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En el parque El Ingenio, comerciantes aseguran que hay puestos de cholados que están alquilados y que la situación es conocida por funcionarios de la Alcaldía. | Foto: El País

ESPACIO PÚBLICO

¿Tienen dueño los andenes de Cali?, la grave denuncia de venta del espacio público

A pesar de que es ilegal, en la ciudad se negocian áreas en espacios y vías públicas hasta por $7 millones. Alcaldía adelanta controles.

8 de octubre de 2018 Por: Redacción de El País 

El andén en Cali tiene un precio. Se vende o se alquila por metro cuadrado, de acuerdo con las necesidades de cada individuo en particular.

Sus tarifas son variables y se fijan conforme a las medidas del espacio y a la acreditación comercial que tenga una determinada zona, en lugares como el centro de la ciudad, plazas de mercado, parques o hasta en las afueras de centros comerciales.

Para la negociación no existen facturas, promesas de compraventa o algún otro tipo de documento, solamente vale la palabra que, en la mayoría de los casos, es de vendedores que llevan varios años “aposentados” en un sitio.

Tal es el caso de Alexánder (*), quien desde el año 2008 tiene un puesto sobre toda la Calle 13, en pleno corazón del centro de Cali y en el cual vende diferentes accesorios para celulares como cargadores, forros y vidrios protectores.

“Esos espacios fueron tomados por gente como yo hace ya bastante tiempo. Por ejemplo, hace unos tres años, varios comerciantes abandonaron la zona debido a la joda del famoso ‘Lobo’, que era cuando llegaban los funcionarios de espacio público a desalojarnos y quitarnos la mercancía. En ese entonces, hubo personas, sobre todo adultas, que no aguantaron el ‘voltaje’ de salir corriendo a toda hora, por lo que dejaron sus lugares de trabajo en el andén abandonados”, explica Alexánder.

Esa fue la oportunidad perfecta para que varios vendedores con “berraquera” empezaran a “adquirir” derechos de posesión sobre ciertos espacios y, posteriormente, a usufructuarlos.

“Por ejemplo, yo me apoderé de unos 5 metros por 4 metros cuadrados, que con el pasar del tiempo los fui comercializando. En total, vendí dos puestos de trabajo, uno en febrero del 2017 a $1 millón y el otro hace cinco meses por $1.200.000. Solamente me quedé con el mío, que queda en toda una esquina”, cuenta el hombre de 36 años.

Por lo general, los espacios públicos que se comercializan en el centro miden 1,50 metros por 1,20 metros. Si quedan en las esquinas su precio de venta puede oscilar entre $4 millones y $7 millones y si están ubicados a lo largo de las calles o carreras, pueden costar entre $1 millón y $3 millones.

Por otra parte, si se arriendan, la tarifa varía entre $100.000 y $500.000, en promedio.

“Sobre toda la Calle 15 hay una compañera que vende ropa y tiene el sitio alquilado por $150.000. El señor, al que antes le pertenecía ese sitio, viajó para España y por eso no pudo continuar con su negocio”, explica Jhon (*), comerciante del centro.

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“Un mercado persa”

La galería de Santa Elena, comprendida entre carreras 25 B y 32 A y entre calles 18 y 26 B, es un epicentro comercial, de los que más movimiento tiene en la ciudad. Sus más de mil vendedores formales e informales realizan a diario transacciones derivadas, no solo de la venta de alimentos, sino del alquiler y la compra del espacio público.

Allí, cualquiera no puede llegar y colocar un puesto ambulante porque la mayoría de los andenes ya tienen ‘dueños’.

“Yo por mi negocio, que queda afuera de un supermercardo pagué 3 millones en marzo. Mide unos 2 metros cuadrados. En este vendo productos como brócoli, apio y mazorca y estoy autorizada para trabajar desde las 9:00 p.m. hasta las 6:00 a.m., debido a que debo respetar el horario comercial del almacén de cadena”, cuenta Carmen (*), una de las vendedoras de Santa Elena.

Entre tanto, Alicia (*), quien tiene un local en la plaza de mercado donde vende frutas como lulo, banano y tomate de árbol, explica que otra forma de “sacarle provecho” al espacio público es que los inquilinos de las bodegas arrienden el espacio que hay afuera de estas.


“Es que aquí la renta es costosa. Yo, por lo menos, pago por mi bodega $2 millones y, a duras penas y trabajando con otro compañero las 24 horas del día puedo sobrevivir con lo que me gano. Por eso es que a muchos nos toca subarrendar con precios que van desde los $250.000, $300.000 y hasta $1 millón”, afirma la vendedora.

Esperanza (*), quien tiene un puesto de Cholados en el Parque El Ingenio, ubicado en el sur de Cali, sostiene que en este lugar también existen dos negocios por los que se pagan alquiler desde hace aproximadamente tres años.

“Uno es el de una persona que se fue para Santa Marta y que creo que se lo rentó a un familiar. El otro es de una compañera que tuvo un problema de salud y por eso también tuvo que alquilarlo. Por cada puesto, se cobra un promedio de $500.000 mensuales. Incluso, la persona que trabaja en uno de ellos me dijo que en la pasada temporada de lluvias estuvo a punto de entregarlo porque las ventas se cayeron mucho”, asevera la vendedora.

“Ceder, vender o arrendar el espacio público es ilegal”

Andrés Villamizar, secretario de Seguridad y Justicia de Cali, subraya que la comercialización del espacio público no solo sucede en Cali sino en toda Colombia y que detrás de estas práctica no solo se mueven individuos sino mafias organizadas.

“Existen estructuras ilegales que se aprovechan de la condición de pobreza y vulnerabilidad de muchos vendedores informales y que forman redes de extorsión en las que les cobran una ‘vacuna’ (cuota) por hacer uso del espacio público”, sostiene Villamizar.

Según el funcionario, con la política pública de regulación y organización de ventas informales, que está llevando a cabo la Administración, se busca contrarrestar esta problemática.

“Con esta vamos a identificar qué personas tienen arraigo sobre un determinado espacio de uso público y si de verdad están tras un salario mínimo vital o se están lucrando del mismo. Es una política que tiene como propósito proteger al vendedor informal para evitar que sea víctima de estas mafias”, afirma el titular de la dependencia de Seguridad y Justicia de Cali.

Hasta la fecha, ya se han caracterizado 3000 vendedores ambulantes en toda la ciudad.

(*) Nombres cambiados a petición de la fuente.

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