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La elección de Venezuela

20 de septiembre de 2010 Por:

"El despliegue del chavismo resulta ofensivo..."

A escasas semanas de las próximas elecciones parlamentarias en Venezuela, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos expidió dura declaración refiriéndose a que no existe “una efectiva separación e independencia de los poderes públicos” y que continúan los “procesos sancionatorios administrativos contra los medios de comunicación críticos del gobierno”.Eso es lo que se ha visto en el marco de una enconada campaña para renovar la Asamblea Nacional, en medio de una situación económica y social en la que la mayoría de la ciudadanía venezolana descalifica la actuación del gobierno y, en particular, del presidente Hugo Chávez. El propio Presidente es el jefe de la campaña, utilizando todos los medios a su alcance, sin que haya un organismo que le recuerde que está abusando del poder y configura una actuación anticonstitucional. Claro, el Consejo Electoral es manejado por partidarios del oficialismo.El hecho de que la oposición haya logrado unirse en torno a la Mesa de Unidad y no esté dispuesta a repetir el costoso error de retirarse de las elecciones, ha puesto nervioso al chavismo. Por eso Hugo Chávez decidió convertir a estas elecciones en una especie de plebiscito alrededor de su nombre. Pero con una favorabilidad de apenas el 37 %, en contraste con el 52% de las pasadas elecciones, todo indica que, por más que la oposición cometa equivocaciones, la nueva Asamblea ya no será tan entregada al régimen.El despliegue del chavismo resulta ofensivo. Utilizando los recursos del Estado ha convertido a los patrulleros cívicos, una fuerza de 1.850.000 personas, en parte de sus activistas de campaña. Si a eso se le suman 100 mil testigos electorales, tendremos a dos millones de personas haciendo campaña abierta por las listas chavistas. Agréguese a ello que en Venezuela no existe financiación estatal de las campañas y veremos cómo la oposición se encuentra en desventaja pues los oficialistas cuentan con los recursos oficiales y los medios de comunicación que ha logrado controlar el partido de Chávez.Además, en un acto abiertamente antidemocrático, el gobierno modificó la ley electoral, cambiando las circunscripciones electorales de los estados más habitados y menos prochavistas, la mayoría de los cuales son controlados por la oposición. Así ésta puede obtener una mayor votación que el chavismo pero no obtener las mayorías en la Asamblea Nacional.Además se ha perseguido con saña a las cabezas de la oposición, como sucede con Manuel Rosales, ex candidato que debió exiliarse en Perú, y acaba de suceder con su reemplazo en la Gobernación de Táchira que fue judicializado por supuesta “difamación” del gobierno. Lo mismo sucede con el presidente de Globovisión, contra quien se ha proferido orden de arresto. En suma, no habrá elecciones libres en Venezuela el próximo 26 de septiembre.Pese a ello se espera un repunte de la oposición, pues tanto va el agua al cántaro que al fin éste se rompe. Lo que hay en Venezuela es una dictadura corrupta y disfrazada de democracia que abusa del poder para perpetuarse.

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