Las alarmas se encendieron este martes en el hospital Raúl Orejuela Bueno, de Palmira, luego de que médicos y enfermeras se vieran expuestos a dos situaciones de riesgo.
Autoridades del municipio decidieron tomar algunas medidas para garantizar la seguridad del personal asistencial y de los pacientes de esa clínica.
Según indicó el gerente de la casa médica, Jhon Jairo Satizábal, la primera de ellas se registró cuando los integrantes de una pandilla ingresaron al área de urgencias para ultimar a una persona que en ese momento era atendida por un médico y aunque no sufrió ningún daño, sí se sintió vulnerado en su integridad física.
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Posteriormente, unas personas que llegaron con un herido en una motocicleta ingresaron con el vehículo hasta la sala de emergencias exigiendo que atendieran rápidamente a su paciente y nadie pudo decir nada.
"Estas situaciones, sumadas a otras de intolerancia que frecuentemente vive el personal en el área de urgencias, han hecho que algunos de ellos hayan manifestado su intención de renunciar al centro asistencial. Infortunadamente en el Hospital no tenemos la presencia de personal de la Policía como sí pasa en otras instituciones de salud públicas. Es por eso que decidí convocar a una reunión con el Secretario de Seguridad y la Policía para exponerles esta problemática y tomar algunas medidas", expresó el funcionario.
Agregó que al hacer una evaluación de las circunstancias detectadas en el área de urgencias se encontró que se han venido incrementando las agresiones contra el componente médico, llámese auxiliar, enfermeras o médicos.
Esto, aseguró Satizábal, estaría tomando fuerza en razón a que el centro asistencial no cuenta con personal de policía para frenar este tipo de situaciones, pese a que de manera reiterada, junto con el secretario de Seguridad, coronel (r), Carlos Zapata, han solicitado la presencia permanente de unidades policiales en el hospital, pero hasta ahora esas peticiones han sido infructuosas.
"Por esta razón solicité la reunión porque quiero que quede constancia de lo que está sucediendo al interior del área de urgencias", dijo el Gerente del Raúl Orejuela.
Entre las medidas que salieron de la reunión está la de crear un WhatsApp en el que estén el comandante del cuadrante de la comuna donde queda el hospital, el Secretario de Seguridad y los jefes de servicios del hospital para que en el momento en que se presente una agresión a los médicos o a cualquier persona, se genere a través de esta red, una alarma para que las autoridades hagan presencia en el centro médico de manera inmediata.
Se solicitó, igualmente, una especie de redadas al interior del Raúl Orejuela Bueno, porque se ha encontrado gente armada dentro del mismo.
El hospital, explicó Satizábal, tiene unos sitios vulnerables como unas rejas donde cualquier persona puede ingresar cualquier arma y eso es lo que quieren evitar con estas redadas.
Dijo también que las agresiones se han intensificado en el centro asistencial debido a que se ha incrementado el número de pacientes, pues de cien personas que se atendían normalmente en un turno de 24 horas en el área de urgencias, ahora son alrededor de 350.
Sin embargo, afirmó que los tiempos de atención están dentro de los que exige la norma que son aproximadamente 45 minutos que es lo que debe esperar un paciente para ser atendido por el médico.
"Contamos con seis médicos y dos prioritarios, además de 12 jefes y el grupo de auxiliares y todas las especialidades de urgencias. Infortunadamente, a veces se presentan algunos códigos y la consulta se para porque se le debe dar prioridad a esos casos, pero esto no lo entienden los pacientes o familiares de los mismos y es ahí cuando surgen los problemas de intolerancia y agresiones", reiteró el Gerente.
De otro lado, el secretario de Seguridad, coronel (r), Carlos Zapata, se comprometió a brindar todo el apoyo al hospital a través de un plan integral de seguridad, que incluye la solicitud al Departamento de Policía Valle de la creación de un puesto fijo de tiempo completo en la institución, así como vigilancia exterior por parte de los uniformados del CAI del barrio Colombia.
Al respecto, el secretario de Salud de Palmira, Óscar Ipía, manifestó que esta respuesta institucional a las debilidades de la seguridad del personal y de los usuarios en este centro asistencial es fundamental porque allí se atiende a población de sectores muy deprimidos.
El comandante del CAI Colombia, teniente Diego Peña, por su parte, se comprometió a fortalecer las rondas de sus policías en las horas que se han determinado como las más críticas.