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La Justicia cercana

Sin duda, la Justicia debe regirse por normas y procedimientos que respeten los derechos y apliquen los principios científicos de la materia. Pero también es cierto que estar cerca del ciudadano y facilitarle la solución es el gran objetivo de la Justicia. Con ello se cumple uno de los grandes postulados del Estado, el de servir de árbitro que impide el crecimiento de los conflictos y evitar la justicia por mano propia.

17 de diciembre de 2013 Por:

Sin duda, la Justicia debe regirse por normas y procedimientos que respeten los derechos y apliquen los principios científicos de la materia. Pero también es cierto que estar cerca del ciudadano y facilitarle la solución es el gran objetivo de la Justicia. Con ello se cumple uno de los grandes postulados del Estado, el de servir de árbitro que impide el crecimiento de los conflictos y evitar la justicia por mano propia.

En medio del sigilo, la semana pasada se dio a conocer que a partir de enero del próximo año las casas de Justicia ubicadas en el Distrito de Aguablanca y en el barrio Siloé contarán con jueces para resolver las pequeñas causas. Es la oportunidad para dar solución a las desavenencias normales entre los ciudadanos, que no encuentran facilidades para hacer que el Estado actúe como árbitro que impide la generación de conflictos mayores. El asunto tiene connotaciones de una pequeña revolución que puede ser definitiva para reducir las hostilidades y para construir convivencia. En efecto, se trata de llevar la Justicia a donde está el ciudadano para que cumpla su función principal, que no es distinta a solucionar en forma rápida las controversias. De poner a los jueces a resolver litigios en breve tiempo y cerca de los sitios donde ellos se presentan, en lugar de obligar a la gente a viajar a lugares lejanos y exigir requisitos y trámites que en la mayoría de las veces son inexplicables para el ciudadano del común.Hace algunos años, Cali ensayó con los jueces de paz, personas que sin ser miembros de la rama judicial podían actuar como facilitadores de soluciones a esas controversias. Aunque en un principio la expectativa fue grande y se lograron resultados, la propuesta se fue desvaneciendo. Ahora, en esas mismas casas creadas para ser epicentro de solución, estarán los jueces de causas menores con capacidad para definir en pocos días y mediante el sistema oral lo que hoy puede durar años, debe realizarse en los juzgados del centro y llenar requisitos y formalismos de difícil cumplimiento para quien no sea experto en la materia. Sin duda, la Justicia debe regirse por normas y procedimientos que respeten los derechos y apliquen los principios científicos de la materia. Pero también es cierto que estar cerca del ciudadano y facilitarle la solución es el gran objetivo de la Justicia. Con ello se cumple uno de los grandes postulados del Estado, el de servir de árbitro que impide el crecimiento de los conflictos y evitar la justicia por mano propia. Eso es lo que se busca con el modelo que se aplicará en las Casas de Justicia. Es evitar al máximo que las querellas de menor cuantía o los desacuerdos que pueden resolverse entre los interesados, se conviertan en expedientes que mueren en un anaquel mientras se transforman en problemas insolubles. Con lo cual se desvirtúa la credibilidad en el Estado y se incita al uso de la fuerza, cambiando la Justicia por la ley del más fuerte. También es oportuno celebrar que las autoridades municipales, con el apoyo del Gobierno Nacional, estén construyendo una nueva casa de justicia en el barrio Alfonso López. Y que en otras ciudades de Colombia se esté aplicando un modelo similar al que se ideó en la capital del Valle para responder a la demanda ciudadana. Sin renunciar al combate a la delincuencia y al crimen organizado, con esas casas se demostrará que las sociedades pueden convivir en forma pacífica si el Estado está cerca de los ciudadanos y les ayuda a solucionar sus divergencias.

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