El Valle del Cauca es un departamento que combina diversidad cultural, historia y una riqueza natural única gracias a sus distintos pisos térmicos.

En sus 42 municipios, se encuentran territorios fundados desde el siglo XVI —como Cali, Yumbo y Jamundí—, junto a otros que nacieron hace menos de un siglo.

Entre ellos, destaca El Dovio, el municipio más joven del Valle, ya que fundado el 1 de enero de 1936 y también es conocido como la ciudad del futuro.

Ubicado en el norte del departamento, a 1.400 metros sobre el nivel del mar, El Dovio ofrece un clima templado, paisajes montañosos y un entorno ideal para quienes buscan conectarse con la naturaleza.

Con base a un censo del Dane de 2024, cuenta con 9.220 habitantes, de los cuales más del 64 % vive en la zona rural.

La ciudad del futuro

Es conocida como la ciudad del futuro por su visión del desarrollo sostenible, en armonía con el medio ambiente, posicionándola como un destino ecoturístico.

Entre sus principales atractivos naturales figuran el Cañón del Río Garrapatas, la Serranía de los Paraguas y la cascada El Salto, escenarios ideales para practicar deportes extremos, caminatas ecológicas, ciclomontañismo y camping.

Asimismo, los amantes de la naturaleza pueden realizar otras actividades que involucran la variedad de flora y fauna presente en El Dovio.

En agosto, los habitantes celebran con orgullo las Fiestas del Campesino, una tradición que resalta las costumbres rurales del municipio con cabalgatas, presentaciones culturales y conciertos. Estas festividades reflejan el espíritu alegre y trabajador de sus comunidades.

Por otro lado, El Dovio también encontró en el arte urbano una forma de expresión. Diversos murales adornan sus calles y reflejan la identidad local, el respeto por la naturaleza y el orgullo de pertenecer a esta tierra vallecaucana.

Botica herbaria

Cabe destacar que el municipio alberga a la comunidad indígena de Embera Chamí, quienes mantienen vivas sus tradiciones y cultura en la zona.

Entre sus prácticas se encuentra la elaboración de medicamentos, ungüentos, pomadas, champú y otros productos a base de las plantas que cultivan y son empleados para el consumo local y el comercio.

Además de otros productos que se ofertan en las ferias locales.

Esta iniciativa fue llevada a cabo con un trabajo conjunto con la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC).

“Tenemos la botica herbaria donde sembramos las plantas medicinales capaces de curar enfermedades tradicionales como el dolor de rodilla, la columna; nosotros, como pueblo indígena, conservamos la naturaleza y estamos haciendo la práctica para elaborar medicinas, pomadas, cremas, entre otros productos más, y por eso estamos muy agradecidos con la CVC”, declaró anteriormente Saúl Andrés Aizama, consejero mayor de la comunidad.