Los aumentos en el servicio de energía en diferentes zonas del país se debe a varios factores, entre ellos la fuerza del fenómeno de El Niño en Colombia y los decretos de emergencia del Gobierno Nacional. De acuerdo con un reporte de la Contraloría General de la República, presentado por la delegada de Minas y Energías, el aumento en la tarifa de este servicio ha alcanzado el 300%
Por ello, el contralor delegado de Minas y Energía, Germán Castro, comentó en un diálogo con un medio de comunicación nacional, que en Colombia existe el riesgo de que se produzca un apagón.
“Sin lugar a dudas y en un concepto personal, existe un riesgo inminente (de apagón), empresas como las que prestan servicios en la costa pueden llegar en un momento dado con los precios de bolsa a no ser capaces de adquirir la energía y por consiguiente prestar el servicio a los usuarios”, explicó Castro.
Una de las alertas de Castro es que, en enero de este año, la producción de energía era de unos $250 kilovatio/hora, mientras que a mediados de septiembre, los valores eran de unos $1.100 kilovatio/hora.
“Son riesgos sistémicos (...) una vez que comercializadores no puedan adquirir la energía, el Gobierno tendría que intervenir y comercializar y distribuir esa energía”, expresó el contralor delegado.
Por ello, Castro enfatizó que el Gobierno Nacional debe comenzar a tomar medidas para evitar estos desenlaces: “Desde la Contraloría solo podemos entrar a alertar (...) Más allá de esto, las soluciones tienen que salir del mismo Gobierno”.
¿Una nueva ‘hora Gaviria’?
Hace más 30 años en Colombia se vivió un racionamiento sin precedentes debido al fenómeno del Niño. La falta de precipitaciones llevó al país a una crisis energética, por lo que además de controlar el flujo de agua, también se tuvo que restringir el eléctrico.
Por esta razón, el 2 de mayo de 1992 tuvo solo 23 horas, ya que se adelantó el reloj de las 12:00 a.m. a la 1:00 a.m. Este momento de la historia de Colombia es conocido como la ‘hora Gaviria’, un proyecto presentado por entonces ministro Juan Manuel Santos al presidente César Gaviria, que tenía como objetivo que se usaran las horas del día con más luz para realizar las actividades diarias y así no usar tanta energía eléctrica.
En los apagones de inicios de la década de 1990 fueron estrictos. En Bogotá, por ejemplo, los habitantes llegaban a pasar hasta 9 horas sin fluido eléctrico y en otros lugares, lejos de la capital, la ausencia de energía llegó a tener periodos de hasta 18 horas. Los expertos aseguraron que las realidades de ambas épocas no distan tanto la una a la otra, por lo que es primordial evitar ese escenario.
Amylkar Acosta Medina, exministro de Minas y Energía entre el 2013 y 2014, explicó que en ese momento “el país dependía en más del 80 % de las plantas hidroeléctricas para su generación de energía”, además de que esa temporada seca “se prolongó en el tiempo y con una alta intensidad”, como se prevé para este año.
Además de esto, la dependencia energética en las plantas hidroeléctricas varía en cada año, pero sigue siendo alta. Son más de 150 las hidroeléctricas del país que generan cerca del 70 % de la energía que se consumen los colombianos. El otro 30 % lo producen las 61 plantas térmicas.
Pero como se mencionó anteriormente, las cifras de dependencia cambian año con año, por lo que en este momento podrían ser mayores: en septiembre del 2022, la energía del país el año anterior había sido producida en un 84 % por las centrales hidroeléctricas, según Sinergox, entidad que centraliza la información pública del Mercado de Energía Mayorista (MEM) y la operación del Sistema Interconectado Nacional (SIN).
Sandra Fonseca, directora ejecutiva de Asoenergía, dijo que “hay retrasos en los proyectos de generación y transmisión (de energía), mientras la demanda crece a ritmo acelerado. De tal manera, no tenemos una gran capacidad de reserva en términos de energía y eso nos hace vulnerable”.
Además, se debe tener en cuenta que desde mitad de años, en varias zonas de Colombia se ha presentado disminución de las precipitaciones, y la duración de este fenómeno es incierta, lo que puede presentar déficit en las reservas actuales.