La abuela tejedora Mercedes Herrera Bedoya mostró el poder creativo de sus manos y de su corazón en la exposición de manualidades que adelantó la Fundación Hogar San Vicente de Paul de la ciudad de Popayán.

“Tejo para que mi corazón siga latiendo, para que este cuerpo me funcione, pero lo más importante, para que mi mente muestre todo su poder creativo”, relata de manera jocosa esta adulta mayor del municipio de Tuluá, Valle, quien por cuestiones de la vida, terminó radicada en la capital del Cauca, donde compartió con sus familiares hasta el momento que tomó la decisión de ingresar a esta casa geriátrica para seguir con su existencia.

Los asistentes a esta exposición compraron las creaciones de estos adultos mayores. | Foto: Francisco Calderón

Por eso, en esta primera versión de la exposición de manualidades, que se adelanta en el marco de la Semana del Adulto Mayor, Mercedes Herrera Bedoya mostró sus creaciones, elaboradas pacientemente en largas jornadas de tejido que ella adelanta durante su permanencia en este hogar, uno de los más reconocidos del suroccidente del país.

“Este arte lo aprendí poco a poco, desde la práctica diaria, de ensayo y error, y ahora que estoy en el hogar, me queda tiempo para ya dedicarme con más calma para ir tejiendo en varias modalidades, pero lo que busco, es que sean creaciones con mucha imaginación”, agrega Mercedes Herrera Bedoya al momento de explicar sus tejidos a los asistentes a esta primera exposición de manualidades, organizada por esta Fundación Hogar como forma de mostrar el proceso de formación en la que participan los noventa abuelos y abuelas que integran esta gran familia.

El amor y dedicación de las enfermeras, administrativas y aprendices del Sena son clave en los procesos de cuidado y formación de estos adultos mayores. | Foto: Francisco Calderón

Tortugas elaboradas con telas pixeladas, armadillos creados con lana, flores de tela, pájaros de diferentes especies y muñecos son parte del amplio trabajo de esta abuela, quien a sus 75 años de edad conserva intacta la fuerza de su imaginación, pero sobre todo, la capacidad de comercializar sus creaciones gracias a este espacio que se integra al proceso de formación y cuidado que se adelanta con estos “veteranos de la vida”.

“Envejecer no es sinónimo de final de la vida, no, los abuelos y abuelas sigue aprendiendo, jugando, creando, enseñando, bailando, soñando, amando, a eso apuntamos como fundación a la hora de atender a estos noventa abuelos y abuelos", explica la psicóloga Sandra Ibarra, directora de la Fundación Hogar San Vicente de Paul.

La profesional de la salud agrega que además reciben la correspondiente atención médica y psicológica, y claro, esta exposición es la primera vez donde ellos muestran su talento y creatividad que exponen en las clases de manualidad que reciben durante la semana”.

Pero ella teje no solo esta clase de creaciones, bajo la modalidad de punta seguida, sino que también Mercedes Herera Bedoya contribuye en la reparación de la ropa de sus compañeros, incluso, en la elaboración de los trajes para las diferentes presentaciones artísticas que se adelanta en este Fundación Hogar, donde la vida sigue con mucha más vitalidad y energía, gracias al compromiso de enfermeras, psicólogas, administrativos y directivas.

Los abuelos compartieron las muñecas y jarrones elaborados con materiales reciclados, creaciones que surgieron durante las clases de manualidades que reciben en la Fundación Hogar. | Foto: Francisco Calderón