El barrio Obrero es uno de los sectores más representativos de Cali, aquí las calles narran parte de esa historia de pujanza y superación que marcha al ritmo de la salsa.
Ubicado a pocos metros del casco central de la capital vallecaucana este punto fungió en su inicio como hogar para los trabajadores del Ferrocarril del Pacífico, no obstante con el pasar de los años, recibió a cientos de personas que encontraron en él un sitio para establecerse.
El Obrero fue fundado mediante el Acuerdo Municipal número 31 del 20 de junio de 1919 y desde ese entonces fue la cuna de personajes destacados e influyentes en la historia de la ciudad.
Los personajes del barrio
Tal es el caso de bailarines como Édgar Fajardo, mejor conocido como ‘Cachafaz’, un hombre que se inició en las pistas cuando tenía 15 años y desde ese momento su pasión se convirtió en la guía que le permitió pisar diferentes escenarios y convertirse en un referente de la salsa.
Este barrio también hospedó a escritores como Jotamario Arbeláez, quien escribió obras como ‘El profeta en su casa’, publicada en 1966 o el libro ‘Mi reino por este mundo’ con el cual se hizo acreedor del Premio Nacional de Poesía Oveja Negra y Golpe de Dados.
El deporte no fue esquivo en El Obrero y de sus calles brotaron varias figuras del fútbol nacional. Uno de sus hijos fue Julio Aragón Cerón, el popular ‘Shinola’, quien hizo parte de equipos como el Deportivo Cali, Atlético Nacional, Millonarios y América.
El Obrero no solo es salsa, sino que también sus orígenes estuvieron relacionado con la espiritualidad, muestra de ello fue la capilla construida entre los años 1938 y 1939, la cual fue transformada en la iglesia de Santiago Apóstol hasta convertirse en 1952 en la parroquia Jesús Obrero.
Un barrio no se encuentra completo sin su escuela, en el caso de El Obrero, la primera en ser fundada fue la José María Saavedra Galindo, la cual años más tarde se convirtió en la Policarpa Salavarrieta.
Lugares emblemáticos
El barrio Obrero cuenta con diferentes lugares que se han convertido en testigos de la transformación de Cali. Uno de los más importantes ha sido el Parque Eloy Alfaro, el cual funge como epicentro del sector, donde la tradición era salir y encontrarse con los vecinos.
No obstante, el ADN de este punto es el baile y la salsa, no en vano la rumba caleña cuenta con diferentes templos donde el sonido del vinilo sigue retumbando las paredes; algunos de ellos son: La Matraca, el Chorrito Antillano o la Nelly Teka, todo esto sin dejar a un lado el emblemático Museo de la Salsa.