“Los monumentos son como los seres vivos, por lo que hay que hacerles mantenimiento para evitar su deterioro”, esa fue una conclusión de Diego Pombo, uno de los principales artistas del Valle del Cauca, al opinar que muchas esculturas en la ciudad están deterioradas.
Cali cuenta con 44 monumentos que tienen la categoría de interés cultural, pero la realidad es que algunos de ellos presentan algunas características comunes: pintura caída, grafitis e incluso pérdida de elementos que los componen.
Un claro ejemplo de ello es el Monumento a la Maceta en Cali, de autoría de Diego Pombo y que está ubicado en el barrio San Antonio, que ya tiene algunos problemas en su pintura.
“El último mantenimiento que le hicieron a la maceta fue hace como unos cuatro o cinco años. El mástil es de hierro y eso hay que cuidarlo para que no tenga corrosión. Incluso, debería de existir una cuadrilla del municipio que se encargue de pintar las bases de los monumentos y hacer otro tipo de cuidados”, dijo Pombo.
Según su experiencia, cada uno de los monumentos en la ciudad debería de tener al menos un mantenimiento al año, para que no presente deterioros significativos que terminen en procesos mucho más tediosos y costosos, tal como ocurrió con el Monumento a la Solidaridad, el cual colapsó en 2023 y tuvo que ser restaurado.
“Yo creo que incluso debería existir un presupuesto, es como un mínimo gesto de cortesía para la ciudad. En el caso de la estatua de Jovita, por ejemplo, desde que se inauguró hace 17 años no tiene retoques en su piel, y eso hace que la pintura se vea totalmente opaca”, puntualizó.
Otro de los casos que muestra el deterioro de estos bienes de interés cultural, según Carlos Giraldo, un ciudadano apasionado por los monumentos, es el de Efraín y María, la escultura que está al lado del Concejo de Cali y que tiene serios daños en su estructura.
“La nariz de María está totalmente marcada por una restauración a medias que se hizo hace algunos años, tampoco tiene dedos, la trompa de Mayo (el perro) está partida, en la base hay algunas partes que están caídas e incluso al diapasón (instrumento musical) tiene sectores partidos”, ejemplificó.
El ciudadano argumentó que incluso existe una orden de un juez que le obliga a la Alcaldía a tener los cuidados respectivos con la obra, pero que estos no se han cumplido. Muestra de ello, según Giraldo, es la ubicación en la que está el monumento.
“En realidad debería de estar en El Peñón. Ese monumento debe tener un tratamiento especial con un producto japonés para evitar que se ponga negro por las lluvias ácidas. Además, el bambú que hay detrás de él desprende unas grasas y eso mancha la obra”, comentó.
El País visitó esta obra y evidenció que tiene varias de sus partes con un desgaste visible.
“Hasta hace poco estaba completamente negro, pero lavaron la obra y estoy solicitando que me expliquen cómo lo hicieron, porque requiere un proceso especial y la Alcaldía lo que viene usando es hidrolavadoras, pero eso es grave en el mármol, eso no se puede manejar así”, alertó el ciudadano.
Otro de los monumentos visitados por este diario es el realizado en homenaje al libertador José de San Martín, en el barrio Miraflores. Este, paradójicamente, tiene unas manchas en sus rostros que simulan lágrimas, como presintiendo su abandono por parte de las autoridades.
El Monumento a los Poetas, ubicado en inmediaciones a la iglesia La Ermita, también sufre los vestigios del abandono. Algunas de sus esculturas tienen dedos quebrados, dejando al descubierto el hierro de su interior que funciona como estructura. Los grafitis y la suciedad también abundan en las figuras.
“En Cali incluso pasan cosas simpáticas porque hay varios monumentos que son en bronce y se pintaron de negro para evitar que los habitantes de calle se los robaran, entonces los vemos como deteriorados. Un ejemplo de esto es el Bolívar del Paseo Bolívar. En la ciudad tenemos muchas esculturas importantes y como que no nos interesa cuidarlas”, opinó el arquitecto José Zamorano.
¿Por qué se presentan vandalizaciones?
John Edward González, maestro en artes plásticas, explicó que anteriormente algunos monumentos se hacían altos por dos motivos: ganar magnificencia y evitar el vandalismo.
De hecho, al revisar algunos monumentos que tienen cierto nivel de elevación en Cali (como la Cuadriga Romana, Sebastián de Belalcázar, el Monumento a la Solidaridad, entre otros), son los que menos presentan este tipo de daños. Sin embargo, hay otros elementos que tienen incidencia en este fenómeno.
“Por el mismo hecho de estos monumentos estar en lugares que tienen poca afluencia de personas, se presenta vandalismo, principalmente por habitantes de calle. Eso se hace pensando que tienen algún tipo de material que pueda ser vendido en los sitios de reciclaje, como el bronce, pero la realidad es que muchas obras son hechas en fibra de vidrio”, explicó González.
Esta hipótesis puede llegar a ser confirmada al ver el estado de la estatua a Piper Pimienta, también del maestro Diego Pombo, en el barrio Obrero, que está en óptimas condiciones, teniendo en cuenta que está al lado de una estación de Policía.
A la par, González hizo un llamado a la Alcaldía para cuidar los monumentos de la ciudad, debido a que tenerlos en perfecto estado también se traduce en preservar la historia.
“El no mantenimiento de los monumentos es precisamente el no mantenimiento de la historia de la ciudad. Por ejemplo, si se llegan a caer las Tres Cruces, vamos a perder el relato de que estos elementos se instalaron para proteger a Cali del diablo o del mal”, argumentó González.
Tan solo hay $ 80 millones para preservar los monumentos
El País se comunicó con la Subsecretaría de Patrimonio de la Alcaldía de Cali para indagar sobre las labores de cuidado que se tienen pensadas para estos elementos y desde esta dependencia indicaron que se hace un cuidado permanente.
“Tenemos un proyecto que viene en proceso de contratación de intervenciones mínimas e insumos para el mantenimiento de fuentes y monumentos. Estamos hablando de un presupuesto de $ 80 millones. Desearíamos tener un valor más alto, pero no tenemos las condiciones presupuestales”, dijo Julián Arteaga, subsecretario de Patrimonio, Bibliotecas e Infraestructura Cultural de Cali.
Con este dinero, por ejemplo, se piensa realizar la restauración de Efraín y María, según informó Arteaga, al considerarla como una intervención mínima.
Este contrato está pensado para tener condiciones de limpieza y mantenimiento de los monumentos en lo que queda del 2025, debido a que para el próximo año se tienen que apropiar recursos para este mismo fin.
“Lo que hemos hecho nosotros es mantenimientos con equipo propio de la Secretaría, tenemos alrededor de seis personas que realizan estas labores. Ya cuando se requieren intervenciones de consideración (como el caso del Monumento a la Solidaridad) se activan las pólizas”, agregó Arteaga.
Al indagar por cuántos de los 44 monumentos que hay en Cali necesitan algún tipo de intervención, desde esta dependencia no se obtuvo una respuesta precisa, pero se argumentó que sí se hizo un paneo al inicio de la Administración para poder tener una radiografía del estado de tas obras.
“Las afectaciones tienen que ver mucho con temas de carácter ambiental porque están en espacio público, algunas sufren por humedades y otras por vandalismo. Un caso que se puede mencionar es el Monumento a la Infancia, en la Avenida Sexta, donde hay una pieza que fue fracturada por un habitante de calle y la estamos conservando para poder hacer el proceso de restauración integral de esa pieza”, indicó.
Finalmente, el funcionario recordó que cada uno de los monumentos de interés cultural de la ciudad tiene un seguro que lo protege de afectaciones graves. Pero, a la vez precisó que es necesario que la ciudadanía se apropie de estos elementos para no incurrir en conductas que los deterioren.