Un nuevo intento de atentado con explosivos, ocurrido el 19 de julio de 2024 en la localidad de Teusaquillo, ha sido revelado en el marco de la investigación contra Elder José Arteaga Hernández, alias ‘el Costeño’ o ‘Chipi’.
Las autoridades lo señalan no solo como autor intelectual del ataque contra el senador Miguel Uribe Turbay, sino como coordinador de otro plan fallido contra Gabriel Ángel, firmante del acuerdo de paz con las FARC.
Según informó Noticias RCN, el fallido atentado fue ejecutado con una bomba que nunca llegó a detonar, pese a haber sido instalada bajo el vehículo de Ángel. El hecho, que en su momento no generó mayor ruido mediático, ahora toma fuerza tras la captura de alias ‘Gabriela’, quien ofreció un testimonio clave sobre lo ocurrido.
Katerine Andrea Martínez, nombre real de ‘Gabriela’, aseguró que fue presionada para participar en la operación. En sus palabras, ‘el Costeño’ le ordenó almacenar una bomba en su casa, antes de entregarla para su instalación cerca de la residencia de Ángel en el conjunto Tabacú, ubicado en el barrio Las Américas.
“Me dijo que era solo transportarla, que iba en una maleta. Yo le dije que ya no quería seguir en eso”, relató ante las autoridades.
El frustrado ataque estaba presuntamente vinculado a la estructura criminal de la Segunda Marquetalia, bajo las órdenes de ‘el Zarco’ Aldinever, alto mando de esa disidencia y hombre cercano a ‘Iván Márquez’. Las pesquisas indican que desde Venezuela se habrían impartido directrices para ejecutar ambos atentados, usando a intermediarios como ‘el Costeño’ para mantener distancia operativa.
Durante su captura, el pasado 5 de julio en Engativá, a ‘el Costeño’ se le encontraron cuatro números telefónicos escritos a mano, uno de ellos vinculado a una persona cercana a ‘el Zarco’. Esta pista ha fortalecido la hipótesis de que se trata de una red organizada y transnacional de atentados políticos.
Por estos hechos, Elder Arteaga enfrenta cargos por tentativa de homicidio, concierto para delinquir, uso de menores para actividades delictivas y tráfico de armas. Las autoridades ahora intentan esclarecer qué otros ataques estarían en curso o pendientes de ejecución.
‘Gabriela’ también reveló que el atentado contra Gabriel Ángel llevaba más de tres años en preparación. Según su testimonio, el cumplimiento de esta orden ofrecía un ascenso dentro de la organización criminal y una recompensa de 1.000 millones de pesos. “Ya no ser gatillero, sino la mente”, declaró.
La versión coincide con lo declarado por el propio Gabriel Ángel en su momento, quien sugirió que alguien estuvo vigilando su rutina. “Le avisaron al que llevaba la bomba cuándo pasar… por alguna razón el explosivo no funcionó”, dijo entonces el firmante de paz.
Las revelaciones refuerzan la tesis de que tanto el ataque contra Uribe Turbay como el intento contra Ángel formarían parte de una ofensiva planificada desde el exterior, con objetivos políticos y operativos claros.
Las autoridades continúan conectando las piezas de una trama que involucra a disidencias armadas, estructuras clandestinas y operaciones que habrían puesto en riesgo la vida de líderes políticos y excombatientes por igual.