Pueblo del Valle construirá santuario con cruz gigante, la más alta de Latinoamérica

El municipio de Tuluá avanza en la creación de una nueva apuesta turística, la cual busca darle un significado renovado a uno de sus lugares más representativos: El Picacho.

Pues este cerro, tradicionalmente visitado por deportistas y caminantes, comienza a perfilarse como el escenario de un ambicioso proyecto de turismo religioso que busca impulsar la economía local y posicionar a la ciudad como un referente nacional.

Se trata de la denominada “Cruz del Picacho”, un proyecto que ya fue presentado oficialmente, y el cual marca el inicio de una etapa de renovación en la oferta turística del municipio.

La iniciativa, recientemente anunciada por la Alcaldía de Tuluá, promete convertir al centro del corazón del Valle, en un nuevo referente del turismo espiritual en Colombia, tal como lo es, la Basílica del Señor de los Milagros en Buga.

Así lo expresó el concejal Julián César Arias, quien destacó la magnitud del proyecto, “que nos preparemos para un nuevo hito, un símbolo, un atractivo a nivel no solamente regional sino nacional. La cruz más alta de Suramérica va a quedar en Tuluá y eso nos va a permitir estar en la red de ciudades de turismo religioso del mundo”, afirmó el funcionario, afirmando también, que este proyecto podrá generar un impacto económico, al atraer nuevos visitantes.

Según la Alcaldía de Tuluá, la obra contempla una cruz de 60 metros de altura, integrada a un conjunto arquitectónico que alcanzará los 110 metros en total.

Para facilitar el acceso, se construirá una vía de 987 metros lineales desde la portería hasta la plaza principal, con un ancho de 4,50 metros diseñado para permitir la circulación de vehículos de emergencia y garantizar la accesibilidad de todos los visitantes.

El recorrido incluirá 10 plazoletas de descanso, que convertirán el ascenso en una experiencia segura y cómoda para peregrinos, deportistas y turistas. Y es que El Picacho, además de su valor simbólico e histórico, es un punto frecuentado por habitantes de Tuluá que lo visitan diariamente para trotar, caminar, montar bicicleta o realizar actividades al aire libre.

Historia de El Picacho

Cabe destacar que, El Picacho es un lugar cargado de historia. Con sus 1201 metros de altitud, esta zona, ubicada cerca de Mateguadua y de La Marina, ha sido por generaciones un referente para los tulueños.

Su silueta verde, visible desde la ciudad, es considerada un “termómetro del alma”, pues se dice que cuando su cima se cubre de nubes grises, la lluvia es inminente. En sus faldas se asentaron los primeros colonizadores españoles en el siglo XVI, aunque este territorio ya pertenecía a los guerreros Pijao, quienes ofrecieron férrea resistencia a la conquista.

A lo largo del tiempo, El Picacho también ha inspirado leyendas sobre túneles y tesoros ocultos que, aunque no cuentan con respaldo arqueológico, siguen siendo parte del imaginario popular.

Sin embargo, su rol más significativo ha sido espiritual, pues durante años, cientos de personas suben al lugar en fechas significativas como Jueves Santo, el 3 de mayo, el 22 de octubre o la víspera de Año Nuevo, llevando promesas, agradecimientos y peticiones a la cruz que hoy existe en la zona.

Es así como con esta obra, ya bendecida por el Vaticano y diseñada para incluir templos, plazas y espacios de contemplación, Tuluá busca consolidar un lugar donde fe, cultura e historia se encuentren.