El efecto de la muerte de Miguel Uribe en el electorado; ¿qué se viene para el panorama político nacional tras este hecho?

El magnicidio del precandidato a la presidencia Miguel Uribe, que da un gran golpe a la democracia, cambiaría el panorama electoral del país y el discurso de la campaña.

Para Juan Pablo Milanese, profesor de ciencias políticas en la Universidad Icesi, su muerte “tiene un peso muy grande, simbólicamente hablando, que puede que termine produciendo o reafirmando una suerte de cohesión del electorado de derecha”.

Según el analista, la muerte de Uribe Turbay, sumada a la reciente condena a 12 años de cárcel en contra del expresidente Álvaro Uribe, se convertirán en un catalizador para las bases más afines con el proyecto del Centro Democrático, partido al que pertenecen ambos políticos: “Lo que sucedió seguramente terminará cerrando filas dentro del electorado más fiel. Sin embargo, no está claro que esto mismo vaya a suceder con las candidaturas de derecha, que en este caso son muchísimas y muy heterogéneas”, apunta.

Por su parte, el profesor de la Universidad del Rosario, Carlos Charry, opina que el crimen del ex precandidato a la presidencia potenciará la apuesta política en relación con la seguridad: “Una de las consecuencias que va a traer a futuro será que en la derecha se consolide un núcleo fuerte y sólido en torno a aquellos candidatos que empiecen a pensar en la seguridad”.

Para esto trae a colación ejemplos en materia de seguridad que resultan en falencias durante el gobierno de Gustavo Petro: la crisis en el Catatumbo, los paros armados en Chocó y los recurrentes atentados en Cauca que se han presentado en los últimos meses, todo en el marco de la ‘Paz Total’, que se ha convertido en una de las principales deudas de este Gobierno.

El fantasma del pasado

El atentado a Miguel Uribe trae serias dudas con respecto del futuro de la campaña electoral, precisamente en términos de la seguridad de sus candidatos.

“Aquí está en juego, más que un partido, la democracia de la Nación colombiana. Aquí resurgieron los fantasmas del pasado, de los años ‘80 y ‘90, donde los violentos, con tal de ganar en las urnas, eliminaban de su camino, a cualquier costo, a sus rivales políticos”, opina al respecto el Jaime Gutiérrez, estratega político.

Pese a estos hechos de violencia política, para Juan Pablo Milanese hay que tener en cuenta que, en el ejercicio de la política, Colombia nunca dejó atrás aquellas épocas: “se estaba experimentando en forma constante, sobre todo en zonas periféricas. Uno de los puntos graves en este caso es que se está apreciando una escalada importante, que no se veía desde hace más de treinta años”.

Este aspecto también resulta fundamental, según Charry: “el caso de Miguel Uribe muestra la degradación de las condiciones de seguridad y del ejercicio político en Colombia”.

Añade que, de ahora en adelante, los precandidatos a la presidencia empezarán a reclamar mayores condiciones de seguridad para su ejercicio político.

“Las balas, la violencia y la victoria a cualquier precio están marcando el derrotero de la política nacional”, opina el analista Gutiérrez.

“Una de las preocupaciones que tenemos frente al futuro de la campaña a la presidencia es cuál va a ser el nivel de polarización que va a haber alrededor de esta campaña, algo que en el caso colombiano viene siendo notablemente intensa y que podría agravarse aún más”, dice Milanese.