Inútil

Entre los compromisos adquiridos por la Administración caleña para cerrar el ‘basuro’ de Navarro hace siete años, estuvo el de garantizar unos centros de acopio y el apoyo a los recicladores para conformar cooperativas y microempresas.La muestra de que ello no se cumplió a cabalidad está a la vista de todos, en la planta de reciclaje construida en terrenos de la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Puerto Mallarino.Si algo demuestra esa edificación inútil, que le costó a la ciudad $1.100 millones y se adelantó bajo la figura de contrato interadministrativo, uno de los tantos que el exalcalde Jorge Iván Ospina firmó con la Sociedad de Mejoras Públicas, es que nunca se contó con un proyecto estructurado ni una planeación seria.La consecuencia es que Cali ahora tiene un elefante blanco, que no puede funcionar al lado del acueducto más grande de la ciudad y con unos recicladores a los que se les han incumplido los ofrecimientos.