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Paro para todos los gustos

Habrá paros para todos los gustos, con las arengas y consignas conocidas de siempre y sin una llamada a la solidaridad y el esfuerzo común que demandan Colombia y millones de seres humanos para poder superar la crisis del Covid-19

18 de noviembre de 2020 Por: Vicky Perea García

Como si fueran ya parte de su vida diaria, Colombia registrará paros nacionales entre hoy y el próximo 27 de diciembre, convocadas por organizaciones como el Comité de Paro Nacional, el poderoso sindicato de los maestros y algunas centrales obreras compuestas en su mayoría por funcionarios y trabajadores públicos. Su objetivo es revivir la protesta, celebrar aniversarios, recordar sus ultimátum al Gobierno Nacional y exigir respeto por el derecho a la protesta social.

De hecho, las movilizaciones programadas muestran el respeto que existe en nuestro país por ese Derecho, siempre que no sean una invitación a la violencia. De eso ha estado lleno el pasado reciente y ahora no podría ser la excepción. Los promotores también son los mismos, los temas giran siempre alrededor de lo mismo y los escenarios son las mismas calles de las mismas ciudades, mientras que sus habitantes deben soportar con paciencia la parálisis en sus vías o el desfile en muchos casos amenazante, cuando no es el ataque de quienes se infiltran en las marchas para causar violencia o afectar los bienes públicos y privados.

Lo que no es lo mismo, es la situación del país. Hoy, centenares de miles de personas padecen la peor de las tragedias en Providencia, en San Andrés, en Cartagena, en el Chocó, en la Guajira, en el Urabá, en el norte de Antioquia, todos afectados por un invierno que no da tregua, por huracanes que arrasan con todo a su paso y por la emergencia que producen. Y millones en todo el país siguen amenazados por la pandemia del coronavirus que paralizó la nación y ha desencadenado la recesión más grande de nuestra historia con sus secuelas de desempleo, pobreza, miseria y desconcierto que lleva nueve meses y aún no termina.

Todo ha cambiado de manera dramática en Colombia y el Estado hace esfuerzos enormes por atender lo que es la gran emergencia nacional. Por supuesto, los recursos públicos no alcanzan y la presencia de las autoridades se queda corta ante la aparición de fenómenos que ponen en riesgo la salud y la vida de toda nuestra nación y reclaman la solidaridad nacional.

Pero eso no parece existir para los organizadores de los paros que hoy desfilarán por las calles de Bogotá, de Cali y de varias capitales de departamento. Para los dirigentes de los sindicatos oficiales encabezados por Fecode, y para aquellos que utilizan el nombre del paro nacional, es necesario, indispensable, paralizar el país. Al parecer, este no es el momento para las solidaridades que con desespero necesitan millones de sus compatriotas sumidos en el dolor y la incertidumbre.

Por ello, a partir de hoy se producirá una sucesión de marchas, manifestaciones y protestas reclamando lo que se reclama hace un año o más, exigiendo lo que es costumbre ya inveterada. Habrá paros para todos los gustos, con las arengas y consignas conocidas de siempre y sin una llamada a la solidaridad y el esfuerzo común que demandan Colombia y millones de seres humanos para poder superar la crisis del Covid-19 que no parece tener final cercano o para recuperarse de las tragedias ocasionadas por aterradores fenómenos naturales.

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