Cuándo fue la última vez que asesinaron a un candidato presidencial en Colombia: esta es la lista

La muerte del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay este 11 de agosto, luego de estar en cuidados intensivos por 2 meses y 3 días desde el atentado a mano armada que sufrió el pasado 7 de junio en el barrio Modelia de Bogotá, reabrió una herida que parecía cerrada, pero que nunca dejó de doler.

Hablamos de los magnicidios en la historia política de Colombia, pues Miguel Uribe Turbay es el primer aspirante a la Casa de Nariño en ser asesinado en más de tres décadas, desde la seguidilla de crímenes que marcó con sangre la política nacional entre los años 80 y 90.

En el siglo XX, Colombia vio caer a figuras que buscaban transformar el rumbo de la nación y que terminaron siendo blanco de las balas antes de llegar a las urnas, por cuenta del narcotráfico, la insurgencia y las alianzas entre criminales y sectores del Estado.

El primero fue Jorge Eliécer Gaitán, cuyo asesinato en 1948 desató el histórico ‘Bogotazo’.

Décadas después, Jaime Pardo Leal, líder de la izquierda y presidente de la Unión Patriótica, fue asesinado en 1987, en medio de una ola de persecución política.

El crimen más recordado de esa época ocurrió el 18 de agosto de 1989, cuando Luis Carlos Galán, fundador del Nuevo Liberalismo y favorito en las encuestas presidenciales, fue acribillado en Soacha minutos antes de pronunciar un discurso. Su férrea oposición al narcotráfico y su defensa de la extradición lo convirtieron en objetivo del cartel de Medellín.

La tragedia no se detuvo. El 22 de marzo de 1990, Bernardo Jaramillo Ossa, también de la Unión Patriótica, fue asesinado por un sicario de 16 años en el aeropuerto El Dorado.

Apenas un mes después, el 26 de abril de 1990, Carlos Pizarro Leongómez, excomandante del M-19 y candidato de la Alianza Democrática, fue baleado dentro de un avión comercial, a pesar de haber firmado la paz semanas antes.

Estos crímenes, declarados de lesa humanidad, dejaron una huella indeleble en la democracia colombiana y consolidaron una percepción de que el poder de las armas podía doblegar el de las urnas.

El homicidio de Uribe Turbay no solo revive los fantasmas de una era sangrienta, sino que también enciende las alarmas sobre el riesgo de que la polarización política escale.

Así lo afirmó Andrés Felipe Ortega, politólogo y profesor de la Pontificia Universidad Javeriana, quien fue consultado por medios de comunicación para hablar sobre la situación que atraviesa Colombia en medio de la muerte de Uribe Turbay y las próximas elecciones presidenciales. “La violencia política no se ha ido... pero hace mucho no se veía contra un precandidato”, afirmó.

A su juicio, el país vive un “continuo de violencia política” que se adapta, muta, pero no desaparece. “Las dinámicas de violencia han cambiado, debemos cambiar el lenguaje, los ánimos están caldeados. Este tipo de cosas antes le suben el tono a las campañas”, concluyó.