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¡Virgen de Chiquinquirá!

¿Cuál derecho fundamental viola un ciudadano que siendo Presidente de la República invocó a la Virgen de Chiquinquirá como patrona de Colombia desde hace 101 años?

27 de julio de 2020 Por: Editorial .

¿Cuál derecho fundamental viola un ciudadano que siendo Presidente de la República invocó a la Virgen de Chiquinquirá como patrona de Colombia desde hace 101 años? Así se gastan las instituciones, el tiempo de los funcionarios y la paciencia, mientras los graves problemas que acosan a la Nación, a los ciudadanos y a la Justicia en especial, no tienen las respuestas que demandan.

La historia parece increíble. El presidente Iván Duque usó su cuenta personal de Twitter para expresar su pensamiento: “Respetando las libertades religiosas de nuestro país y en clara expresión de mi fe, hoy celebramos los 101 años del reconocimiento a nuestra Virgen de Chiquinquirá como Patrona de Colombia. Todos los días en profunda oración le doy gracias y le pido por nuestro país”, escribió el Primer Mandatario. Su lectura confirma que no hay un constreñimiento a los colombianos ni algo distinto a una demostración de sus creencias, que deben ser respetadas como las de cualquier persona.

Pero un abogado apeló a la tutela porque, según su parecer, el Presidente no está respetando los derechos a la libertad de culto y tampoco el principio de separación entre la religión y el Estado consagrado en la legislación colombiana. Con ese trino, ¿se le está violando o desconociendo al demandante algún derecho fundamental?

Pues según la Sala Primera de Decisión de la Sala Laboral del Tribunal Superior de la ciudad de Cali, que dedicó horas y con seguridad profundas disquisiciones, así es. Y además, en su fallo le ordena al presidente Duque abstenerse de usar su cuenta personal de Twitter para expresar sus creencias, lo que de por sí desconoce la libertad de expresión y de culto del ciudadano Iván Duque Márquez.

Ahora, y además de la polémica en la cual se han consumido esfuerzos y tiempo, vendrán las demandas y contrademandas al pronunciamiento del Tribunal, perteneciente más al debate bizantino que no conduce a parte alguna que a un Estado de Derecho. Así se dilapidan recursos y esfuerzos de un organismo jurisdiccional de indudable importancia en la rama laboral, en lugar de dirigirlos a resolver los litigios y la montaña de procesos que impiden ofrecer a los colombianos una rápida y cumplida justicia.

Casos como este abundan en el país, restándole credibilidad al poder público creado ante todo para resolver los conflictos, hacer prevalecer la ley y conseguir la paz entre los colombianos. ¿A quién le puede hacer daño que el Presidente de la República se refiera de manera respetuosa a una conmemoración que tiene un significado especial para millones de sus conciudadanos? Por esa vía no sería extraño que se le prohíba asistir a misa.

Total, el país tendrá que esperar a que las instancias superiores de la Justicia se pronuncien sobre la peculiar sentencia, en la cual se le prohíbe a un ciudadano hacer un homenaje a la Virgen de Chiquinquirá patrona de Colombia. Es otra prueba más del abuso que se hace de la tutela, de los recursos que se gastan en asuntos sin importancia y de la necesidad de rescatar a la Justicia del leguleyismo que la asfixia, al parecer, sin remedio a la vista.

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