Misterio subterráneo: científicos descubren túneles prehistóricos que desafían la explicación humana y geológica

Una red de túneles de grandes dimensiones en regiones de Sudamérica, ha desatado ola de comentarios, ya que al parecer estos no son obra humana ni geológica.

Según los especialistas, los conductos que son visibles en cortes de carreteras y laderas, tienen patrones repetidos que no provienen de la erosión.

Sus pasadizos tienen secciones elípticas, con pendientes que suben y bajan, además muchos tramos superan los 550 metros de longitud y llegan alcanzar una altura de 1,8 metros, lo que permite el paso recto de un adulto.

“No existe un proceso geológico capaz de producir túneles largos, ramificados y con marcas de garras en las paredes”, sostuvo Heinrich Frank, geólogo de la Universidad Federal de Río Grande do Sul.

Precisamente estas observaciones han llevado a pensar que se trata de excavaciones gigantescas hechas por megafauna extinta.

Lo que se refiere a animales terrestres gigantes, de más de 45 kilogramos, entre los que pueden estar los mamuts, los perezosos gigantes, gliptodontes, y mastodontes, que tuvieron roles cruciales en sus ecosistemas.

Al parecer, estos animales habrían creado las complejas redes subterráneas durante el Pleistoceno para refugio.

Dichas estructuras, con túneles de hasta 1,8 metros de alto y cientos de metros de largo, han llamado la atención de los científicos porque presentan marcas de garras, así como un diseño ramificado que solo se explica por la actividad que realizaban estos animales extintos.

El geólogo ha logrado catalogar junto a sus equipos más de 1.500 estructuras de este tipo en el sur y sureste de Brasil. Además de hallazgos similares en Argentina.

Allí las paredes conservan surcos paralelos que recorren largas distancias

Para los especialistas, dichas huellas de actividad revelan información sobre comportamiento y tamaño, conformando así un archivo subterráneo del Pleistoceno.

Los ocupantes de los túneles

Para determinar a los posibles excavadores, los profesionales tienen en cuenta las dimensiones de los túneles y los restos fósiles que se han encontrado en las mismas regiones.

La investigación señala que estas estructuras estuvieron en un periodo en el que humanos y megafauna coincidieron en América.

En el Parque Nacional White Sands, en Nuevo México, EE. UU., un desierto que posee dunas de arena blanca hechas de cristales de yeso, han sido documentadas huellas humanas que siguen rastros de perezosos, las cuales son interpretadas como episodios de caza.

Esto reforzaría la hipótesis de que la red de túneles ofrecía protección a dichos animales no solo por los cambios bruscos de temperatura, sino también ante los depredadores o grupos de humanos, ya que era en ellos donde encontraban un espacio térmico y seguro.