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La corrupción argentina

Parece claro que el escándalo de Bodou, el primer vicepresidente en la historia del país austral juzgado por corrupción, le hará pasar malos ratos al gobierno de la hoy enmudecida presidenta, al tiempo que alienta a los sectores de la oposición argentina.

1 de julio de 2014 Por:

Parece claro que el escándalo de Bodou, el primer vicepresidente en la historia del país austral juzgado por corrupción, le hará pasar malos ratos al gobierno de la hoy enmudecida presidenta, al tiempo que alienta a los sectores de la oposición argentina.

Un juez argentino procesó hoy al vicepresidente, Amado Boudou, por “cohecho pasivo y negociaciones incompatibles” con su cargo en un caso de corrupción relacionado con una imprenta de papel moneda. Es la corrupción que no quiere ver su Presidenta.Pese a que se sabía lo que iba a ocurrir, la decisión del juez federal encontró a Boudou en La Habana, primera escala de una gira internacional que empezó el jueves pasado y debe concluir en Panamá. El juez Lijo procesó, además, a un socio de Boudou y a un supuesto testaferro del vicepresidente, así como a otros tres implicados en el caso.Mientras esto sucede, la presidenta Cristina Fernández guarda silencio en un momento en que Argentina pasa por graves dificultades debido al fallo judicial que obliga a su país a cumplir con sus acreedores en el mercado financiero internacional. Con Argentina al borde de un “default” y un posible nuevo “corralito”, el caso Bodou viene a agregar fuego a la hoguera, al tiempo que refuerza las posturas de la oposición que, desde la campaña electoral pasado había advertido sobre los negocios del vicepresidente. Parece claro que el escándalo de Bodou, el primer vicepresidente en la historia del país austral juzgado por corrupción, le hará pasar malos ratos al gobierno de la hoy enmudecida presidenta, al tiempo que alienta a los sectores de la oposición argentina.En un durísimo editorial, el diario El Observador afirma que “sólo en la Argentina kirchnerista”, a diferencia de países “más serios”, es “concebible” que el vicepresidente permanezca en su cargo luego de que la Justicia lo procesó “por corrupción”. “El kirchnerismo persiste en actuar como un medieval señor feudal, que puede hacer lo que le plazca sin tener que rendir cuentas a nadie”, agregó. “¿Qué hace un vicepresidente sin judice representando al país a nivel internacional? ¿Acaso la honra de Argentina no vale?”, se preguntan los ciudadanos en foros académicos, haciéndose eco del escándalo y enfilando sus ataques contra el segundo gobierno kirchnerista. Y algunos reviven una pregunta que nadie ha contestado: ¿Qué sucedió con la investigación del maletín lleno de dólares proveniente de Venezuela?La corrupción manda en Argentina. Vale recordar que Bodou es juzgado por abrumadoras evidencias en la compra fraudulenta de la quebrada empresa Ciccone, que tenía el monopolio de la impresión de billetes, cuando era ministro de Economía entre 2009 y 2011. La operación significó que, a través de testaferros, el vicepresidente pasó a controlar el gigantesco negocio de imprimir los billetes de su gobierno. Al menos uno de los procesados con él se ha vuelto en su contra. Guillermo Reinwick, yerno del exdueño de Ciccone, declaró que “Boudou no quiso robarse la empresa, se la robó”.Todo esto era del dominio de la opinión pública mucho antes de la decisión del juez Lijo y fue tema decisivo de la pasada campaña presidencial, pero el gobierno cerró filas al rededor del deshonesto funcionario. Sólo en un gobierno desvergonzado y cínico como el de la señora Fernández el vicepresidente corrupto puede representar al país en vez de renunciar a su cargo para hacer frente al proceso.

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