Ruedan cabezas

La fuga del senador boliviano Roger Pinto hacia Brasil no sólo ha causado tensión entre los dos gobiernos.Ya generó la renuncia del canciller brasileño Antonio Patriota así como la destitución del Embajador de ese país en La Paz.Pinto, a quien Evo Morales acusa de corrupción, se escapó de la Embajada de Brasil donde permaneció durante 454 días sin que se le diera el salvoconducto de salida, pese a que el gobierno de Dilma Rousseff le había otorgado asilo político.Al parecer miembros del Ejército brasileño y políticos opositores a la Presidenta facilitaron la fuga, lo que ha causado mayor malestar en el gobierno boliviano y en Rousseff quien calificó de “inaceptable” la acción.Por ahora la tensión en las relaciones de los dos países no parece disiparse, mientras Morales pide explicaciones diplomáticas y la extradición de Pinto, el Gobierno de Brasil, pese a su inconformidad, ha dicho que respetará el asilo que le otorgó al senador.