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Sergio Fajardo, excandidato presidencial. | Foto: Foto: Bernardo Peña / El País

ALCALDÍA DE CALI

"Cali es independiente, no está amarrada políticamente a nadie": Sergio Fajardo

Sergio Fajardo hará formación política con miras a las elecciones de 2019. Dice que su ruta es distinta a la de Petro. Con Duque “no sabemos a dónde vamos”.

15 de octubre de 2018 Por: Jessica Villamil Muñoz - reportera de El País

Sergio Fajardo está de vuelta. Ya las expresiones de su rostro no son tan marcadas. Pasaron cuatro meses desde la contienda presidencial, pero sigue recorriendo el país.

Asegura que nadie es dueño de los votos que recibe en una elección y explica que está preparando la escuela de formación política de Compromiso Ciudadano (su movimiento) para hacer que crezca “la política de la esperanza, no del resentimiento, de la agresión” en el 2019.

La semana pasada estuvo en Cali y aprovechó para agradecer los casi quinientos mil votos recibidos en la primera vuelta y aunque habla en el tono conciliador que lo caracteriza, sentencia que “todavía el proyecto del Gobierno de Iván Duque sigue siendo un gran interrogante” y que no es el reflejo del trabajo de la oposición, sino que “su misma gente ha creado toda esta incertidumbre”.

Aún falta un año para las elecciones locales, pero ya hay candidatos. Usted recibió casi quinientos mil votos en las presidenciales en Cali, ¿está listo para acompañar a algún candidato a la Alcaldía de la ciudad?

Cali es independiente, no está atrapada en esa historia que nos quieren hacer creer en todo lado de que esto está determinado por unas personas y que ellas son las que deciden por nosotros.

Una ciudad como Cali es libre, no está amarrada a nadie. Lo que nosotros estamos haciendo es construir una propuesta básica con Compromiso Ciudadano, que tiene unos puntos fundamentales que consideramos esenciales para la gestión local y regional. Tenemos experiencia en cómo gobernar, en cómo hacer campañas, en cómo transformar ciudades, departamentos.

A partir de eso, hay personas que quieren trabajar con nosotros, pero primero vamos a fijar unos parámetros de los puntos centrales que le proponemos al país para cada territorio, con las particularidades de lo que se tiene que hacer. La lucha por la corrupción, la apuesta por la educación y el desarrollo ambiental y sostenible.

¿Cómo está su relación con la Alianza Verde?

En la Alianza Verde hay dos personas que vienen de Compromiso Ciudadano: Catalina Ortiz, que se ha destacado en la Cámara de Representantes, e Iván Marulanda, que es senador y viene del grupo nuestro. Tenemos buenas conversaciones, pero lo que estamos haciendo es organizar todo lo que se ha construido en Colombia. Estamos avanzando en la escuela de formación política, que es una manera de llegar a los territorios donde vamos a trabajar con personas que están afines a nosotros para hablar de la política que hacemos, del liderazgo, de cómo se plantea un gobierno, cómo se gobierna, de acuerdo a esos parámetros que hemos aprendido. Estamos haciendo política desde la perspectiva nuestra. Que significa construir la política de la esperanza, no del resentimiento, de la agresión.

Pero teniendo en cuenta su relación con ese partido, ¿cuál va a hacer su papel en la elección en Cali: apoyo a Jorge Iván Ospina, quien es el presidente del partido, o a Michel Maya, que fue una figura reconocida entre los verdes, pero que renunció a ellos?

La Alianza Verde va avanzando en su trabajo. Ellos tienen su ruta, su proyecto político, sus metas, sus ambiciones. Nosotros, Compromiso Ciudadano, está adelantando su trabajo, organizando la estructura y preparando la escuela de formación política, la propuesta que queremos hacer para todo el territorio colombiano. Tuvimos una experiencia valiosa, pero ahora ellos construyen su ruta y nosotros construimos la nuestra y no tenemos afán.

El senador Gustavo Petro todavía se lamenta porque usted no se alió con él en las presidenciales. ¿Usted también?

Estoy convencido de que la decisión fue la mejor, razonable, razonada, respetuosa. Tenemos que entender que estábamos en una competencia política por unas ideas, por unas propuestas. Podemos tener elementos en común, pero cada quien tiene su identidad. Y nosotros participamos y perdimos, de hecho no me he quejado un solo minuto de no haber pasado a la segunda vuelta a pesar de haber quedado tan cerca. Con la convicción de que si pasábamos a la segunda vuelta le ganábamos a Duque. Pero nunca me han oído una palabra amargada. Hicimos lo mejor que pudimos, trabajamos con la capacidad que teníamos y la vida continúa. Aquí estamos con optimismo, no hacemos la política desde el resentimiento, desde la nostalgia, desde el malestar, sino desde la esperanza, del optimismo, de las ganas de construir.

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¿O sea que esta vez tampoco va a atender el llamado para hacer una gran apuesta para las elecciones regionales?

Estamos construyendo una propuesta alrededor de lo que hemos aprendido. Que sea un elemento para enriquecer la discusión y los programas locales. Estamos concentrados en lo nuestro. Claudia López puede tener una opinión, Petro otra, nosotros tenemos una ruta de trabajo. No me paso todo el tiempo hablando del uno o del otro, viendo este con quién, a este qué le gusta, qué no, sino concentrado trabajando.

Todavía queda mucho trabajo por recorrer, pero siempre es sobre cuál es nuestra identidad, cuáles son las bases de lo que queremos en política.

¿Qué les dice a quienes lo apoyaron en la primera vuelta presidencial y siguen desilusionados porque para segunda vuelta se fue a ver ballenas?

Eso a mí no me molesta. Ni me ofusca. Siempre me ha parecido un episodio simpático. Nosotros: pasa la elección, perdemos, lo primero que hacemos es reconocer la derrota, no fui a decir que recontaran los votos porque quedamos muy cerquita de Petro.

Perdimos y hay que respetar las reglas, y eso es algo bien importante para nosotros. Yo escribí por qué votaba en blanco, pero no le dije a nadie que votara en blanco, cada quién tiene la libertad de votar por quien quiera, porque no creo en la obligación de amarrar el voto.

Nunca reclamé porque en la primera vuelta no me apoyaron unas personas del Verde o del Polo. Jamás dije una palabra destemplada de ninguna persona, a nadie agredí, a nadie maltraté. Después de eso vino un puente festivo y me fui a descansar. No es más. Puedo descansar porque estoy cansado, porque trabajamos fuerte, porque le pusimos toda la energía de la vida. Yo todavía no sé qué tiene de raro que una persona que trabajó con respeto, con intensidad, se vaya a descansar tres días. No entiendo qué les produce malestar.

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Y a quienes le acusan de uribista camuflado, ¿qué les dice?

Siempre están hablando de los otros, de encontrar una razón para justificarse ellos, pero no soy uribista, no he sido uribista ni estoy participando dentro de todo esto. Nosotros somos lo que somos, participamos en unas elecciones en nombre de la Coalición Colombia: vemos que tenemos la capacidad de derrotar a Duque y a Uribe y los queremos derrotar y participamos para derrotarlos, eso es todo. Pero después se ponen en una cantidad de discusiones, agresiones personales, a construir teorías, a justificarse...

¿Cómo ve el Gobierno de Duque en sus primeros dos meses?

Creo que dos meses después de posesionarse, todavía el proyecto del Gobierno sigue siendo un gran interrogante. El Presidente señaló que quería que nos uniéramos en Colombia y lo que ha venido pasando hasta el momento no muestra un camino para unirnos alrededor de algún tema. Al mismo tiempo hay una serie de problemas que están en el aire que no tienen solución, que generan incertidumbre y que no muestran hacia dónde se dirige este Gobierno y hacia dónde el presidente Duque quiere liderar a Colombia.

Es un gran interrogante y el tiempo va pasando y los problemas se van acumulando. Las contradicciones dentro del mismo gabinete, las salidas en falso del uno, del otro; la cantidad de versiones alrededor de un solo tema, eso genera incertidumbre y le quita capacidad de liderazgo al presidente Duque.

¿Pero entonces usted no es de los que piensa que hay que darle un compás de espera para que se acople al cargo?

Está claro que él es una persona inteligente, capaz, un buen ser humano en muchos sentidos —con el que discrepo de varias de sus políticas—, pero evidentemente en esa dispersión de actuaciones, en esas contradicciones entre personas alrededor de su equipo, en algunas improvisaciones, demuestra que el Presidente no ha tenido la experiencia para conducir equipos, para trazar una línea, para poner un norte, toda una estructura, un equipo para ir al mismo lugar. Dadas las condiciones, le va a tocar aprenderlo sobre la marcha y le toca aprender muy difícil porque este país es muy difícil, con muchos problemas crecientes y le toca ir transformándose para adquirir la condición de líder. No sabemos a qué le apostamos ni para dónde vamos y no ha sido trabajo de la oposición en contra del Presidente, que no lo deja trabajar, sino que es dentro de su misma estructura, su misma gente la que ha creado toda esta incertidumbre.

Ante la derrota usted dijo que no volvería a presentarse a unas elecciones presidenciales. ¿Cuatro meses después, sigue pensando igual?

Falta mucho tiempo. Fueron circunstancias de vida que uno enfrenta. Desde hace unos cuantos años dije que quería ser rector de una universidad para volver a mi espacio natural, el de profesor. Después de que tantas personas me hablan empiezo a sentir algo que no había sentido nunca, un reclamo de que no me retirara. Lo que nosotros avanzamos fue extraordinario, mucha gente, cuando voy caminando, me dice ‘usted nos devolvió la esperanza en que se puede hacer la política de una forma diferente’. Siento una responsabilidad muy grande con tantas personas que conozco.

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