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En su mayoría, los afectados en el Valle este año fueron adultos (31) frente a 8 menores, por lo que el trabajo se debe concentrar en el primer grupo poblacional, según la Secretaria de Salud del Valle. | Foto: Archivo Colprensa

SALUD

¿Por qué fracasa el intento para evitar quemados con pólvora en el Valle?

Replicar experiencias exitosas, promover el autocuidado, así como otras formas de celebrar, proponen expertos.

2 de enero de 2019 Por: Redacción de El País 

Pese a las restricciones de las autoridades, y a las sanciones por el uso no autorizado de totes, voladores, volcanes, cohetes, luces de bengala y otros materiales pirotécnicos, los vallecaucanos hicieron caso omiso de ello en las pasadas festividades de Navidad y Año Nuevo.

El resultado, como es bien conocido, es de 97 personas lesionadas en el Valle del Cauca, hasta la fecha, de las cuales Cali aportó 36 casos. Este balance ubica al departamento en el primer lugar de accidentes de este tipo, seguido por Antioquia con 59 y Nariño con 55.

“Fue muy grave, es un balance que muestra que superamos la cifra del periodo anterior, eso quiere decir que el trabajo que habíamos hecho los dos últimos años se perdió, dijo María Cristina Lesmes, secretaria de salud departamental.

Y agregó que el número de quemados la noche del 31, que llegó a 39, supera lo ocurrido el año anterior (28 casos). Destacó que hubo un número muy grande de muchachos entre los 12 y 32 años, algunos mezclaron pólvora y licor, con lesiones que dejarán afectada la capacidad laboral de estas personas de por vida.

Cabe anotar que no existen elementos inofensivos cuando de pólvora se trata. Así lo han comprobado las víctimas y sus familias, luego de sufrir en su cuerpo los estragos de estos elementos.

Con ello coincide Luz Dary González, residente al sur de Cali, familiar de un joven de 16 años, quien recibe cuidados médicos en el HUV, luego de sufrir quemaduras en su mano derecha, el pasado 1 de enero.

Lea también: A 97 asciende la cifra de quemados por pólvora en el Valle

Según relata, ese día en la tarde el joven recogió de la calle un elemento hecho con pólvora, que no supo identificar, el cual le explotó en la mano. Mientras lo acompaña en la sala de urgencias del Hospital, su recomendación es contundente: “No hay que vender, comprar, ni usar nada de pólvora, así sean diablitos o chispitas mariposas, porque todos son peligrosos. Y los padres de familia debemos estar muy pendientes de que nuestros hijos no los manipulen”.

Pero, ¿qué incide para que a pesar de las advertencias, las campañas educativas y los testimonios de los pacientes quemados, amputados y con otras lesiones, estos casos sigan presentándose en Cali y el Valle?
Para Nelson Sinisterra, secretario de Salud Municipal, el motivo radica en la falta de conciencia, de autocuidado de los ciudadanos que no están comprometidos con su propia salud.

Porque según dijo, ya no se trata solo de niños, sino también de personas jóvenes entre los 16 y 35 años de edad, que “desean experimentar el riesgo y la adrenalina”.

Añadió que en un 60 % las lesiones se presentan en los miembros superiores (brazos), porque a la mayoría le gusta utilizar pólvora en las presentaciones que se manejan con las manos.

Sobre los correctivos, Nelson Sinisterra no está de acuerdo con endurecer medidas, pues las mismas ya existen, subrayó y enfatizó que lo que se necesita es transformar la conducta.

Precisó que en este objetivo “se ha venido trabajando en las escuelas desde la parte de salud, pero ahora la idea es articular esfuerzos con el sector educativo para fortalecer lo que hemos venido realizando”.

El Secretario de Salud de Cali también invitó a que la “gente empiece a celebrar Navidad y Año Nuevo de una forma diferente, sin recurrir a la pólvora. “La gente debe innovar en la forma de celebrar”.

“Falta autoridad de los padres”

A su turno, María Cristina Lesmes, secretaria de salud departamental del Valle, considera como principal factor la “falta de autoridad de los padres, como también, a que no hay normas y sanciones suficientes para quienes sigan manipulando pólvora”.

Igual que su homólogo de la cartera de salud de Cali, la funcionaria lo atribuye también a “que los jóvenes no valoran el riesgo que corren”.

Entre las tareas que emprenderán de cara a disminuir estos accidentes, Lesmes anunció que van a recoger y valorar experiencias exitosas en todo el país que hayan permitido disminuir los casos de lesionados en los departamentos. Asimismo, precisó que plantearán estrategias desde diversos sectores, entre ellos el Gobierno, salud, educación, vivienda, seguridad y comunidades especiales.

En este sentido, la Secretaria de Salud departamental puntualizó que “vamos a hacer lobby nacional para endurecer las normas al respecto”.

Manejo solo por parte de expertos

Sobre la situación, Juliana Pungiluppi, directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, expresó: “queremos que se abra el debate, que nos preguntemos qué está faltando, en qué estamos fallando, tenemos que tener en cuenta nuestra cultura, nuestras tradiciones, estadísticas y la debilidad institucional de gran parte de nuestros municipios”.

Señaló, además, que “tenemos que mantener un balance entre el derecho al trabajo y el entretenimiento y el artículo 44 de nuestra Constitución, que establece que los derechos de los niños, niñas y adolescentes prevalecen”.

Recordó que en Nueva Zelanda, por ejemplo, solo se permite la venta cinco días antes de la fiesta tradicional ‘Guido Fawkes’; en Finlandia solo se vende pólvora el 24 y 31 de diciembre y el Día de Reyes. En Chile está prohibida y solo se permite en espectáculos masivos y a cargo de empresas registradas.

En este sentido, propuso que para eventos especiales, lo ideal es “acudir a personas que estén absolutamente certificadas y capacitadas y reguladas por el Ministerio de Defensa”.

“Faltan dientes a la Ley 670”: Icbf

De acuerdo con Juliana Pungiluppi, directora general del Icbf, esa entidad solo puede amonestar a los padres de familia y presentar denuncias ante la Fiscalía para que se investigue lo ocurrido.

La amonestación consiste en la obligación que tiene el padre de familia o representante legal del menor de edad de asistir a un taller de buenas prácticas de crianza. Son las administraciones locales las encargadas de establecer las multas cuando un padre o cuidador permite por acción u omisión lesiones con pólvora en menores de edad.

Según la Ley 670 del 2001, las administraciones locales pueden aplicar multas hasta de 5 salarios mínimos legales mensuales vigentes. Luego de adelantar un proceso administrativo de restablecimiento de derechos y los términos establecidos para el mismo, si el defensor determina que la familia no es garante de derechos, los padres pueden perder la patria potestad.

”Creemos que faltan dientes a la Ley 670 del 2001, que es la que regula toda la producción y distribución de los artículos pirotécnicos”, precisó la Directora del Icbf.

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