El fuerte sismo que se registró en la mañana de este miércoles 27 de agosto en Popayán y municipios vecinos revivió en la mente y los corazones de los payaneses la tragedia que causó el terremoto hace 42 años, fenómeno que destruyó por completo la ciudad.
“Cada temblor que se registra en esta zona del país, es volver a vivir esa trágica mañana de Jueves Santo 31 de Marzo cuando la tierra se abrió y acabó con muchas vidas, casas, prácticamente la ciudad, estaba yo muy pequeña cuando vi que mi mamá caía en la cama donde dormíamos porque de la fuerza de ese terremoto la tumbó cuando intentó pararse, ese recuerdo está aún vivo en mi corazón y cada vez que tiembla, regresa a mi vida con toda la fuerza”, relata Sandra Jimena Cardona, una ama de casa que tenía escasos nueve años cuando la Ciudad Blanca terminó convertida en escombros.
Por eso, esta mañana de miércoles, cuando la tierra volvió a rugir, a moverse, Sandra Jimena se paró rápidamente de su cama para despertar a sus dos hijos, esposo, para salir de la casa, ubicada en el barrio La Pamba, para evitar alguna tragedia. Ella, con esa fuerza de mamá, fue la encargada de liderar esa evacuación, como se registró en muchos hogares de esta zona del país a las 4:30 de la madrugada de hoy cuando tembló.
“A pesar de que han pasado tantos años, el terremoto que destruyó mi ciudad nos dejó una huella imborrable, por eso esta madrugada de miércoles 27 de agosto volví a sentir esa incertidumbre, ese miedo o terror que viví cuando era niña cuando ese terremoto nos despertó y me tocó ver como mi mamá caía en la cama, estando embarazada de uno de mis hermanos, para después ver como ventanas, puertas, tejas, vidrios caían en pedazos”, agrega Sandra Jimena, al compartir este testimonio con El País.
Similar vivencia la comparte el periodista José Ignacio Quijano Bravo, quien esa mañana de Jueves Santo, hace 42 años, vio cómo la biblioteca de su cuarto caía sobre él cuando intentaba pararse de su cama. Esta madrugada de miércoles, volvió a sentir ese miedo que marcó su vida por el terremoto. Su corazón se volvió acelerar, tras quedar manos del miedo.
“Es inevitable que los recuerdos regresen cuando nos toca vivir esta clase de temblores, porque lo que vivimos los payaneses hace 42 años de edad cuando nuestra ciudad desapareció, estaba yo muy joven cuando escuché esos gritos de terror de los vecinos, familiares y al ver cómo las casas caían como castillos de naipe”, recuerda José Ignacio Quijano Bravo al momento de referirse a lo vivido en las últimas horas cuando un sismo de 4.2 grados, con epicentro en el municipio de Cajibío, despertó a las comunidades de esta zona del país.
Por eso muchas familias se vieron obligadas a empezar el día tras ese fuerte remezón, y como se aprecia en los vídeos que circulan en las redes sociales, techos, ventanas y paredes se movieron con fuerza, asustando además a los pobladores de municipio vecinos como Balboa, Piendamó, Timbío, Morales, Santander de Quilichao, Suárez y Buenos Aires.
A pesar de la intensidad del fenómeno natural, las autoridades y organismos de socorro no reportaron emergencias o víctimas, solamente se tiene el reporte de una vivienda en la vereda Cañaveral de la zona rural del municipio de Morales.