La vigilancia de Cali

Para una ciudad donde los índices de hurto y violencia son peligrosos para la ciudadanía, las cámaras de seguridad son herramienta imprescindible.

Sin embargo, en los tres años que lleva la actual administración municipal ha sido imposible poner a funcionar las que hay y comprar las que se necesitan de más, aunque se han realizado varios contratos con inversiones millonarias.

En el 2020 la Secretaría de Seguridad suscribió un convenio interadministrativo con la Imprenta Departamental para que en un mes se mejorara y ampliara el sistema de cámaras de vigilancia de la ciudad.

Y en 2021 se prometió que al finalizar el año el 90% de los equipos estarían en funcionamiento, otro compromiso que se les incumplió a los caleños.

En estos tres años se han destinado $25.000 millones para el mantenimiento de esos equipos y hoy la realidad es que el 66% de las 2031 cámaras que hay presentan fallos o no funcionan.

Por eso hay que exigirle que la Administración Municipal explique qué pasó con el contrato con la Imprenta y por qué no ha sido posible tener en funcionamiento un sistema de seguridad que es aliado de las autoridades para combatir el crimen en Cali.

Y que explique la razón por la cual el presupuesto de Seguridad disminuirá en 20 mil millones para el 2023.

Ante los riesgos que ocasiona la delincuencia, los habitantes de la capital del Valle exigen que se cumpla con el compromiso de vigilar la ciudad como corresponde.