Que quede claro

Colombia es una nación amable y hospitalaria, que abre sus puertas a los extranjeros necesitados de refugio o de un lugar de paso, como lo ha hecho con casi dos millones de venezolanos que han llegado huyendo de los problemas en su país.

Y si bien la de Afganistán es una crisis humanitaria inconmesurable que demanda de la ayuda de todo el mundo, recibir a cuatro mil afganos en el territorio nacional no es nada fácil teniendo en cuenta los problemas que atraviesa nuestro país y los ocasionados por una inmigración que crece a diario.

Por ello debe hacerse claridad, y a la mayor brevedad, de cómo será la acogida de los afganos que vendrán.

Tiene que estar claro dónde vivirán, cómo se garantizará que estén provisionalmente en el país, por cuánto tiempo será su estadía, quién asumirá los gastos que generen y si la responsabilidad será de Estados Unidos, con todo lo que ello significa.

Ya se ha dicho que serán congregados en Bogotá, lo cual le da un alivio a ciudades como Cali, que si bien fue ofrecida por su Alcalde para albergarlos, ya tiene problemas de grandes proporciones por la migración venezolana.

Para bien de la nación, entendiendo que todos debemos ayudar a resolver el problema humanitario de Afganistán, que se expliquen bien cuáles son los parámetros para acogerlos y se garantice que esta no se convertirá en una situación permanente para Colombia.