A la deriva se encuentran siete bailarines caleños que viajaron a Turquía el pasado mes de julio con un contrato de trabajo para realizar presentaciones de salsa y que resultó ser una estafa.

La travesía de Andrés* y sus compañeros comenzó con la promesa de un trabajo bien remunerado en Antalya, ciudad en la costa sur de ese país.

El joven explicó que la oferta de la agencia Sun Life Holidays incluía el pago de un salario mensual de un millón quinientos mil pesos para cada integrante, así como los tiquetes de ida y  vuelta. Además, la agencia asumiría los costos de manutención como hospedaje, alimentación y la solicitud de la visa.

Por esa razón, él y once bailarines independientes de Cali, llegaron a Turquía el 10 de julio. Asegura que aunque algunos detalles lo hicieron sospechar de la veracidad del contrato, empezaron a trabajar.

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"Se hace 'workshop' a las 4:00 p.m. alrededor de la piscina del hotel, son 15 minutos de animación. Nos quedamos ahí hasta la hora de la presentación (9:00 p.m.) y son 45 minutos de show. A veces se hace un 'after show' en la discoteca de 15 minutos", explicó.

Andrés* indicó que antes de viajar recibió imágenes del lugar donde se alojaría y que no coincidían con el hospedaje de bajo costo donde finalmente tuvieron que quedarse.

Y no fue sino hasta el segundo mes de trabajo, cuando la agencia retrasó el pago del salario, que la situación se complicó. "El primer mes fue excelente, en el segundo hubo en retraso en el pago, y en el tercer mes nos hicieron esperar demasiado, hasta el final de la temporada de verano", indicó.

Entre las irregularidades que notaron estaba el hecho de que nunca se cambió la visa de turismo con la que algunos de ellos ingresaron al país y que precisamente vencía en octubre, motivo por el que debían regresar a Colombia.

Ese retraso injustificado fue lo que motivó a Andrés* a recurrir a las autoridades turcas para que intervinieran en el caso. "Me vi en la necesidad de interponer una demanda porque necesitábamos el dinero. Habían personas con obligaciones en Colombia, porque uno viaja con la intención de ayudar a su familia", afirmó.

Pero la respuesta que recibió de parte de la Policía de Antalya lo desconcertó. "Fui tres veces y no pasó nada. La cuarta vez que hice la denuncia citaron a estos señores (de la agencia) en la Estación de Policía. Hablaron entre ellos y prácticamente todos se reían en nuestra cara", asegura.

De ese encuentro, lo único que obtuvo fue una advertencia de parte de las autoridades, quienes le explicaron que de seguir denunciando, él y su grupo tendrían problemas con la justicia. También le sugirieron retirar la denuncia y el representante de la agencia les prometió el dinero que adeudaba con la misma condición.

Andrés* se vio forzado a eliminar los chats con los representantes de la agencia, pero asegura que hizo algunas capturas temiendo que no cumplieran con el pago.

Finalmente recibió el dinero que le adeudaban el 28 de noviembre pero no hubo respuesta sobre los tiquetes de regreso a Colombia. "Me dijeron que ya no tenían nada que ver conmigo. No me dieron tiquetes, no me dijeron nada al respecto", asegura.

"Fuimos al Consulado, en la ciudad de Ankara, y allá nos explicaron que no podían ayudarnos porque no se trataba de un caso de violación de Derechos Humanos, sino de una estafa", añade.

Con ese pago y respaldados por familiares y allegados, cinco de los bailarines salieron de Turquía.

"Éramos doce. Dos de las integrantes se fueron a trabajar a Egipto, mientras que dos de los bailarines volvieron a Colombia con el respaldo económico de su familia. Uno más viajó a España", explicó.

"No tenemos recursos para ayudarlos"

Sobre este caso, Marcelo Macedo, encargado de las labores consulares en la Embajada Colombiana de Turquía, explicó que la oficina diplomática no cuenta con los recursos legales ni financieros para conseguir los tiquetes de regreso de los siete bailarines que ahora, esperan un milagro de Navidad.

Señaló que la Cancillería tiene conocimiento del caso desde hace aproximadamente un mes, cuando ellos mismos denunciaron el hecho. "Inicialmente se descartó que fuera un caso de trata de personas o que hubiera violación de los Derechos Humanos, que es cuando se activan protocolos de esa dependencia para emitir tiquetes, a través de Cooperación Internacional".

Por esa razón, indica Macedo, se les aconsejó buscar apoyo económico desde Colombia con sus familiares para comprarlos.

Según el funcionario, el pago que se les hizo en noviembre, sí era suficiente para los pasajes de regreso en un vuelo de bajo costo, y que en ese entonces se les aconsejó regresar por sus propios medios.

La recomendación, aseguró Macedo, se hizo para evitar que ellos tuvieran que asumir gastos de hospedaje y comida, pero además, para evitar la multa que se impone a las personas que salen de Turquía cuando se encuentran ahí irregularmente.

"Pese a esta situación, seguimos trabajando para encontrar una forma de ayudarlos", finaliza.

En Facebook, otros bailarines han denunciado otros incidentes de este tipo, asegurando que se trata de una red de personas que se dedican a ubicar artistas y llevarlos hasta Turquía con promesas laborales que no se cumplen.

*Por solicitud de las personas afectadas en este caso, los nombres fueron cambiados.