¿Quién responde?

La buena noticia del inicio de las obras de la terminal Calima del MÍO no es suficiente razón para detener la búsqueda de los culpables por la pérdida de $6800 millones de esa construcción.Se trata de los recursos dados como anticipo a la firma israelí Hafira Ve Hatziva a la que se le adjudicó dicho contrato.Las autoridades no pueden aflojar sus esfuerzos para asignar las responsabilidades administrativas, disciplinarias y penales a quienes adjudicaron el inconveniente negocio, así como a los que entregaron el anticipo en un banco distinto al que dio la garantía. ¿Qué pasó con esos dineros entregados en 2009? ¿Por qué han pasado cinco años y nadie responde por ellos?Llama la atención el silencio de la Contraloría de Cali, entidad encargada por la Constitución de velar por el buen ejercicio fiscal de los recursos públicos en el Municipio. ¿En qué estado se encuentra el juicio fiscal por este caso?