EMBARAZO

Que el síndrome de TORCH no sea una amenaza durante el embarazo

Conozca cuáles son las enfermedades infecciosas que componen este síndrome para prevenirlas a tiempo. Un grupo de exámenes de sangre realizados usualmente durante el primer trimestre del embarazo diagnostican estas patologías.

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9 de mar de 2023, 02:56 p. m.

Actualizado el 30 de dic de 2024, 09:02 p. m.

El embarazo requiere de diferentes cuidados dados los factores que pueden incidir en el estado de salud de la madre, y, por ende, en el buen desarrollo del feto. Por lo tanto, el síndrome TORCH, (cuyo nombre hace referencia a cada una de las cinco primeras letras del grupo de enfermedades infecciosas que lo conforman), requiere especial atención por parte de la mujer durante esta etapa.

En caso de que la madre padezca algunas de estas, el bebé puede resultar contagiado debido a que su sistema inmunitario no tiene las defensas necesarias para luchar contra la infección. Además, es posible que los órganos no se desarrollen de manera adecuada y las enfermedades TORCH aumentan el riesgo de muerte intrauterina y de aborto espontáneo.

Estas son las cinco enfermedades que compone este síndrome:

  • Toxoplasmosis. Enfermedad producida por el parásito Toxoplasma gondii. La infección suele contraerse al comer carne poco cocida o exponerse a heces de gato infectadas, de acuerdo a datos de la entidad Clínica Mayo.

  • Otras (Sífilis, VIH). Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, estas infecciones de transmisión sexual reducen significativamente su riesgo de contagio con el uso de preservativos. En mujeres embarazadas con sífilis temprana no tratada, el 25 % de los embarazos resultan en muerte fetal y el 14 % en muerte neonatal.

  • Rubéola. Infección contagiosa que se transmite por gotículas en el aire, cuando las personas infectadas estornudan o tosen. La Organización Mundial de la Salud sostiene que una vez el virus infecta a una mujer embarazada en las primeras etapas del embarazo, la probabilidad de que ella transmita el virus al feto es del 90 %. Esto puede causar la muerte del feto o provocarle el síndrome de rubéola congénita. Aunque no haya un tratamiento específico para combatir esta infección, se puede prevenir mediante la vacunación.

  • Citomegalovirus (CMV). Los médicos investigadores estadounidenses Sergio Stagno y Richard Whitley indican que este es el virus más común de transmisión durante el embarazo y afecta aproximadamente al 0,5-1,5 % de los nacimientos. Aproximadamente el 40 % de las infecciones maternas por CMV durante el embarazo resultan en una infección congénita.

  • Herpes simple. La infección por el virus del herpes simple se transmite generalmente por contacto de boca a boca y provoca una infección en la zona bucolabial, (VHS -1) mientras que el VHS-2 se transmite principalmente por vía sexual y causa herpes genital. El riesgo de herpes neonatal es mayor cuando la madre ha contraído la primera infección por VHS al final del embarazo, según sustenta la Organización Mundial de la Salud.


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Según las médicas investigadoras indias Reema Baht y Vatsala Dadwal, los síntomas dependen de la infección individual y estos pueden causar signos leves como malestar y fiebre, en algunos casos, estas enfermedades pueden pasar inadvertidas y solo son percibidas después del parto cuando el recién nacido es más pequeño de lo normal, o cuando presenta una erupción en la piel, con pequeñas manchas rojizas o violáceas debido al sangrado de los capilares debajo de la piel.

En este sentido, y como método de prevención, existen las pruebas TORCH, un grupo de exámenes de sangre realizados usualmente durante el primer trimestre del embarazo con el fin de diagnosticar las enfermedades ya mencionadas. Con una muestra de sangre, es posible identificar la presencia de antígenos o de anticuerpos que indican si existe una infección crónica o aguda, y de esta manera, se define una ruta de atención temprana que propenda la salud de la madre y el hijo, en caso de ser necesario.

“En el sector salud se ha realizado una labor importante para el desarrollo de pruebas que permitan detectar enfermedades infecciosas. Para descartar el síndrome TORCH, se requiere analizar la sangre de la madre con el fin de detectar indicios de infecciones asociados a fallos del desarrollo fetal o anomalías congénitas que pueden manifestarse al nacer o incluso en etapas posteriores de la vida. Estas herramientas de diagnóstico pueden identificar riesgos para el feto y, por ende, facilitan la toma de decisiones médicas hacia un tratamiento eficaz para vivir esta etapa con mayor tranquilidad”, comentó la directora de Asuntos Médicos para la compañía de dispositivos médicos Siemens Healthineers, Latinoamérica, Rosemeire Braz.

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