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Peligro creciente

Como si se tratara de un termómetro del terror, el régimen de Corea del Norte incrementa a diario la tensión y desafía sin pausa la estabilidad internacional.

23 de abril de 2017 Por: Editorial .

Como si se tratara de un termómetro del terror, el régimen de Corea del Norte incrementa a diario la tensión y desafía sin pausa la estabilidad internacional.

El claustrofóbico régimen comunista de Pyongyang muestra de nuevo sus dientes y se prepara, una vez más, para asustar al mundo con sus ejercicios militares. En los últimos meses ha realizado una serie de lanzamientos de misiles balísticos haciendo caso omiso a las sanciones de la ONU.

La preocupación aumenta en la medida que se advierte que están muy próximos a ejecutar su sexta prueba nuclear. En un principio se pensaba que las amenazas del régimen tiránico eran una manera de chantajear a Occidente para que le suministraran alimentos y recursos para atender a una población que se muere de hambre.

Empero, la amenaza es real y Corea del Norte juega al terror. Como en su momento no hubo una disuasión efectiva y occidente no encontró la manera de contener el escalamiento del peligro, los sucesivos dictadores desplegaron sus esfuerzos para concretar amenazas como la de construir misiles nucleares que pudieran traspasar las fronteras y llegar hasta los Estados Unidos.

Hoy la tensión entre estos dos países inquieta. Los temores de un enfrentamiento militar aumentaron luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmara de una manera ligera que había enviado una poderosa armada a vigilar la costa de la conflictiva península.

Ante la preocupación que tal anuncio generó, después se conoció que el portaviones nuclear Carl Vinson no iba con destino a Corea sino que se dirigía hacia el Océano Índico para participar en maniobras militares con Australia.

Sin embargo, el episodio dejó claro que con Trump al frente del gobierno de los Estados Unidos los tiempos de la diplomacia se acortaron. El ataque con misiles a una base Siria y el lanzamiento de la ‘madre de todas las bombas’ en Afganistán fueron los avisos para la dictadura del inestable ‘líder supremo’ Kim Jong-un.

Inmerso en una feroz represión, su régimen se sostiene por la amenaza de una guerra nuclear que le permite a Kim dar cohesión a su gobierno y mantener la dictadura.

China, que ha sido su gran aliado y sostén, ha entendido que no es sensato mirar hacia otro lado cuando un vecino tan inestable dice contar con armamento nuclear de destrucción masiva.

Al parecer, la presión del gobierno de Estados Unidos a China ha surtido efecto para bloquear a Corea. Este ‘nuevo mejor amigo’ no estaba en los cálculos de Trump, pero ya se sintieron los primeros efectos. El lunes pasado la compañía nacional Air China canceló los vuelos entre Beijing y Pyongyiang.

Pero Corea del Norte y Estados Unidos continúan enseñándose los colmillos. Mientras el Embajador de Pyongyiang ante la ONU amenaza con una guerra termonuclear, el Vicepresidente de Estados Unidos, advierte que “todas las opciones están sobre la mesa” y que “Corea del Norte haría mejor en no poner a prueba la determinación de Trump”.

El resto de la comunidad internacional, entre tanto, solo atina a esperar que la retórica no derive en una confrontación con terribles consecuencias.

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