Los ataques con drones se consolidan como una de las expresiones más preocupantes del conflicto armado en Colombia.
Un balance oficial presentado por el presidente Gustavo Petro reveló que esta modalidad de violencia ha dejado 58 muertos y 300 heridos, en su mayoría integrantes de la Fuerza Pública, lo que encendió las alertas sobre la capacidad tecnológica de los grupos armados ilegales.
Las cifras fueron dadas a conocer durante el relevo del mando de todas las Fuerzas Militares, un acto institucional en el que el jefe de Estado hizo énfasis en la transformación del conflicto y en los desafíos que enfrenta el Estado frente a nuevas formas de ataque empleadas por estructuras criminales.
Según explicó el mandatario, la ventaja aérea que históricamente tuvieron las Fuerzas Militares se ha visto reducida de manera significativa. En contraste, grupos armados ilegales estarían utilizando sus rentas criminales para adquirir drones en grandes cantidades, los cuales son empleados para atacar directamente a las tropas en diferentes regiones del país.
“El narcotráfico tiene hoy la ventaja aérea”, afirmó Petro, al señalar que estas organizaciones pueden comprar equipos tecnológicos en efectivo y por miles, mientras que el Estado enfrenta barreras administrativas y presupuestales que limitan la adquisición de sistemas de defensa especializados.
El presidente aseguró que, pese a haber solicitado durante varios años la compra de sistemas antidrones, el país solo cuenta con “unas decenas” de estos equipos, lo que resulta insuficiente frente a la magnitud de la amenaza. Esta situación, indicó, deja a las Fuerzas Militares en una posición de desventaja operativa frente a actores ilegales cada vez más sofisticados.
Las declaraciones se produjeron en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, escenario donde el jefe de Estado lideró la Ceremonia Militar de Ascensos, así como la Presentación y Reconocimiento de los oficiales Generales y de Insignia de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional.
En el marco de esta ceremonia, se oficializaron varios relevos de mando en la cúpula militar. El general Hugo Alejandro López asumió como Comandante General de las Fuerzas Militares, mientras que el vicealmirante Harry Ernesto Reyna Niño fue designado como Jefe de Estado Mayor Conjunto.
En el Ejército Nacional, el mayor general Royer Gómez Herrera fue nombrado Comandante del Ejército, acompañado por el mayor general Jaime Alonso Galindo como Segundo Comandante. En la Armada Nacional, el almirante Juan Ricardo Rozo asumió como Comandante, y el vicealmirante Orlando Enrique Grisales como Segundo Comandante y Jefe de Estado Mayor Naval.
Por su parte, en la Fuerza Aeroespacial Colombiana, el mayor general Carlos Fernando Silva quedó al frente como Comandante, mientras que el mayor general Alfonso Lozano Ariza fue designado Segundo Comandante y Jefe de Estado Mayor.