Según analistas, la principal consecuencia del anuncio de la guerrilla la sufrirá la población civil. Acelerar diálogos, salida.
[[nid:413502;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/04/cauca-soldados-ataque.jpg;full;{El asesinato de diez militares por parte de integrantes de las Farc en Buenos Aires, Cauca, el pasado 15 de abril, causó indignación entre los colombianos, quienes pidieron agilizar los diálogos de La Habana. Igual clamor se escucha desde el viernes, tras el cese de la tregua de la guerrilla. Foto: Oswaldo Paez | El País}]]
La mesa de la paz está coja. Esa es la sensación que quedó luego de que las Farc anunciaran la suspensión de la tregua unilateral que mantenían desde diciembre pasado. Lea también: Presidente Santos reitera llamado a las Farc de agilizar el proceso de paz
Solo que los expertos coinciden en que quienes sentirán con más fuerza los remezones que provocará tal desnivel no están sentados precisamente en La Habana sino en diez departamentos de Colombia, incluido el Valle del Cauca, donde el conflicto armado se registra con mayor intensidad.
Así lo advirtió el mismo viernes la Defensoría del Pueblo que, con base en su Sistema de Alertas Tempranas, anunció que, tras la decisión de las Farc se vislumbra un escenario de riesgo por posibles ataques contra la Fuerza Pública, con eventuales efectos indiscriminados para la población civil.
Opinión que comparte Luis Ángel Perdomo, líder de la comunidad Nasa a quien la noticia del cese de la tregua lo sorprendió en lo alto de las montañas de Pradera, donde los diálogos del Gobierno y las Farc significan la posibilidad de que en sus territorios ya no se siembren más minas antipersona.
Aunque es muy poco lo que nos han socializado de la negociación, desde aquí le veníamos apostando a la paz, pero si se rompe la tregua los más perjudicados seremos nosotros, porque se volverán a incrementar los ataques entre los persos actores armados que hacen presencia en nuestra región, lamentó el vocero indígena.
Y es que Perdomo no es el único que teme que lo anunciado por la guerrilla se convierta en la antesala del final de las conversaciones en Cuba.
Por eso, persos sectores, incluso contrarios al Gobierno, se pronunciaron en contra de esa, que sería la principal implicación que la medida de las Farc podría tener sobre los diálogos de La Habana, sobre todo porque se suma al malestar que se apoderó de los colombianos tras el asesinato de diez militares en el Cauca.
Toda la sociedad colombiana debe hacer un esfuerzo colectivo para sacar adelante este proceso, no podemos entrar en este momento en desesperación, ni tampoco en especulación; hay que lograr que el presidente Santos mantenga la gobernabilidad del proceso de paz, dijo la excandidata presidencial Marta Lucía Ramírez.
Solo que no será una tarea fácil, dado el clima de desconfianza que reina entre las partes y a que la muerte de los 26 guerrilleros en Guapi se convertiría en el abrebocas para que contra nuestra voluntad, tengamos que proseguir el diálogo en medio de la confrontación.
De ahí que voces amigas de los diálogos, como la de la representante Ángela Robledo, quien integra el Frente Amplio por la Paz, no sean muy optimistas: Pienso que es un momento muy delicado y que una situación como la que se presenta puede poner en riesgo la negociación con las Farc.
Sin embargo, plantea que es posible que la crisis generada por la estrategia de la guerra que plantean quienes mantienen un discurso hipócrita frente a la paz desemboque en algo positivo y se entienda que el cese bilateral al fuego es la manera más acertada de seguir adelante con el proceso.
Ramírez, por su parte, dice que es urgente reformular la estrategia de negociación, incluyendo la definición de plazos y de condiciones humanitarias.
Si el presidente Santos convoca la Comisión Asesora de Paz, estaremos listos para aportar ideas que sirvan para concluir el proceso en un plazo razonablemente corto, con certeza irreversible para los colombianos de que se acaba la intimidación armada, se entregan las armas y se acepta la institucionalidad y la justicia con la posibilidad que da nuestra propuesta de tribunales mixtos y la flexibilidad en las penas que resulte pertinente, explicó.
A su vez, el exprocurador Jaime Bernal Cuéllar está de acuerdo en que las implicaciones de la decisión tomada por la guerrilla no se agotan en la mesa de negociación sino que llegan hasta la opinión pública, ya que los colombianos no van a ver con buenos ojos ese anuncio. Las Farc van a tener que mostrar hechos significativos de voluntad de paz, si quieren que la gente siga apoyando el proceso.
En opinión de quien fue negociador de paz el aumento de los enfrentamientos entre el Ejército y la guerrilla no le hace ningún bien a la negociación. Por el contrario, puede alargarla, cuando lo que deben hacer es acelerar las propuestas para llegar a acuerdos, pues el pueblo colombiano ya está cansado de la guerra y quiere que se le pongan límites a los acuerdos.
Tampoco es partidario de que, tal como lo propuso el excandidato a la Vicepresidencia Carlos Holmes Trujillo, se suspendan temporalmente las conversaciones, porque eso no conduce a nada. Lo fundamental es que la sociedad civil presione para que se reorienten algunos aspectos y, si no se fijan plazos exactos, por lo menos se lleguen a acuerdos parciales.
Frente a esas posiciones está la del general (r) Harold Bedoya, que asegura que el anuncio de las Farc no va a cambiar nada en Cuba. Ellos nunca se van a levantar de la mesa, porque todo lo que están obteniendo es ganancia y este anuncio no tiene ninguna transcendencia porque ellos nunca han cesado nada, los secuestros, el terrorismo, los niños muertos y el narcotráfico en el Cauca siguen como siempre.
Según él, los colombianos están creyendo en una paz utópica que no se va a dar y de aquí a diciembre, cuando se den cuenta de eso, el nivel de popularidad del presidente Santos habrá caído tanto que no le quedará otra alternativa que renunciar.
Otra cosa piensa el consultor internacional en Seguridad, John Marulanda, quien cree que la suspensión de la tregua es una oportunidad de oro porque la guerrilla usará su capacidad militar para presionar al Gobierno y concretar puntos pendientes.
Creo que vendrán incidentes armados complicados, esperemos que la Fuerza Pública los pueda prevenir adecuadamente, pero será ahí cuando entre en juego la voz conciliadora del nuevo ministro Luis Carlos Villegas, vaticinó. Lea también: ¿Tambalea la mesa de negociaciones con las Farc?
Al respecto, otro ex asesor de paz, Lázaro Vivero, piensa que lo anunciado el viernes por la guerrilla demuestra que un cese unilateral no es viable porque la contraparte siempre presionará con la fuerza, por lo que en medio del conflicto habrá que dirimir diferencias y concretar una tregua definitiva.
No obstante, el tiempo será el que dirá si la jugada de las Farc sí servirá para acelerar el proceso de paz o si solo significará el retorno de la intranquilidad a la tierra de Luis Ángel Perdomo y a las otras regiones del país donde hay presencia guerrillera.
¿Y el desminado? El pasado viernes se tenía prevista una reunión conjunta en La Habana, en el marco del ciclo 37 de los diálogos, en la que Gobierno y Farc iban a informar sobre el inicio del desminado acordado en marzo. Sin embargo, la misma fue suspendida tras la muerte de 26 guerrilleros en Guapi por parte del Ejército y el posterior anuncio del cese de la tregua unilateral de las Farc. Sobre el desminado, Marta Lucía Ramírez afirmó que no está en peligro, pues hay protocolos para garantizar la seguridad y entendimiento entre los participantes en su ejecución.
(*) Con apoyo de Colprensa