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Escombros cercan las principales salidas del municipio de Palmira

Las principales salidas de la ciudad se han convertido en vertederos de desechos de construcción. Ocho sitios críticos agobian a la comunidad, que exige más control.

29 de junio de 2011 Por: Luz stella cardona Ruiz | Reportera de Palmira Hoy

Las principales salidas de la ciudad se han convertido en vertederos de desechos de construcción. Ocho sitios críticos agobian a la comunidad, que exige más control.

Escombreras ilegales tienen cercada a Palmira por sus cuatro costados. Al Norte, Sur, Occidente y Oriente se detecta la misma problemática: enormes vertederos de materiales de construcción y desechos orgánicos que son arrojados indiscriminadamente sobre la berma de las vías en carretillas, triciclos, volquetas y vehículos particulares.Estos desperdicios no sólo generan problemas ambientales y visuales sino que producen enfermedades virales y en la piel, debido a la proliferación de moscas y roedores.Según la Secretaría de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial del Municipio, en la ciudad se han establecido 22 puntos críticos, de los cuales se han recuperado cuatro o cinco. Sin embargo, los funcionarios reconocen que es muy difícil controlar a los infractores, por cuanto se desplazan constantemente de un lugar a otro.InundadosGermán Ramírez, coordinador de la Unidad Municipal de Medio Ambiente, señaló que uno de los factores que incide en esta situación es el auge urbanístico y comercial que ha tenido la Villa de las Palmas en los últimos años.“En Palmira hay más de 20 planes de vivienda y otros tipos de construcciones. La verdad es que cuando alguien compra una casa quiere hacerle una mejora y eso genera escombros”, señaló.No obstante, en su opinión “el problema surge cuando el dueño de la casa, que es el responsable de los escombros, por ahorrarse una plata, contrata un carretillero u otro vehículo por cinco mil pesos para que los tire en cualquier parte, que puede ser un parque o una vía pública”.Explicó que el Municipio cuenta con una escombrera oficial que está localizada en el sector de Coronado, al norte de la ciudad, pero reconoció que el valor del transporte hasta allá es más costoso y que por eso muchas personas no la utilizan. Según él, para contrarrestar esta situación se creó un conduce, un documento que se les entrega a quienes solicitan permiso ante Planeación Municipal para remodelar su casa o su local, de manera que se ven obligados a llevar los desechos a la escombrera oficial.“El conduce se queda en la escombrera y así llevamos un control más preciso. Si no aparece el documento visitamos a la persona y le hacemos el comparendo ambiental”, añadió.También se visitan las constructoras con el fin de verificar si tienen el permiso. Si no es así, le expiden el conduce.“Aquí no hay cultura ambiental. La gente quiere quitar los escombros de su casa sin importar a dónde vayan a parar”, enfatizó Ramírez, antes de agregar que las carretillas no son el medio apropiado para transportarlos, por cuanto incitan al maltrato de los caballos, que son obligados a llevar sobrepeso y dejan basura a su paso.Vertederos críticosEn la Villa hay ocho depósitos de residuos de materiales de construcción que son críticos: la vía a Tienda Nueva; la Calle 42 con Carrera 4, a la altura de la Urbanización Santa María del Palmar, donde los escombros alcanzan casi una cuadra de extensión, la vía a Pradera, en el sector de El Paraíso; La Vuelta al Diablo, en la vía a Candelaria, donde los desechos alcanzan cerca de dos kilómetros.En Chapinero hay una montaña de desperdicios que afecta a los estudiantes de la Escuela María Antonia Penagos, quienes no resisten los malos olores y el humo que se desprende cuando queman las basuras.“Es horrible, en las tardes, cuando calienta el sol, los olores son impresionantes. Los carretilleros tiran basura y la Policía los ve y no dice nada”, aseguró una alumna.Otro punto es la vía a Cali, a unos 500 metros del Parque del Azúcar; el callejón Palomino y la vía Coronado-Rozo, a unos pocos metros de la escombrera oficial.Edison López, encargado del depósito autorizado, precisó que se han recuperado algunos ‘botaderos’ de la ciudad, pero reconoció que más se demoran en limpiarlos que la gente en volver a arrojar materiales de este tipo.Advirtió que las jornadas se adelantan cada 15 ó 20 días, cuando disponen de maquinaria, y que cada limpieza cuesta casi dos millones de pesos, pues el transporte de cada metro cúbico de escombros cuesta $22.000 y en una sola jornada se hacen 21 viajes de cuatro metros cúbicos. En cuanto al control a los carretilleros, López aseguró que el problema es con los más jóvenes, puesto que les da pereza llevar los desechos al sitio dispuesto para tal fin: “Las personas mayores respetan la norma y van al botadero en Coronado”.El presidente de la Junta de Acción Comunal de la Urbanización Los Caimitos, Maz Neil López, subrayó que “es muy triste ver cómo gente de la misma comunidad saca sus escombros y los pone frente a la casa o en los parques. No hay sentido de pertenencia por el barrio ni por la ciudad”.De otro lado, Javier Losada, fiscal de la Asociación de Carretilleros, Asocar, sostuvo que la entidad agrupa once miembros legalmente registrados ante la Secretaría de Tránsito. Sin embargo, se estima que en la Villa de las Palmas el número de ellos podría superar los 500. Por eso, anotó que si las autoridades conocen los sitios críticos en materia de depósito de residuos de materiales de construcción deben vigilarlos más y aplicar las sanciones respectivas.“Nosotros expulsamos al carretillero que arroje escombros en la calle, sin derecho a nada”, puntualizó.Lo cierto es que mientras los palmiranos no vean la ciudad como una gran casa que todos deben cuidar y mantener limpia, ésta seguirá cercada por escombros y basuras.Comparendo ambientalLa Ley 1259 del 2008 implementó en Colombia la aplicación del Comparendo Ambiental a los infractores de la norma de aseo, limpieza y recolección de escombros.Cuando una persona la incumple, las autoridades la citan para que reciba educación ambiental durante cuatro horas por parte de funcionarios especializados.En caso de reincidencia, se obliga al infractor a prestar un día de servicio social, realizando tareas relacionadas con el buen manejo de la disposición final de los residuos sólidos.Se aplicará una multa de dos salarios mínimos legales mensuales vigentes por cada infracción; si es cometida por una persona natural, la sanción es gradual y dependerá de la gravedad de la falta.Asimismo, una multa de 20 salarios mínimos legales mensuales vigentes por cada infracción cometida por una persona jurídica.Este monto dependerá de la gravedad de la falta. Sin embargo, nunca será inferior a cinco salarios mínimos mensuales legales vigentes. Si es reincidente, se le sellará el inmueble. Igualmente habrá suspensión o cancelación del registro o licencia, en el caso de establecimientos de comercio, edificaciones o fábricas, desde donde se causan infracciones a la normatividad de aseo y manejo de escombros. Si el desacato continúa, podrá haber arresto.

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