Los dos conciertos de Shakira en Cali dejaron ingresos superiores a los US$20 millones y fueron presentados por la Administración local como una oportunidad estratégica para impulsar el desarrollo económico y turístico de la ciudad.
Sin embargo, casi un mes después de las presentaciones de la artista, estalló una polémica por un supuesto detrimento patrimonial que, según la concejal Ana Erazo, estaría afectando las finanzas de la ciudad.
La concejal del Pacto Histórico afirmó que el alcalde Alejandro Eder habría entregado el estadio Pascual Guerrero para el show de Shakira “a cambio de visibilidad con su sello Cali es donde debes estar”.
Sostuvo que, aunque el alquiler de un escenario deportivo para un evento de esta magnitud ronda los $1500 millones, la Alcaldía de Cali lo habría cedido por cero pesos. Según Erazo, el detrimento podría superar los 3000 millones de pesos, “beneficiando presuntamente a un reconocido promotor privado de Bogotá”.
En su crítica, la cabildante aseguró que el mandatario habría aprovechado el concierto para robustecer su imagen pública, por lo que anunció que llevará el caso ante la Contraloría General de la República y la Procuraduría General de la Nación.
“Cali merece estar a la vanguardia de los grandes eventos, pero eso no autoriza al alcalde a hacer con la ciudad lo que le da la gana, firmando acuerdos ilegales con promotores, a cambio de meter su marca de Gobierno y promocionar su gestión”, afirmó Erazo.
Alcaldía de Cali responde
Tras los señalamientos, la secretaria de Desarrollo Económico de Cali, Mabel Lara, defendió la gestión del evento. Recordó que Cali no estaba incluida en el tour de Shakira, por lo que fue la Administración la que buscó que la ciudad entrara en la agenda.
“Así funciona la industria y así compiten todas las ciudades. Como ocurrió con la COP16 o con las macrorruedas de ProColombia direccionadas por Gobierno Nacional, cuando una ciudad “alza la mano” debe garantizar el venue y condiciones técnicas mínimas. No es un privilegio: es el estándar global para atraer eventos de alto impacto", afirmó Lara.
La funcionaria insistió en que el concierto representó “mucho más que un show”. Citando cifras de SITUR Valle, señaló que el impacto económico superó los más de US$20,53 millones, atrajo más de 21.600 visitantes y generó una ocupación hotelera de 94 %.
Solo en turismo, indicó, la primera fecha aportó US$3,6 millones. También destacó los beneficios para sectores como la economía popular, la logística, la manufactura, los medios y el ámbito cultural. “Al menos el 51% de las personas no eran de la ciudad”, subrayó.
Y añadió que la visibilidad lograda no responde a intereses particulares y advirtió que Cali no puede quedar rezagada frente a ciudades como Medellín, Bogotá, Barranquilla o Cartagena en la competencia por eventos de gran formato.
“Seguiremos gestionando estos espacios con criterios técnicos, evidencia y visión de ciudad. Porque los grandes eventos no son un gasto: son inversión, empleo y posicionamiento para Cali”, afirmó.
“Esto no se trata de agenda política, campaña y lavar cara. Se trata de transformar la ciudad desde diferentes aristas y este es fundamental para cambiar la narrativa de la ciudad, más allá de agendas políticas”, concluyó.