Transparencia
Conocido el informe de la Revisoría Fiscal de Corfecali sobre la Feria virtual que esa entidad realizó el pasado fin de año, la ciudadanía tiene derecho a reclamar que se explique qué pasó con los recursos públicos con los cuales se realizó el citado evento.
Conocido el informe de la Revisoría Fiscal de Corfecali sobre la Feria virtual que esa entidad realizó el pasado fin de año, la ciudadanía tiene derecho a reclamar que se explique qué pasó con los recursos públicos con los cuales se realizó el citado evento. Y tanto los organismos de control municipal como la Administración tienen el deber de revelar lo que ha ocurrido con el patrimonio público.
El informe de la firma Millán & Asociados es por lo menos preocupante en cuanto a la cantidad de anormalidades encontradas a lo largo de la revisión que realizó sobre un evento que, además, suscitó el rechazo de gran parte de la ciudadanía. Ahora se sabe que la Feria virtual costó $12.651 millones, y en su realización se ejecutaron contrataciones que debieron ser aprobadas por la junta directiva de la entidad, además de aparecer negocios discutibles que implicaron erogaciones considerables y sobrecostos injustificados.
De nuevo hay que recalcar que se trata de recursos públicos y su manejo no puede quedar oculto. Y que la revisoría fiscal cumple funciones estatutarias y su informe debe ser respondido como ordenan los estatutos de Corfecali y los principios de la sana administración que rigen a cualquier empresa constituida en Colombia.
De igual forma, es necesario hacer claridad sobre lo que está ocurriendo con la información que se solicita a través de los derechos de petición establecidos por la ley para saber lo que sucede en Corfecali y en la Administración Municipal con referencia al patrimonio público. Tanto El País como otros medios de comunicación, asociaciones de periodistas, concejales y ciudadanos del común han reclamado información a través de ese recurso jurídico, recibiendo a cambio negativas o informes evasivos.
Nada de eso es conveniente para la buena marcha de los asuntos públicos de Cali. El informe de la revisoría fiscal de Corfecali les da la razón a quienes de muchas maneras han tratado de encontrar la información sobre cómo se dispuso de los $11.000 millones que le entregó el Gobierno Municipal, y les ha sido imposible recibir las respuestas del caso. Y hace preguntar qué hizo la Alcaldía para asegurar que los cuantiosos recursos que entregó tenían la destinación y el buen uso que de ellos esperaban los caleños.
Ahora le corresponde a la Administración Municipal y a la de Corfecali aclarar todos y cada uno de los cuestionamientos de ese informe. Es el deber de explicarles a los ciudadanos el destino que sus gobernantes le dan a los impuestos y contribuciones que ellos pagan para tener una mejor ciudad. Más aún, cuando ellos fueron destinados a una feria virtual que fue cuestionada por sus altos costos, por su oportunidad y su inconveniencia en medio de la pandemia.
En eso consiste la transparencia en la administración pública. Así Corfecali sea una corporación de carácter mixto que no debe someterse a las leyes de contratación oficial, ha dispuesto de recursos provenientes de los tributos pagados por los caleños. Como tal, corresponde a su gerencia, a la Alcaldía, a la Contraloría Municipal y a la Personería dar las explicaciones que sean del caso.