La ciencia explica porqué las parejas dejan de tener relaciones sexuales

Las parejas dejan de tener sexo, esa es una realidad a la que se enfrentan muchas personas en su diario vivir y la ciencia explica porqué. Muchos estudios señalan que va desde la falta de comunicación, hasta la incapacidad de abordar problemas que se han quedado pendientes.

Aunque los expertos afirman que es complicado determinar una razón exacta, indican que es una problemática que se mantiene oculta por las mismas parejas, ya que genera suspicacias, inseguridades e incluso pena.

En un artículo de la revista Carrusel, la sexóloga Flavia Dos Santos, se refirió al tema y reveló que esta situación correspondiente a las parejas ocurre en muchas ocasiones por situaciones no resueltas, por menores que sean, y es que se acumulan internamente, general resentimientos y resultan en la falta de intimidad.

Sin embargo, no hay que desconocer que existen otros factores que pueden contribuir a una relación sin sexo, que son las dificultades económicas, el estrés en el trabajo, las diferencias que no se pueden aceptar de la otra persona, la monotonía o la infidelidad.

Dichos aspectos tienen a alejar a las personas aunque compartan los mismos espacios y terminan convirtiéndolos en “extraños”.

Sobre esto, la psicóloga María Elena López menciona en el mismo artículo, que cada vez es más frecuente la idealización de la pareja, de la sexualidad y el inconformismo en general con lo que se tiene. Lo último, según la profesional, deriva de el consumo masivo de redes sociales, de pornografía, entre otras plataformas que enseñan realidades distorsionadas.

Ese agotamiento por querer tenerlo todo, de la forma “ideal”, impacta en la vida de pareja y no permite reconocer que la sexualidad evoluciona a lo largo de una relación y está influenciada por diversas etapas y circunstancias. Los cambios en la dinámica de la pareja, como la llegada de hijos, accidentes o situaciones estresantes, pueden afectar la vida sexual.

Por lo anterior, Flavia Dos Santos fue enfática en que el deseo sexual puede fluctuar, que no es cierto que desaparezca luego de un año de relación, pero que sí requiere que ambas partes estén de acuerdo, satisfechas con el nivel de intimidad, que logren mantener una comunicación y una complicidad constante.

¿La relación debería terminar por falta de sexo?

Las dos expertas coincidieron en que la ausencia de sexo no tiene que significar necesariamente que una relación deba terminar, por lo que recomendaron que en tales casos, la mejor opción es buscar ayuda profesional y tener conversaciones abiertas sobre el tema.

Sin embargo, hay parejas que no logran mantener tal actividad por motivos que sobrepasan lo emocional o cognitivo, ya que algo ha hecho que pierdan el deseo va mucho más allá y está fundamentado en causas específicas.

En ese sentido, las profesionales dieron algunos consejos que se pueden ser útiles para recuperar la pasión entre las parejas, como ponerse en el lugar del otro, compartir más actividades o gustos en común, mejorar las formas de comunicación, perdonar y equilibrar las tareas del hogar.

Comprometerse con los deseos más profundos y permitirse explorar fantasías eróticas sin cohibiciones también es un aspecto clave para tener una vida sexual satisfactoria.

La importancia del sexo

Según la Organización Mundial de la Salud, una vida sexual es algo crucial en el ser humano, y esto no solo abarca el acto sexual, sino también el placer, el erotismo, la intimidad, entre otros puntos, que a la larga, promueven una vida más sana.

Esto es respaldado por un estudio realizado por científicos, el cual reveló que las personas que practicaban sexo de forma habitual, al menos una o dos veces por semana, tenían los niveles de inmunoglobulina A, responsable de las defensas del organismo, un 30 % más altos que las personas que no lo practicaban.

Es decir, el sistema inmunológico también se ve beneficiado con las relaciones sexuales: se pueden prevenir problemas en el corazón, la presión arterial puede estabilizarse y se controlan los niveles de estrés y ansiedad.