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"Ni un preso más"

Según el Director del Inistituto Nacional Penitenciario, Inpec, la sobrepoblación carcelaria se creció este año con la entrada en vigencia de la Ley de seguridad ciudadana, por la cual llegan 2.000 detenidos más cada mes. Y en tanto se presenta ese incremento que muestra la efectividad de las autoridades para combatir el delito, no aparecen los recursos para construir la infraestructura necesaria para alojar ese enorme incremento, o para vincular más guardias al Inpec.

26 de julio de 2012 Por:

Según el Director del Inistituto Nacional Penitenciario, Inpec, la sobrepoblación carcelaria se creció este año con la entrada en vigencia de la Ley de seguridad ciudadana, por la cual llegan 2.000 detenidos más cada mes. Y en tanto se presenta ese incremento que muestra la efectividad de las autoridades para combatir el delito, no aparecen los recursos para construir la infraestructura necesaria para alojar ese enorme incremento, o para vincular más guardias al Inpec.

De nuevo, la crisis carcelaria hace estragos, sin que aparezca la solución o siquiera la voluntad de cambiar lo que se ha convertido en un drama que desconoce los más elementales derechos de los reclusos y amenaza con convertirse en una tragedia de proporciones incalculables.Ayer, la Secretaría de Salud de Bogotá pidió declarar la cuarentena en la cárcel Modelo de Bogotá, a causa de un brote de varicela que según algunos ya ha afectado a diez reclusos. Lo que podría manejarse de no ser por las difíciles condiciones del reclusorio. En efecto, allí se han concentrado 8.000 detenidos y condenados en un espacio construido para albergar a 2.500, y donde los fines de semana se elevan a 15.000 personas con motivo de las visitas.Tan grave es la situación, que los guardias de La Modelo se niegan a recibir más delincuentes de la Policía. “Aquí no cabe un preso más”, dicen quienes tienen que vigilar a la muchedumbre que se agolpa en las celdas y los pasillos del penal, y deben dormir de cualquier manera, en tanto los servicios de salud presentan un deprimente espectáculo. Es lo mismo que pasa en la cárcel de Santa Marta, construida para 200 reclusos y con una población de 900.Y qué decir de la cárcel de Villahermosa de Cali, que aloja 5.394 detenidos en un espacio construido para recibir a 1.600, y donde los problemas de salud han llevado a las autoridades municipales a reclamar con urgencia el apoyo de la Nación. Hace unos años se ordenó la construcción de un penal en Jamundí, para decongestionar el de la capital vallecaucana. Hoy, ese centro penitenciario aún no ha sido terminado y se presentan situaciones tan absurdas como decretar un racionamiento por falta de agua para atender la población carcelaria, calculada en 2.358 detenidos. Según el Director del Inistituto Nacional Penitenciario, Inpec, la sobrepoblación carcelaria se creció este año con la entrada en vigencia de la Ley de seguridad ciudadana, por la cual llegan 2.000 detenidos más cada mes. Y en tanto se presenta ese incremento que muestra la efectividad de las autoridades para combatir el delito, no aparecen los recursos para construir la infraestructura necesaria para alojar ese enorme incremento, o para vincular más guardias al Inpec.Y las cárceles siguen siendo un dolor de cabeza donde los Derechos Humanos son desconocidos y el sistema penitenciario no sirve para rehabilitar a quienes cometan delitos. Ahora, el general Gustavo Adolfo Ricaurte propone un cambio en las normas que rigen la detención domiciliaria, con lo cual se logrará descongestionar en algo los centros carcelarios. Una medida desesperada que quizá atienda las tendencia de moda en materia penitenciaria pero que, además de relajar los controles y las sanciones que deben aplicarse a quienes son condenados por la justicia, desvirtúa el objetivo de las sanciones penales.Es decir, aquella política penal y penitenciaria que tanto se reclama y tanto se ofrece por los gobiernos de turno, sigue brillando por su ausencia. Por eso, las cárceles en Colombia seguirán siendo una especie de hueco negro donde “no cabe un preso más”.

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