del cobro obligatorio por parquear en las vías del barrio les ha golpeado a tal punto que hay quienes ya han despedido trabajadores o aseguran estar a punto de cerrar sus puertas.

Estefanía Parra, trabajadora de la panadería Le Sucré, comentó que las ventas han caído de forma estrepitosa. “El lunes, que es un día muy suave, se podían facturar $300.000, pero en octubre la gente dejó de llegar porque empezaron a cobrar el parqueadero y a duras penas estamos llegando a $100.000. Muchas veces la gente llega apurada a comprar el pan y sale y se va, cuando antes se quedaban a tomar un café o a almorzar”, dijo la empleada.

Por su parte, Yadira Muñoz, administradora del restaurante Tortelli, señaló que las ventas en el local situado frente al parque del barrio han menguado el 40 % y el efecto se ve más que todo en las noches.
“Muchas veces no se trata del hecho de cobrar, sino que no hay dónde dejar los carros desde que prohibieron el estacionamiento en el parque; esto ha generado mucha indisposición entre los clientes, ya no tienen largas estancias de 12:00 del mediodía hasta las 3:00 de la tarde, sino que piden, comen, pagan y se van. No es viable que pongan esta medida de forma indefinida, al menos no para los comerciantes”, aseguró Muñoz.


Más abajo, en la Carrera 3 con Calle 4 Oeste, los comerciantes de tiendas de ropa y restaurantes también advierten y señalan que ya han tenido que despedir trabajadores.

Ese es el caso de Andrés Baquero, propietario de Macao Cuisine, quien señaló que teniendo en cuenta el bajón del 50 % en ventas de su restaurante debió liquidar a uno de sus ayudantes de cocina. “Nos tocó recurrir a un prestamista porque no alcanzamos ni a cubrir el valor del alquiler del local. Esto -el cobro de parqueo regulado- es algo que deberían hacer en el centro, donde sí amerita que cobren, pero no en un barrio donde la gente viene a visitar a su mamá”, insistió.

Entre tanto, Germán Tamayo, propietario de la boutique Melinna, señaló que octubre fue un mes “terrible” en ventas.

“Ha sido tanta la desesperación que le he ofrecido a la clientela pagarle el parqueadero para que vuelva, pero responden que no se trata de pagar $1300 sino que están cansados de darle dinero al Estado y no verlo reflejado en nada. Con este cobro mataron a quienes tenemos negocios aquí”, dijo.

La ola de quejas se extiende por el barrio hasta colindar con el río Cali. De hecho, Basilio Klonis, propietario del Hotel Obelisco, indicó que “la gente que no quiere pagar en El Peñón está dejando el carro en la bahía que tenemos frente al hotel y se va caminando a los restaurantes y demás sitios del barrio. En octubre dejamos de facturar, por día, entre $3 millones y $4 millones; las ventas se han ido al piso”.

Por otro lado, Harold Téllez, usuario de la zona de estacionamiento regulado, señaló que sus visitas a este sector se redujeron desde octubre, cuando empezó el plan piloto. “Solía venir mucho a tardear y tomar café o una cerveza, pero con el pago obligatorio se complican las cosas, porque es un gasto con el que uno no cuenta y es injusto pagar por el uso de un espacio común, que es la vía”, afirmó.

Sofía Giraldo, residente de El Peñón, dijo que el hecho de que se empezara a regular el estacionamiento en el barrio “ha ordenado mucho más las calles, ya no se ve el caos que había a diario y que dificultaba mucho caminar o andar en bicicleta. Esto debería continuar, pero ampliarse también a horario nocturno, porque después de las 9:00 p.m., cuando no hay vigilantes, la gente empieza a parquear donde no está permitido y hasta en contravía; hacen falta guardas de tránsito para evitar esa anarquía”.

Ospina esperará resultados de ZER

En cuanto a las Zonas de Estacionamiento Regulado (ZER), que proyectan 12 en todo Cali, el alcalde electo de Cali, Jorge Iván Ospina, señaló que “esta es una fuente elástica y precaria. En síntesis, valora-
ría los impactos del piloto en El Peñón. Esto, para saber si lo mantendría o no en términos de impactos económicos”.