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El especialista, durante la consulta, indagará sobre antecedentes del paciente y le ordenará exámenes como un espermograma (examen de espermatozoides), para determinar el paso a seguir. | Foto: Foto: El País

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Las alternativas médicas para lograr ser papá

La ciencia brinda hoy muchas ayudas para aquellos hombres que no han podido ser padres o que quieren tener un nuevo hijo y no lo han logrado. Medicación, cirugías y asistencia reproductiva, las soluciones.

20 de junio de 2021 Por: Redacción de El País

De acuerdo con las Guías Europeas de Urología- 2021, indica el urólogo Alejandro Fernández Duque, una de cada ocho parejas tienen dificultades para concebir el primer hijo y una de cada seis tienen problemas para concebir un segundo hijo. Y de estas parejas con complicaciones, el 50 % de la etiología (causa) es un factor masculino.
Así que en la actualidad es común que muchos hombres en el mundo necesiten de las alternativas que la ciencia les brinda para convertirse por primera vez en papás o llegar a tener un hijo más.

Si su pareja es fértil y no presenta ningún tipo de problema, las ayudas para el hombre dependerán del origen de su infertilidad.

Entre las causas más comunes de la infertilidad masculina están las llamadas idiopáticas (sin origen conocido) y las identificables, que son casi el 50 % como: la exposición a sustancias tóxicas (por ejemplo, por tratamientos para cáncer. O el uso por mucho tiempo de cigarrillo, marihuana, cocaína); la exposición a ciertas sustancias químicas (antibiótios de alta dosis por un periodo prolongado); tumores testiculares; alteraciones endocrinológicas (como enfermedades de la hipófisis, problemas de tiroides y de las glándulas suprarrenales).

Producen infertilidad en los varones, además, las enfermedades que aumentan la temperatura escrotal como el varicocele (inflamación de las venas a nivel del testículo que afecta el funcionamiento de los túbulos seminíferos y la producción de espermatozoides). Hay otras razones como la disfunción sexual o eyaculatoria; causas inflamatorias (como las paperas); daño a los conductos genitales, sin intención, durante una cirugía, o por trauma testicular.

También, infecciones en el tracto genital que, aunque se resuelven, a veces dejan problemas obstructivos en los conductos genitales por inflamación y no dejan pasar el semen. Son hombres que al eyacular tienen ausencia de espermatozoides (azoospermia).

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Ciertos oficios donde hay altas temperaturas como en las siderúrgicas; las anomalías genéticas, como el Síndrome de Klinefelter y otros que alteran el desarrollo normal de los conductos de transporte espermático; enfermedades inmunológicas, que llevan a la muerte o a las anomalías de los espermatozoides; la obesidad mórbida, que produce alteraciones hormonales con problemas en el conteo de los espermatozoides, y la vasectomía.

Variedad de soluciones

Para el doctor Fernández Duque, lo primero a tener en cuenta es que la consulta se debe hacer en pareja, porque en muchas ocasiones, la infertilidad es por un problema sexual: “disfunción eréctil, que hace que el señor no pueda penetrar; bajo deseo sexual, que hace que no tenga interés y no haya relaciones sexuales; problemas eyaculatorios, que puede ser una eyaculación antes de la penetración o ausencia de la misma”.

El especialista preguntará, por ejemplo, antecedentes, si hubo una cirugía en la infancia de los genitales, si le hicieron algún tratamiento intenso por infecciones; si en la familia ha habido personas con estos problemas, y sobre otros factores.

El médico le realiza al paciente un examen físico para determinar alteraciones anatómicas; le pide una prueba de semen (espermograma) y si es el caso, exámenes hormonales. Según la información obtenida, definirá el manejo, explica el urólogo Fernández Duque.

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Las soluciones a muchas de estas causas varían: van desde medicación, pasando por cirugías, hasta técnicas de reproducción asistida, coinciden en señalar la ginecóloga Linda Mlayes Burchardt, fellow en reproducción asistida, y Enrique Herrera Castañeda, ginecólogo con posdoctorado fellow en andrología (o infertilidad masculina) y reproducción humana.
La medicación, agrega la doctora Mlayes, se usa, por ejemplo, en tratamientos para mejorar la movilidad de los espermatozoides y / o si hay una disminución en su concentración. También se emplea en el tratamiento de las disfunciones sexuales, como las alteraciones en la erección y en la eyaculación.

Además, indica la ginecóloga, miembro del equipo médico del Instituto de Reproducción Humana, Procrear, la medicación se emplea cuando las causas son hormonales, por ejemplo, si se tiene un tumor en la hipófisis (glándula de la cabeza) o si hay problemas genéticos como el hipogonadismo masculino (afección que impide la cantidad suficiente de testosterona y de espermatozoides).

La cirugía se emplea, por ejemplo, cuando la causa es el varicocele (dilatación varicosa a nivel de los testículos), anota el doctor Enrique Herrera Castañeda, miembro de la Unidad de Medicina Reproductiva del Centro Médico Imbanaco.

El doctor Herrera explica el tratamiento quirúrgico que se hace para tratar el varicocele: “Se ligan esas venas con microcirugía a nivel inguinal con técnicas microquirúrgicas, que están mostrando muy buenos resultados. O a través de laparoscopia o cirugía endoscópica, que también se están utilizando con relativa frecuencia”.

El problema con el varicocele, añade Herrera, profesor de la Universidad del Valle, es que, el 30 % de la población que lo padece embaraza a su pareja, entonces la gran discusión científica es si operarlo o no.
El experto en infertilidad masculina anota que varias investigaciones acerca del varicocele y la capacidad de fertilidad de los hombres que lo padecen, entre ellas, una de la Universidad del Valle y otra de un grupo de investigadores de Francia, han demostrado que los hombres cuando tienen un estilo de vida de trasnocho, cigarrillo, licor, falta de ejercicio y tienen varicocele, este se expresa de manera negativa en no permitir el embarazo.

“Se considera que cuando hay varicocele y el hombre está completamente normal y no ha logrado embarazar a su pareja, este se debe operar, siendo la solución más apropiada”, sostiene el doctor Herrera.

El tratamiento quirúrgico también se emplea en pacientes que se practicaron la vasectomía años atrás y desean revertirla, por ejemplo, porque quieren tener un hijo con su nueva pareja.

El doctor Herrera Castañeda comenta que a este tipo de pacientes se puede ayudar de dos formas. “Una, es que le podamos unir otra vez los conductos deferentes. Entonces lo llevamos a cirugía y bajo anestesia se le abre el escroto, buscamos los sitios donde se ligó el vas deferente, quitamos la obstrucción, probamos que los conductos estén permeables y con técnica de microcirugía se los reanastomosamos (unimos)”.

La otra manera de ayudar a los pacientes con vasectomía, añade Herrera, es usando las técnicas de reproducción asistida: “la fertilización in vitro y la micromanipulación de células o lo que llamamos el Icsi, que es inyectar un espermatozoide dentro de la célula, que es el óvulo”.

Reproducción asistida

El doctor Herrera explica de forma sencilla, cómo se procede en los casos de reproducción asistida como alternativa de tratamiento de fertilidad en el hombre.

“Ponemos a la compañera del paciente a que, por medio de unos medicamentos, produzca 6, 8 óvulos, o sea, le inducimos una superovulación. A los 13 o 14 días, cuando esos folículos tengan un diámetro de 18 milímetros o más, a la señora, bajo sedación, le sacamos los óvulos y al hombre lo llevamos a cirugía y ya sedado, le abrimos el escroto o lo puncionamos y le extraemos espermatozoides que están localizados y retenidos en los conductos por la vasectomía, con técnicas microquirúrgicas. Esos espermatozoides los microinyectamos en los óvulos de la señora y de esa manera ella queda con unos óvulos fecundados. Los llevamos a incubación, los evaluamos a los tres o cinco días y ya en embriones, se los transferimos a la mujer. A los 14 días le hacemos una prueba a ver si está en embarazo”.

De acuerdo con Herrera Castañeda, “ahora ya se sabe que para el hombre estas técnicas también son supremamente útiles para ayudarlos cuando tienen muy poquitos espermatozoides o cuando estos, tenemos que ir a recuperarlos desde su tracto genital. Y para estos casos se emplean técnicas quirúrgias y técnicas de reproducción asistida”.

No hay que olvidar, anota el doctor Herrera, a pacientes que tienen en los conductos epidídimos quistes que a veces son de 3,4 milímetros, que dice él, “parecen muy pequeñitos, pero son grandísimos, porque los conductos son de unos diámetros milimétricos, entonces con técnica de microcirugía quitamos esos quistes que producen presión sobre los conductos y no dejan pasar bien los espermatozoides”.

Estilo de vida

El hombre promiscuo puede adquirir una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual) que no solo puede transmitir a su pareja, sino que también puede comprometer su propio tracto genital y sus conductos.
Los hábitos alimenticios influyen en la calidad del semen. La llamada comida chatarra, los alimentos con preservativos, por ejemplo, con el tiempo son tóxicos y dañan los espermatozoides. El tabaco, el alcohol y el estrés también influyen en la cantidad, calidad movilidad y/o morfología de estos.

Pueden tener riesgo de infertilidad los hombres que trabajan de forma constante con sustancias tóxicas (gasolina, aceites, cloro, pintura, éter); en condiciones de mucho calor (panaderos, chefs, calderistas, mototaxistas, choferes); los técnicos de imagen (que hacen Rayos X, TAC, etc).

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