Salud
¿Qué pasa en el cuerpo si se deja de consumir sal por un mes?
El cuerpo necesita algo de sodio para funcionar correctamente.
La ingesta media mundial de sal se estima en 10,8 gramos al día, más del doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es menos de 5 gramos de sal al día (una cucharadita).
Además, la OMS señaló que tomar demasiada sal es el principal factor de riesgo de muerte vinculada a los alimentos y la nutrición.
“Se dispone cada vez de más datos que documentan los vínculos entre una alta ingesta de sodio y un mayor riesgo de sufrir otras afecciones de salud como cáncer de estómago, obesidad, osteoporosis y nefropatías”, puntualizó la Organización.
Asimismo indicó que, en la alimentación, la sal puede provenir de alimentos elaborados, ya sea porque son particularmente ricos en sal como platos preparados, carnes procesadas como el tocino, el jamón y el salame, quesos, tentempiés salados, fideos instantáneos, etc., o ya sea porque suelen consumirse en grandes cantidades como el pan y los productos de cereales elaborados.
También se añade sal a los alimentos durante la cocción en forma de caldo o cubitos de caldo o en la mesa con salsa de soja, salsa de pescado, sal de mesa.
Ahora bien, es importante controlar su consumo, pero no hay que eliminarlo del todo, pues la sal “es esencial para que el cuerpo mantenga los líquidos en equilibrio, transporte oxígeno y nutrientes, y permita que los nervios se estimulen con la electricidad”, según el portal Cocina Fácil y, si se elimina del todo se corre el riesgo de sufrir “un ataque cardíaco y accidentes cardiovasculares o pérdida de fluidos corporales, baja presión arterial, bajo volumen sanguíneo, calambres musculares, debilidad, mala memoria, falta de concentración y acidosis”.
Por ello, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reveló algunas sugerencias para reducir el consumo de sal:
- “Consumir más alimentos frescos. Casi todas las frutas y verduras frescas tienen, de por sí, un contenido reducido de sodio. Además, la carne fresca tiene menos sodio que la carne en conserva, el tocino, los perritos calientes, las salchichas y el jamón. Adicional, es mejor comprar carne de vaca o de ave fresca o congelada, que no haya sido inyectada con una solución que contenga sodio.
- Elegir productos con bajo contenido de sodio. Si se compran alimentos procesados hay que elegir los que tengan una etiqueta que diga “bajo contenido de sodio” y también es mejor comprar arroz y fideos integrales sin condimentar, en vez de productos que ya vengan sazonados.
- Comer en casa. Los alimentos y las comidas de los restaurantes suelen tener un alto contenido de sodio. Un plato principal puede representar el límite diario o estar por encima de él.
- Cada vez que sea posible, eliminar la sal de las recetas. Se pueden hacer muchas recetas sin usar la sal, como por ejemplo cazuelas, sopas, estofados y otros platos principales. Asimismo, se pueden buscar libros de cocina que hagan énfasis en reducir el riesgo de hipertensión arterial y enfermedad cardíaca.
- Reemplazar la sal con hierbas, especias y otros saborizantes. Para darles un toque de sabor a las comidas, se pueden utiliza hierbas frescas o secas, especias y ralladura y jugo de frutas cítricas.
- Moderar el consumo de condimentos. La salsa de soja, los aderezos para ensalada, las salsas, los condimentos, el kétchup, la mostaza y los aderezos fermentados son todos saborizantes que contienen sodio”.
De todos modos, la información antes dada no sustituye la asesoría médica y es de vital importancia consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.