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“Avanzan los diferentes acuerdos parciales sobre participación de la sociedad en el proceso de paz y alivio humanitario en zonas críticas, que, junto al cumplimiento del CFBNT, demandan mayores esfuerzos de implementación. Para respaldarlos, se está considerando convocar a donantes, para constituir un fondo que soporte el cumplimiento de estos acuerdos”, dicen los negociadores del ELN.
En ese sentido, los negociadores de la guerrilla dijeron que se deben buscar recursos para cumplir con los compromisos. Por eso, tiene la idea de que haya un fondo de cooperación internacional. Foto: @DelegacionEln | Foto: @DelegacionEln

Editorial

Treguas extendidas

Después de estar en el puesto número 12 del ranking de ciudades más violentas del mundo, Buenaventura fue bajando posiciones hasta salir del top 50.

7 de febrero de 2024 Por: Editorial

La extensión del cese al fuego bilateral con el Eln así como la prórroga de la tregua entre Shottas y Espartanos en Buenaventura, era lo mínimo que esperaban los colombianos de los diálogos que el Gobierno adelanta con los más variopintos grupos al margen de la ley. Es cierto que las decisiones generan cierto alivio entre los colombianos, pero la tranquilidad total solo llegará cuando esas organizaciones se comprometan a acabar con toda forma de delito y de violencia en el país.

La suspensión, por tres meses más, de las agresiones entre las dos bandas criminales con mayor presencia en Buenaventura, no parece brindar el tiempo suficiente para llegar a los acuerdos definitivos que detengan el terror que durante los últimos años ha padecido su población. Pero al menos da un nuevo respiro a las autoridades y aún más a aquellas comunidades que han sido las víctimas directas de esa guerra local, de las amenazas y las extorsiones, que ponen los muertos y sufren los desafueros en esas líneas sutiles que son las fronteras invisibles entre barrios.

Desde que se iniciaron los periodos de tregua entre Shottas y Espartanos, la ciudad portuaria ha tenido avances en materia de seguridad. Después de estar en el puesto número 12 del ranking de ciudades más violentas del mundo, Buenaventura fue bajando posiciones hasta salir del top 50; así mismo son cada vez menos las zonas vedadas para los bonaverenses, mientras las extorsiones al comercio se redujeron. Por ello hay el temor de que en algún punto de los diálogos la frágil paz se rompa, las prórrogas de esa especie de armisticio terminen y el municipio vuelva a lo de antes.

Ayer también se anunciaba la extensión del cese al fuego bilateral con el Eln por los próximos seis meses. Al cierre del sexto ciclo de negociación entre el Gobierno Nacional y esa guerrilla se logró ampliar el plazo, así como alcanzar algunos puntos de acuerdo en la negociación que se adelanta. El más importante, aunque incompleto, el de la detención del secuestro con “fines económicos”; de los otros tipos de plagio no se dijo nada, como tampoco se aclaró cuántos secuestrados siguen en su poder ni se planteó como condición que fueran liberados.

Se acordó, sí, la creación del fondo de donantes internacionales para “apoyar las actividades propias de este proceso de paz”. Queda la duda si esos recursos irán al sostenimiento de los guerrilleros, como lo han pedido sus cabecillas bajo el argumento de solventar sus gastos toda vez que quedarán sin los ingresos de los secuestros y extorsiones. O si los recursos serán coadministrados por la guerrilla, porque en palabras del jefe negociador del Eln, Pablo Beltrán, “somos responsables de asumir con toda la transparencia el manejo de los donantes de ese fondo”.

Los colombianos, en cualquier punto del territorio nacional, quieren que los discursos de la paz total del presidente Gustavo Petro se vuelvan realidades. Pero será un error que en esos procesos con organizaciones criminales se trancen principios elementales de una democracia, como hacer distinciones entre quiénes pueden ser secuestrados o quiénes no.

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