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Expectativa en Haití

"...Pero los analistas coinciden en que el país no cuenta con los recursos para hacer realidad las promesas electorales y todo dependerá del apoyo externo. De allí que cuente con mayor opción el presidente que genere mayor confianza entre las naciones comprometidas con la ayuda a Haití...".

22 de marzo de 2011 Por:

"...Pero los analistas coinciden en que el país no cuenta con los recursos para hacer realidad las promesas electorales y todo dependerá del apoyo externo. De allí que cuente con mayor opción el presidente que genere mayor confianza entre las naciones comprometidas con la ayuda a Haití...".

Tras una masiva presencia en las urnas, los haitianos han quedado a la espera de quién será su nuevo Presidente, al que se ha denominado como “el Presidente de la Reconstrucción”.Con alrededor de un millón de personas viviendo aún en refugios y más de 40 mil muertos por la epidemia de cólera, el país caribeño no debiera hacerse muchas ilusiones. Más allá del contraste de personalidades, la escogencia entre la abuela de la clase política, Michelle Manigat, ex esposa de un presidente y el excéntrico cantante pop Mitchell Martelly, no indica una bifurcación de caminos. Ellos se presentaron con un programa bastante similar: atención a necesidades básicas, esfuerzo por la educación y búsqueda de fuentes para la generación de trabajo y desarrollo.Pero los analistas coinciden en que el país no cuenta con los recursos para hacer realidad las promesas electorales y todo dependerá del apoyo externo. De allí que cuente con mayor opción el presidente que genere mayor confianza entre las naciones comprometidas con la ayuda a Haití. Por eso mismo extraña que ninguno de los dos aspirantes se haya planteado la necesidad de combatir a fondo la corrupción, un mal endémico de Haití que puede dar al traste con cualquier buena intención de gobierno.A diferencia de la primera vuelta, los haitianos votaron en relativa calma el pasado domingo, pese a episódicos brotes de violencia en los que resultó herido el músico Wycleaf Jean, quien se encontraba haciendo campaña a favor de Martelly. La lentitud del conteo obliga a esperar hasta abril para saber el nombre de su nuevo Presidente. Y sea el que fuere, tendrá una dura tarea, en un país profundamente dividido en el que está todo por hacer. Las encuestas muestran un gran escepticismo, pues el 85% de los habitantes, los pobres de Haití, piensan que no importa quién sea el Presidente, para ellos la situación seguirá siendo igual.Sobre este horizonte de desesperanza y devastación se erigen las figuras de dos ex presidentes, Jean Claude ‘Baby Doc’ Duvalier y Jean Bertrand Aristide, ex dictador el uno y ex presidente el otro, que representan las dos caras de la moneda haitiana. El primero, de ingrata recordación por su cruel dictadura que prolongó los sufrimientos causados por la tiranía de su padre y el segundo, ex sacerdote de la Teología de la Liberación, cuyo radicalismo profundizó las divisiones haitianas entre la negrería y el mulataje, hasta el punto que le costó la pérdida del poder en dos ocasiones.Ambos personajes han retornado a Haití luego de prolongados exilios y sin duda serán determinantes en la política del nuevo Presidente. El primero, por el entronque con la élite mulata que ha gobernado al país y el segundo, por el evidente apoyo popular entre la mayoría negra de la nación. Pero al primero le espera un juicio por genocidio y corrupción y al segundo, la desconfianza de las potencias occidentales que están detrás de la reconstrucción, en especial Estados Unidos. Así las cosas el nuevo presidente haitiano caminará por terreno minado, con mayores perspectivas de fracaso que de éxito.

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